—Peque, ¿puedo pasar? —oigo que me llama mamá detrás de la puerta.
—Si mamá, pasa —le digo despidiéndome de Néstor y cerrando mi computadora, aún no se lo digo que somos novios.
—Quiero hablar contigo mi vida —me dice entrando y sentándose a mi lado del sillón donde estoy sentada.
—Dime, mami, ¿Qué pasa? —le pregunto y recuesto mi cabeza en su hombro.
—Bueno, ya sé que eres una señorita y que está en la edad de que quiere experimentar muchas cosas, como conocer chicos y no como amigos, sino como novios o pareja —comienza a decir y levanto mi cabeza de su hombro, empiezo a ponerme nervios.
—Pero, qué cosas dices mami, yo no tengo novio —le digo volteando la mirada a un lado.
—Mi amor, yo también tuve tu edad y claro que fantaseaba con los chicos de la escuela, hasta me gustaba un chic
