Prólogo

2091 Words
10 de marzo  Asher llega a la cocina y me mira de manera extraña, puedo notar su confusión en su rostro y yo solo le miro como si nada hubiese ocurrido, después de todo no es la primera vez que he estado en un trio. ―¿Quieres café?― Le pregunto y su cara en estos momentos es un poema. Se nota que es la primera vez que el famoso Asher de la Vega hace una cosa como la que ha hecho anoche.  ―¿Disculpa?― Es la primera frase que le sale mientras me ve..   ―Que si quieres café.-―Insisto.  Pareciera que él sigue sin poder entender qué sucede ―Digo, compartimos mucho y ¿me rechazaras un café?― Digo en un tono algo sarcástico.  ―Eh… si claro.― Responde confundido y mira a su alrededor ―¿Y Asli?― Pregunta mientras yo volteo hacia la encimera para comenzar a prepararle el café.  ―Primero siéntate, toma un sorbo de café y luego haz las preguntas ¿te parece?― y pongo la taza sobre la pequeña mesa que hay en la cocina. Él se sienta alrededor de la mesa, toma la taza y bebe un sorbo de café mientras que yo me siento del lado opuesto de la mesa. La situación es algo incómoda, él me mira confundido y sé que el que ambos traigamos solamente nuestros pantalones puestos no ayuda. Sé que lo ocurrido anoche no es lo más normal del mundo, pero en mi caso estoy bastante acostumbrado.  ―Asli se ha marchado.― Digo finalmente y me mira sorprendido.  ―¿Que?― Pregunta con un hilo de voz y yo simplemente deslizo el papel y el anillo de compromiso que ella me ha dejado sobre la mesita de noche. Él toma la nota de inmediato y la comienza a leer en voz alta.  “Me quieres libre, ahora soy libre. No puedo con todo esto, me perdí en el camino de un juego que yo creía controlar, pero fueron ustedes quienes jugaron y me llevaron a ser alguien que yo no soy.”  Y como un balde de agua fría sus palabras vuelven a caer sobre mí. Ella se fue de mi vida y de la suya también, ninguno de los dos ha “ganado” la lucha que de alguna manera iniciamos sin darnos cuenta.   ―Se ha llevado muchas de sus cosas, supongo que perdí a la única mujer que he amado de verdad.― Digo con todo el dolor del mundo.    ―Yo…― Intenta decir, pero las palabras no le salen de la manera que sé que quiere.   ―Tenemos muchas cosas de las que hablar, ¿no?― Le digo mirándolo fijamente. Toma otro sorbo de café ―Supongo que sí ― Bebo un sorbo -Empecemos por el principio, ¿que es lo que existía entre Asli y tu?― Pregunto firme.  Su pregunta le deja helado por unos segundos. ―Antes que tu llegaras a su vida, Asli y yo fuimos novios.― Explica. ―¿Y la dejaste ir? ¡Qué idiota! – Contesto y por alguna manera sus palabras no me sorprenden. Lo que vi a través de aquella puerta antes de cometer el error más grande de mi vida, era amor y del bueno.   ―Si hubiese sido por mi no la hubiese soltado jamás, fue ella quien me ha dejado por haber sido un completo imbécil y no saber defenderla frente a mi familia quien la ha tratado de arribista.― Me responde con honestidad.  ―Y ¿entonces decidiste que follartela a escondidas era la mejor opción?― Comento con sarcasmo.   ―Sé que parece cualquier cosa, pero intentaba convencerla de que me eligiera a mí, hubo una especie de trato entre los dos con reglas muy claras y yo como un imbécil creí que el sexo lo solucionaría todo entre los dos, después de todo nuestra relación había sido… eh… ya sabes, bastante intensa en ese aspecto.― Intenta explicarse y voy dándome cuenta de que quizás Asli Fernández no fue mía completamente.    ―¿Desde cuándo el sexo recupera amores perdidos? ¿qué más le ofreciste? ― Le pregunto firme.  ―Creí que era el único terreno en el cual podía competir justamente contigo, vamos que lo que dejan ver de su relación es prácticamente perfecto, ¿cómo recuperarla con alguien como tú a su lado?― Me pregunta.  Sonrió incrédulo más que de apoyo ―No lo sé Asher, es la primera vez que pierdo a Asli, ahora que se ha ido, no sé, tal vez tú puedas enseñarme cómo recuperarla de nuevo, ya que es la segunda vez que ella se va de tu lado ¿no crees? ―  Le propongo, pero no sé si ella quiera que la recupere.   ―Sabes, lo de ayer era nuestra despedida, pero llegaste tú y no sé qué fue todo eso.― Intento explicarle.   ―Vaya despedida… follartela en nuestra habitación, era por todo lo alto ¿no?―Pregunto sarcástico.  ―A ti eso no pareció importarte mucho, ¿o sí?― Cuestiona con el mismo tono.   ―Esto no es una discusión entre los dos Asher… y si te preguntas porque no me ha molestado lo de ayer, la respuesta es simple y complicada a la vez, desde que vi a Asli por primera vez, mi fantasía era exactamente lo que sucedió ayer, después me enamoré perdidamente de ella y me di cuenta que eso era prácticamente imposible, claro… no imaginaba que los encontraría a ustedes dos follando en nuestra cama.― Le respondo y no sabe cómo reaccionar.  ―¿Tu fantasía era compartir a Asli con otro hombre?― Pregunta incrédulo. ―El mundo de las fantasías sexuales es muy variado y grande Asher, a unos les gusta hacerlo en público, el mío era compartir a Asli― respondo con naturalidad.  ―¿Y ella lo sabía?― Pregunta y sé que está intentando no parecer un imbécil ante esta conversación tan extraña.   Niego, bebo otro sorbo de café y le miro ―Antes de Asli mi vida era otra Asher. En realidad, Asli ha sido la única mujer con la que he tenido una relación de verdad, con la que soñaba tener un futuro, hijos y todas esas cosas. Mi mundo era otro, mi vida de empresario millonario era extravagante y así mi vida privada, ¿nunca te has preguntado en donde conocí a tu prometida? Si es que sigue siendo tu prometida, claro…― Le digo y apenas puede reaccionar.  ―¿De qué me hablas?― Pregunta extremadamente confundido.  Sonrío ―Los hombres como yo, las mujeres como Gianella y otro grupo de gente que prácticamente mueve grandes fortunas de dinero en el país, tenemos gustos bastantes exuberantes y hay un submundo donde nosotros podemos meternos sin que nadie lo sepa. Antes de Asli, mi vida estaba en ese submundo donde había de todo para todos los gustos, en mi caso, compartir a una mujer me excitaba como a nada y así fue que incursione en ese mundo secreto donde un día conocí a tu prometida.― Confieso. ―¿Tu y Gianella?― Pregunta ¿asustado?  ―Solo un par de veces, pero hace años ni te preocupes, aunque después de estar con mi prometida no estás en posición de reclamarme nada.― Digo y entre broma y broma están ocultos mis reclamos ―No es muy diferente lo que tú hiciste a lo que yo he hecho, sólo quiero informarte.―  ―La cuestión es que Asli me sacó de ese mundo, me transformo, me volvió loco, me llevo ante las cuerdas de lo que es estar enamorado y de alguna manera tú has hecho que Gianella cambiará también. En algunas de nuestras conversaciones de “negocios” mientras que ustedes estaban en esta misma casa, ella prácticamente me suplicó que no dijera que la conocía de allí. Me explico que ella también había cambiado por ti y bueno, al parecer ella cambió, pero tú no lo supiste ver, pero claro, como lo ibas a ver si estabas fijando tus ojos en otra persona―y río de manera burlona.  ―Estaba fijándome en la mujer de mi vida, pero eso tú no lo entenderás, preferiste compartirla para saciar tus fantasías y mira ahora lo que sucedió.― Me reprocha.   ―¿Crees que no lo entiendo? ― Contesto de inmediato ―Que tenga una fantasía no me hace una mala persona Asher, yo nunca le pedí a Asli que lo hiciera, me guardé ese deseo porque la amo y sabía que no aceptaría, pero, cruel destino ¿no crees? Tú me diste justo lo que quería y aun así me quedé solo cuando mi intención era quedarme a su lado por el resto de mi vida… y tú, la perdiste de nuevo.―  ―Lo hice porque creí que así no la perdería. Cuando tu llegaste y dijiste continúen, le dije a Asli que si eso era lo que debía hacer para no perderla, lo haría.―  ―Definitivamente ella no estaba lista para todo eso. Le empujamos a ser nuestro trofeo sobre esa cama.― Digo y por primera vez él parece estar de acuerdo conmigo.―Nunca le preguntamos a ella en verdad qué es lo que quería ¿no te has puesto a pensar en eso?.―  ―Ahora me doy cuenta, yo con mis ansias de convencerla a que se quedara conmigo y tu…― ―Yo sumido en un juego que no sabía que existía y me deje llevar. Competimos en una cama por ver quién era mejor y lo único que logramos es que ella dejara de ser ella. Por eso aplaudo que haya tomado la decisión de irse.―  ―¿Estás feliz de que tu prometida se fue?― pregunta sin poder creerlo.  ―¿Tú no lo harías? ¿No te alejarías al ver que dos personas te tienen atrapada haciendo lo que quieren contigo? Si nos ponemos a reflexionar Asli era feliz conmigo y tú llegaste a interrumpir nuestra felicidad, no es la hora de los reclamos pero, las cosas como son.―  ―No lo había visto de esa manera. Aún así Asli tampoco se quedó contigo, así que no veo a qué viene el reclamo― Contesta defendiéndose  ―No, no hay reclamos, sólo consecuencias. Una de las cosas que he aprendido del mundo donde estuve es que cuando entras al juego, a cualquier juego, siempre hay consecuencias, así que debes aceptarlas, como yo lo hago. No espero que lo entiendas o comprendas Asher, pero creo que es hora de ser honestos. Jugaste y perdiste, entré al juego y perdí, y debemos vivir con eso el resto de nuestras vidas, yo por primera vez y por lo que veo, tú de nuevo―y toma otro sorbo― yo si puedo vivir con eso la pregunta es ¿tú puedes?―  Él se queda en silencio mientras escucho el reloj marcando tic tac tic tac en la sala ― ¿Ya sabes cómo le explicarás a Gianella lo que ha pasado?―y río.  ―¿Lo de anoche?― Pregunta. ―Lo de hace meses ― respondo― O ¿ella está enterada del asunto?  Niega ―Claro que no, pero supongo que con Asli o sin ella, no puedo continuar en una relación donde me siento tan vacio.― Confiesa y sonrio. ―Vaya, estás dispuesto a perder todas tus apuestas, bienvenido al mundo real Asher.―Digo sarcástico. El se pone de pie después de estas palabras y me ve ― ¿Supongo que esta es la despedida?― dice sin más reparos.  ―Supongo, excepto que quieras regresar por otro round más― Digo a modo de broma. El voltea para irse- ¡Asher! ― Digo y voltea a verme― No la busques, no la encontrarás.―   ―¿Me lo dices porque eso es lo que tú harás? ¿me la ganarás de nuevo?― contesta un poco molesto.  ―No, porque la conozco y sé que no la encontrarás, no hasta que ella decida que debes encontrarla. Buena suerte.― Digo y sin más él se va a buscar el resto de su ropa mientras que yo caigo en este abismo que sé que será el haber perdido a la única mujer que he amado de verdad.
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