POV ELIZABETH
Cuando decidí salir con Adam y Noah a dar un paseo por el parque, lo último que esperaba era terminar en la portada de cada tabloide como "La multimillonaria con su misteriosa hija y su amante arquitecto".
Lo vi venir en cuanto noté el primer flash. Los paparazzi son como tiburones; si hueles a escándalo, te rodean hasta devorarte.
Adam también los vio. Se tensó de inmediato, su mandíbula marcada y sus puños cerrándose a los costados. Su instinto fue protegerme, pero esta vez no iba a dejar que él se hiciera cargo. Esta vez, yo iba a tomar las riendas.
—Noah —dije, agachándome frente a la niña con una sonrisa tranquilizadora—, cariño, vamos a jugar un juego, ¿sí?
Sus grandes ojos marrones brillaron de emoción.
—¿Un juego?
—Sí. Se llama la princesa invisible. Vamos a ca
