Enzo
Al día siguiente de mi llegada a la hacienda, me puse manos a la obra. Principalmente, quise comenzar por la pérgola, Mili mencionó que su marido tenía mucha ilusión por verla terminada.
Al llegar al jardín de la hacienda y encontrarme de frente a la pérgola, mi primera impresión fue cierta decepción. El tiempo y las inclemencias han dejado huella en la estructura. Algunos postes están ligeramente torcidos, y las vigas superiores han perdido su alineación. Las tablas del techo presentan manchas de humedad y desgaste.
—Vamos a dejarte como nueva, a la señora Santelmo le dará gusto ver el sueño de su esposo culminado—murmuro mientras paso mis manos por la superficie de la estructura.
Para comenzar, decido abordar la reconstrucción con determinación. Evaluo cuidadosamente el estado d
