La semana que siguió, Alejandra grabó esa conversación. Grabe la amable voz de Rafael diciéndole que era bueno tener sentimientos. Se había reído cuando había dicho eso. Pero cuando febrero dejo pasado a marzo, tuvo que razón. Algunas veces se descubría pensando en qué era el mejor momento de su vida. Como un regalo que era mucho mejor porque era inesperado. Siguió en la casa cocinando y limpiando para Rafael como siempre y haciendo recados en el coche que él le había comprado cuando había empezado a trabajar en su casa. Dormía por la noche en su cama, agarrada de su mano hasta que los dos se quedaban dormidos. Algunas veces lo besaba. Con cuidado Y desesperación Cada beso era un poco más fácil que el anterior. Se concentraba en la suavidad de sus labios, en su aroma limpio y varonil. Q

