Anne palideció al ver al hombre frente a ella, era alto, musculoso, típico cuerpo de guardaespaldas, cabellos y ojos negros, mirándola con una expresión de absoluta severidad; ante su pregunta ella quedó por unos momentos pasmada, sin saber cómo reaccionar, hasta que los engranajes de su cerebro empezaron a funcionar y fingió no ser Anne Krosty. —Está equivocado señor, yo no soy la persona quien usted cree —habló alzando su barbilla sin dejar de mirarlo a los ojos, tratando de mostrar su sinceridad, aunque no era más, sino una fachada para ocultar por todos los medios la verdad. El hombre se sonrió de medio lado, la recorrió con la mirada y movió de forma negativa la cabeza. —¿Acaso piensas que me dejaré engañar por usted? Soy Demetrio Solari, yo trabajo en el cuerpo de guardaespaldas d

