Después de algunos años lejos de mi familia, decido tomar unas cortas vacaciones e ir a visitarlos, encontrándome así con que mis amados padres desean buscarme un esposo. Decido aceptar está locura ya que realmente no tengo nada que perder, ya que al fin de cuentas si no me interesa no lo aceptaré. - lo sentimos señorita, pero usted ya se encuentra casada - oh bien ¡que!! ¿cómo que casada? el dilema ahora es ¿quién es mi esposo? Decido emprender mi viaje en busca de mi esposo perdido, en el cual pasarán situaciones que cambiarán la vida de más de uno. Esta es mi historia.

- mi principal condición es que durante el tiempo que estemos casados ninguno de los dos podrá estar con alguien más - Eso no es nuevo para mí, ¿si no acepto esa condición? (sonríe nuevamente con burla, creo que jamás podría enamorarme de una mujer como esta) - no cariño, tu a mí no me vas a dejar en ridículo como la cuernuda del país, ya conozco tu prontuario y créeme no es nada agradable para mi gusto, además que si no cumples me quedare con la mitad de tu fortuna y la mitad de tus acciones, eso sería una excelente compensación por mi sufrimiento (finge tristeza y angustia, esta mujer es una bruja) - ok ya entiendo, quieres hacer eso para que al final quiera estar contigo ya que no voy a poder estar con alguien más, no necesitas ese truco barato yo puedo hacerte el favor y seguir con mi vida tal cual.