Mi teléfono sonó e íbamos entrando a la clínica donde habían más de cuatro patrullas estacionadas.
-¿Hola?¿Qué pasa, Al?- dije al contestarle a mi adolescente loca
-Nada, Nat, todo esta tranquilo, es sólo que no te haz reportado en todo el día y estábamos un poco preocupados- dijo mientras las voces de los chicos se escuchaban al fondo.
-Mierda, disculpame cariño- dije arrepentida de no haberme comunicado- Han pasado muchas cosas, un caso duro y tuve una visita corta al hospital que lo alargó todo aún más.
-¿Hospital?¿Está todo bien?- dijo alterada y me golpeé la frente.
-Sí, Al, fue algo tonto, luego de cuento, ¿ok?- le dije para calmarla- ¿Como están los chicos?
-De maravilla, hacen sus tareas mientras yo preparó unas pizzas.
-Wow, ¿Pizza casera?¿Es el día del Presidente o qué?- d
