En sus seis años de matrimonio, Louisa había sido como una dócil criada. Pero las palabras del hombre la despertaron de repente.
“Eliasa va a volver. Deberías mudarte mañana”
“Bien. Vamos a divorciarnos.” Louisa decidió irse.
Cuando los dos se encontraron de nuevo, ella estaba abrazada a otro hombre. Dominick gruñó: “¿Cuánto tiempo ha pasado desde que nos divorciamos? No puedes esperar a encontrar un nuevo galán tan pronto”.
“Ya no es asunto suyo, ¿Verdad, Señor Starling?” Louisa le mostró una preciosa sonrisa.