—Dormí con los niños —anunció Alonso al ver, a la chica que despertaba al movimiento en la habitación, mirarlo fijamente.
Él había entrado a despertarla, pues sentía que era momento de que ella iniciara.
» Solo vine a despertarte porque no sabía si habías puesto tu alarma.
Ni bien había terminado de hablar Alonso, el celular de la chica comenzó a sonar, con la intención de despertar a una joven que ya se encontraba despierta.
—Gracias —dijo Erena, aún confundida por la modorra—, y lamento lo de ayer. Estaba muy cansada.
—Está bien —aseguró Alonso—, puede que me haya extralimitado, de nuevo. Intentaré hacerlo mejor de ahora en adelante.
La joven asintió, entonces vio al otro salir de la habitación y se puso en pie para comenzar con sus labores, que iniciaban con ella cuidando de s
