-Ustedes tienen prohibido el acceso a esa área- dijo la cocinera en un vago intento por no permitirnos el paso, poniéndose a sí misma en una situación sospechosa sin siquiera notarlo. -Llevenla con los demás- les pedí a dos oficiales y ellos asintieron. Malor iba guiando el camino con la linterna de su teléfono, detrás de nosotros venían dos oficiales más. -No quiero a nadie sin guantes aquí, el que contamine las evidencias lo mato- amenazó Malor y me apresure a tomar el par quirúrgico que me tendía. La escalera era empinada y un poco larga. El pasillo era color cemento y no tenía luz, al llegar al último escalón, Malor abrió otra puerta, esta no era del mismo material, parecía más pesada. Di dos puños a ella, era de metal. Suspiré cuando entre. Había una sala de un tamaño regular, don

