Ese beso crepito en su interior… ¿Qué demonios fue eso que sintió? Se quiso hacer la fría, pero la realidad era diferente. —¡Ay, por dios!, ni que hubiera sido el beso de mi vida. Ni siquiera sintió emoción por parte de Bastián, fue tan frío como un tempano de hielo. Además no se podía esperar otra cosa de él, todo lo que hacía delate de su madre era falso. Eso tenía que tenerlo muy presente. […] Dos días después… Bastián baja las escaleras como cada mañana, a pesar de que ya no vivía solo en esa casa la presencia de Adriana era casi nula. Pero esa mañana no fue así; ya que al ir a mitad de escaleras, la pelirroja entraba en la sala con aquella bola de pelos negra. Aun no se había cobrado lo que le hizo en el pantalón el cual termino en la basura, pero ya encontraría la manera de

