XANDER Algo le pasa. No podía señalar exactamente qué era —y tal vez solo se debía a que no estaba emocionada de verme otra vez en su salón de clases—, pero aun así, Renata se estaba comportando… rara. Su sonrisa no le llegaba a los ojos, y la forma en que se movía por el aula daba la impresión de que cargaba un montón de ladrillos sobre los hombros. —¿Vas a cantarnos otra canción? —gritó uno de los niños, con una gran sonrisa en el rostro—. Me gusta cuando cantas canciones. Me encogí de hombros, mirando hacia Renata. —Tendrás que preguntarle a la señorita Knight. Ella sonrió. —Claro. Si él quiere tocar una canción, es más que bienvenido. Renata se dirigió al niño, no a mí. Asentí, tomando la guitarra del soporte. —Les tocaré una canción. Le daremos un descanso a la señorita Knig

