Agotada por los eventos del día, como un medio de escapé manejé hasta el centro comercial. Consciente de que Aaron estaría en la entrada de mi edificio a la espera de que apareciera decidí no solo salir antes del Ministerio, sino también aprovechar que necesitaba reponer algunas cosas en casa, aprovechar e ir por ellas y así distraer la mente de tanta tensión.
En compañía de Leonel y Marcos, nos adentramos en el automercado, donde estuve alrededor de una hora y de allí me entretuve en un café a tomar algo. Apenada con los chicos, los invité a tomarse un café conmigo.
—No es necesario licenciada, estamos en hora de trabajo —me dice Marcos, rechazando mi invitación.
—Me da pena con ustedes, hoy los he tenido de un lado a otro y ni sé si han logrado comer algo en todo el día —les digo obse
