Capítulo 5: Kael Silverblood, El Alfa Despiadado

1065 Palabras
El lobo saltó dejándola a su merced. Karman miró desde el suelo al enorme lobo de pelaje n***o. Su corazón palpitó en desesperación. ―¡No! ―Intentó retroceder sin importar que fuera arrastrándose como la más vil de las criaturas. Pero el alfa cruel tenía sus deseos claro. Él se acercó lentamente, con pasos firmes y pausados, su mirada llena de esa malicia y superioridad que perturba todo en Karman. ―¿Pensabas que podías huir de mí? ―Su voz fría y cortante resonó en la cabeza de Karman mareandolo. Él puede hablar siendo un lobo. ¿cómo era posible? Ella estaba incrédula―. Eres mía, tu destino está atado al mío ―Dijo justo lo que Karman había sentido al estar escapando de él―. No importa cuanto intentes huir, siempre te encontraré. Ahora acepta tu lugar a mi lado y no vuelvas a desafiarme ―Su tono dominante y desafiante hizo temblar a Karman, quien se sintió atrapada en una red de emociones confusas y peligro inminente. Los enormes colmillos se mostraron tan cerca de la cara de Karman que cerró los ojos con fuerza, es un acto de reafirmar lo que él le había acabado de dejar en claro. ―Te lo dije bestia asquerosa y cruel, no me voy a doblegar ante ti ―El lobo gruñó con fuerza, pero ella a pesar de su voz quebrada continuó―; tenemos un acuerdo, cuidas de mi gente y yo te hacía mi esposo. No puedes exigir también mi sumisión… ¡Aaahhh! ―Sentirse por los aires la descolocó, pero fue incapaz de saber lo que estaba pasando, Kael corre con ella sobre su lomo. El enemigo estaba asechándolos desde que se internaron en el páramo y estaban tan sumidos en la intensidad de su enfrentamiento que hasta Kael, alfa conocido por su buena percepción del peligro pasó por alto que se estaban acercando. Karman chilló al ver como cinco lobos los rodeaban, inmediatamente supo que eran salvajes. El miedo la consumió, pero de alguna manera ir en el lomo del lobo de quien la puso en esa situación le hizo sentir protegida. Shadow, como se llama el lobo de Kael tomó por completo el control. La furia negra dejó todo rastro de humanidad y se sumió en su naturaleza violenta. El frenazo tiró a Karman por los aires, el lobo le echó una mirada por su quejido y al comprobar que estaba bien le dio la espalda para enfrentarse a quienes fueron atraídos por el aroma de su luna. Karman retrocedió todo lo que pudo, los cinco salvajes son enormes y su mera presencia es imponente y desagradable. Duda que Kael pudiera con ellos, así que sin mirar atrás corrió aprovechando que la pelea había inició. Ella vio la oportunidad de ser liberada de ese animal asqueroso que odia con todo su ser. El pensamiento de Kael muerto la hizo feliz, pero ese sentimiento cambió tan drásticamente que detuvo sus pasos. Ella miró hacia atrás y observar como él se enfrentaba con gran fiereza a esos lobos le alteró el corazón. ¿Acaso siente preocupación? Se preguntó llevándose la mano al pecho. “Mía” Rugió el salvaje que estaba a punto de atacarla sacándola de sus pensamientos confusos. Karman se petrificó en el lugar, sin su espada no era más que una civil. “No la toques” Gruñó Shadow llevándoselo por delante y matándolo con solo una mordida a su cuello. Karman pasó saliva con dificultad, se había quedado congelada ante el inminente peligro y que ahora el lobo n***o de ojos rojos y maliciosos se acercara a ella la desarmó por completo. ¿La matará a ella también? Fue lo primero que le vino a la cabeza. ―¡Dioses! ―Karman se aferró al pelaje del enorme lobo y se pegó a su lomo para que las ramas que pasan no le dieron un golpe y la mataran en el acto. Todavía no comprende como puede subirla a él tan rápido. Todos miraron la llegada del usurpador con la reina en su lomo. Karman fue aventada al piso nuevamente e intentó retroceder, pero Kael ya había retomado su forma humana y sin medir su fuerza tiró de ella. ―Quiero ante mí a esos tres ―Señaló Kael a dos hombres y una mujer―. ¡Rápido! ―¿Q-que harás? ―Karman quiso soltarse, pero Kael la tenía bien sujeta, apretada a su cuerpo. ―¡Azótenlos! ―Ordenó con su voz cargada de desprecio. ―No, no por favor ―Rogó la mujer con lágrimas en los ojos al ser arrodillada. ―No, no los lastimes ―Pidió Karman desesperada al saber cuáles eran las intenciones de Kael―. ¡Lo prometiste, dijiste que nos protegerías! ―¡Me desafiaste, ahora ellos pagarán las consecuencias de tus actos! ―Cada latigazo era como si ella lo sintiera en carne propia. Ver a su gente sufrir de esa manera y no poder hacer nada la debilitó de tal manera que fue incapaz de luchar más para soltarse y tomar el lugar de los tres inocentes que estaban siendo azotados como castigo para ella. Kael como el cruel que es no escuchó sus súplicas para que fuera ella a quien azotara y la obligó a ver hasta el final. ―¡No quiero ver a nadie! ―Gritó desde el interior de la habitación donde estaba confinada después de presenciar como azotaban hasta la sangre a tres de su gente. ―Tu gente está muy altiva ―Kael entró sin permiso―. ¡Tienen que postrarse ante mí y obedecer todas mis órdenes o morirán como las cucarachas que son! ―No te creas superior, ¡Soy yo la reina! ―Gritó enfurecida, indignada por su osadía de pedir respeto cuando él solo había generado miedo y dolor. ―¡Te salvé la vida a ti y a tu pueblo, mujer ingrata! ―¡Y yo te convertí en mi esposo, animal asqueroso y vil! ―Replicó desafiante―. Ese era el trato. Estamos a mano, ¿No?―Se atrevió a burlarse de él. ―¿A mano? ―Los ojos grises de Kael se oscurecieron por una sombra lasciva―. Eso solo se puede tomar en cuenta cuando te entregues a mí y eso será ahora.
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