Han pasado tres días desde la triste partida de la abuela de Assia, no la he visto desde el entierro, solo nos comunicamos por el móvil, pero de igual manera le extraño. En este momento estoy sobre mi cama viendo comer a mi conejito Algodón, fue un regalo que aprecio mucho, tengo tan gordito a Algodón que provoca comérselo, pero a besitos. El clima esta tan perfecto para ir a la playa, pronto comenzara la universidad y quiero aprovechar todo momento para luego esclavizarme con mis cosas. La propuesta de Illán se pasa de un lado a otro en mi mente, no lo veo desde que me lo propuso, no le he dado respuesta definitiva aunque creo ya la he tomado solo espero que él me escriba o envié señales de humo. –Lu, te buscan –escucho a mi madre del otro lado de la puerta y ni siquiera me da tiempo de

