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Lexi
Así era. Fue como si tuviera una cuerda y lo estuviera atrayendo hacia mí. Como el rayo tractor que usaban en las películas de ciencia ficción. Y si le estaba atrayendo hacia mí, entonces él me inmovilizaba con la mirada. Mientras aguantaba la respiración, estaba segura de que mi corazón se detuvo.
—Es muy sexy —murmuró Dani—. Juro que exuda feromonas.
Sí, lo hacía, y yo las inhalaba como si me faltara el oxígeno. Y por la forma en que mis pezones se endurecieron y mi sexo se contrajo, tenía que admitir que jamás me había sentido así en la Tierra. Ni una vez. Definitivamente no había sentido esto solo observando a alguien más. Y él ni siquiera me había hablado aún.
No, él me había hablado. En sueños. Y más que solo hablar. Yo sabía que era él. Von. Lo sentía.
Cuando se paró fr
