¡Maldito infeliz! En estos momentos la sangre me hierve de coraje, al punto que si tuviera un arma en mis manos dejaría sin bolas a Luciano. Solo el recordar sus palabras hacen que mi sangre hierva. —¿Estás enamorando de esa mujer?, ¿Te vas a casar con ella? —No estoy enamorado, ni me pienso casar Alaya , mi relación con Katrina es solo por una razón. Escuchar eso hizo que algo dentro de mí se llenara de ira, pero no pensaba demostrárselo y mucho menos reclamárselo. Entendía que esa razón era su venganza y si solo era parte de ella entonces retomaría lo que soy para él, su anzuelo de su venganza. Al salir del cuarto de baño me encuentro a Bianca con una charola en donde trae frutas, caldo de pollo y agua. —Ahorita lo que menos tengo es Hambre Bianca. —Estas roja del coraje

