Eliana —¿A dónde crees qué vas?—Gruñe comenzando a caminar conmigo de regreso al restaurante—Por lo visto me mentiste, Eliana. Y yo como un estúpido te creí, pero llegando a casa te daré una lección. Su advertencia me hela la piel. No puedo permitir que eso pase, no puedo volver a casa con Álvaro, su mirada me dice que si lo hago...me matará. —¡Suéltame Álvaro! ¡Entiende que ya no quiero estar contigo!—. Comienzo a patalear y forcejear, tratando desesperadamente de escapar, pero él es mucho más fuerte que yo. La calle está desierta, oscura y fría a estas horas. Mis intentos por pedir ayuda son en vano. —¡Y yo te dije que no puedes escapar de mí!—Exclama furioso. Entonces, en un acto de desesperación, noto un vehículo acercándose a toda velocidad. Sin pensarlo dos veces, me lanzo haci

