Un reflector iluminó el centro de aquella enorme burbuja templada dejando ver a una mujer desparramada en el suelo, al fondo se escuchaba, era una nota leve, arábiga y sensual que conforme iba subiendo de intensidad parecía levantar también el cuerpo de la mujer que se perdía ante el son de la música. Era increíble apreciar la coordinación al mover sus caderas y ese vientre plano y seductor que se movía ante cada sonido como si estuviera unido a este.
Su largo y lacio cabello se apartó de su rostro dejando ver a Leonard esos mismos ojos color miel que lo habían hechizado la primera vez que había estado allí. Fiore le sonrió levemente dándole a entender perfectamente para quien danzaba, no era una lanza escandalosa o vulgar, era atrevida pero elegante a la vez. Los velos en sus manos se mo
