—Cuando estés en mi casa, sigues mis reglas. La hermana mayor de Dana le debía a Franco David una cantidad significativa. Él era el patrocinador de su hermana. Después de engañarlo, llegó a robarle varios millones de su empresa, Imperio David, propiedad de Franco. Él presionó a la familia de Dana por el mal comportamiento de su hermana. Pero, para salvar a su familia de las consecuencias de su error, él le ofreció una condición; ella debía casarse con él. Sin embargo, Dana se negó. Ella no quería casarse con un hombre al que no amaba ni conocía, especialmente con su significativa diferencia de edad. Pero Franco, un hombre desalmado, continuó presionando a su familia, aun cuando ella rechazó su condición. Así que no tuvo más remedio que aceptar. Ella accedió a casarse con él. El día de su boda, Dana se sorprendió al encontrar a Franco en persona. Pensaba que era viejo, pero no era así. Franco era joven, guapo, alto y con un atractivo sexual impresionante. Sin embargo, cada vez que la miraba, era evidente su disgusto. Él la veía de la misma manera que a su hermana, solo como a una mujer que está detrás del dinero. Dana se promete a sí misma cambiar su percepción. Sin embargo, a pesar de su actitud hacia ella, inesperadamente se enamoró de él. Ahora, no solo quiere cambiar su percepción equivocada de ella, sino que también desea que él se enamore de ella.