POV ELIZABETH Había pasado un mes desde aquella noche en la que Adam y yo cruzamos una línea de la que no había vuelta atrás. Y, sin embargo, aquí estaba yo, fingiendo que nada había cambiado, manteniéndolo a raya, alejándolo cada vez que intentaba acercarse demasiado. No porque no lo deseara—porque maldita sea, lo hacía—sino porque esa sensación de perder el control me aterraba más de lo que quería admitir. Pero mi cuerpo tenía necesidades y mi mente estaba cansada de luchar contra ellas. Por eso, cuando Mark Donovan, mi amigo y ocasional compañero de travesuras, me sugirió salir a tomar algo, acepté sin dudarlo. Tal vez una noche de diversión sin compromiso me ayudaría a quitarme de la cabeza la sombra de Adam Carter. El bar estaba repleto de gente y la música vibraba a mi alrededo

