THIAGO —Te ves impresionante —dije al abrir la puerta y verla parada allí como una visión. Llevaba el clásico vestidito n***o, pero, joder, lo llevaba de maravilla. Tenía un gran cuerpo. Se notaba que se cuidaba; su piel era suave, su cabello brillante, y se había maquillado justo lo necesario—un look ahumado sin parecer recargado. No era solo su cuerpo lo que la hacía irresistible. Tenía confianza, se sentía cómoda en su propia piel y no parecía tener que demostrarle nada al mundo. La confianza era lo más hermoso que una mujer podía llevar puesto. —Tú también te ves muy bien —dijo con una sonrisa. Sus ojos verdes brillaban y se echó el cabello castaño claro detrás de una oreja. Solté una risita. —Gracias —me había puesto un traje para la ocasión. —¿Estamos listos para irnos? —pregun

