KAIRA El silencio llenó el espacio entre nosotras después de que le conté a mi mamá que estaba embarazada. Observé su expresión mientras digería cuidadosamente la información. —¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó finalmente. —Primero tenía que entender cómo me sentía al respecto —dije. —Y tenía un par de cosas que atender en Los Ángeles. —El chico Anderson —bufó mamá. —Sé todo sobre él. Negué con la cabeza. —No sabes nada de él. Lo que dicen en las noticias es pura mierda. No es así en absoluto. Fue por eso que me quedé para ayudarlo, para que no pareciera el malo. No es que hubiera funcionado. Suspiré. Siempre supe que no habría un final feliz, pero supongo que es el sueño de toda chica cabalgar hacia el atardecer con el príncipe azul. —¿Planeas criar al bebé sola? —preguntó mamá.

