Enzo ¿Qué demonios acaba de pasar ahí dentro? Todo iba bien y de pronto la tensión en el aire se acumuló al pronunciar esa tierna frase que mi madre me decía. Las reacción de la mujer mayor me dejó confundido, ¿por qué la señora Mili decidió marcharse? No entiendo qué hice mal para que ella abandonara el comedor en un estado de confusión, de desolación incluso. Quería negar que ella me recuerda a mi madre, pero ya no puedo. Hay algo en su mirada, en su manera de hablar que me es imposible no hacerlo. Y ahora al probar esos deliciosos panqueques, esta inexplicable conexión que siento con ella se hace más grande. —Necesitas calmarte, Enzo. Estás pensando con el corazón, viendo cosas donde no las hay y eso puede ser perjudicial.—Me reprendo a mi mismo, mientras camino al anexo. Tengo sen

