Merari Después, después de que todo lo malo pasó, volvió a la calma e hicimos nuestra vida normal. Darío me sorprendió regalándome un fin de semana para los dos solos en las playas de Baja California, fue una sorpresa para mí, ya que lo habíamos planeado hace unos meses más, no se pudo por todo lo que vivimos. Llegar y conocer Ensenada, Rosarito, caminar por la playa como dos locos enamorados felices y más ver a mi bello esposo, a mi lado fue un momento para nosotros solos donde nos reencontramos y fortalecimos nuestro amor, renovar nuestros sentimientos, conocernos más de lo que ya nos conocemos. Recorrer las calles nocturnas y comer en cualquier puesto callejero de comida mexicana fue lo más maravilloso, poder disfrutar con el paladar los sabores gastronómicos del país de mi madre. V

