RYDER
—Las finanzas están sólidas —dijo Richard, levantando su vaso de agua mientras nos sentábamos alrededor de la mesa.
No había tocado nada de la comida frente a mí, todo mi cuerpo se sentía entumecido por la noche anterior. Sabía que aún tenía que hablar con Avery sobre todo, pero en ese momento… ni siquiera sabía qué demonios decirle. Parte de mí quería abrazarla y decirle que haría lo que fuera para que los tres fuéramos una familia…
Pero la otra parte seguía enojada y herida.
—¿Qué opinas tú? —Xander me dio una patada por debajo de la mesa, y levanté la vista bruscamente del plato lleno de linguini con camarones. Eran casi las dos de la tarde y había dormido diez horas seguidas. El linguini con camarones era básicamente mi desayuno, y no tenía ganas… de comer nada, en realidad.
