Capítulo 2.

2074 Palabras
Había despertado completamente helado de pies a cabeza por haber olvidado cubrirse con una sábana la noche anterior. Luego de haber vaciado su cuerpo en el baño decidió que era mejor bajar a desayunar y tomar las fuerzas necesarias mientras intenta salir del sueño para ser capaz de alistarse y poder dirigirse a la universidad. Era temprano, la alarma parecía haber detonado mucho antes de lo esperado, pero tenía tiempo suficiente de prepararse antes de salir de casa y empezar el día con buen pie. El desayuno suele ser algo que en ocasiones olvida puesto que prefiere comerlo al llegar a la universidad, pero su madre le ha advertido que es malo para el cuerpo saltarse las horas correspondientes de las comidas. —Buenos días —se escucha todavía cansado pero el olor de la comida le espabila de inmediato—. Huele bastante bien —se acerca a la mesa del comedor y su madre se arrima para servirle un plato de tamaño considerable lleno de carne en juliana, patatas y algo de pan de ajo. —No lo mires tan extraño —dice su madre al ver como John observa el plato de comida—, tu padre trajo sobras de su cena de negocios y no podemos simplemente echarlas a la basura. —No es que se vea mal —por el olor ya él sabía que lo más seguro es que fuese comida costosa—, solo creí que me había despertado tarde y ya era hora de almuerzo. —Entre más observes la comida se terminará haciendo tarde y aun estarás aquí en casa —su madre tenía razón, por lo que sin pensarlo mucho más de la cuenta decidió comer. Se notaba indiscutiblemente que era comida preparada por un chef profesional, el sabor era acentuado y ligero en algunos ingredientes utilizados en la preparación de la carne, y las patatas estaban cocidas a la perfección. —¿Dónde está papa? —pregunta al cabo de unos minutos, era extraño que no estuviese en la mesa desayunando antes de ir a su trabajo. —Salió temprano, había una junta importante y decidió que comería algo en el camino —responde su madre mientras lava la vajilla. —Creo que debo irme —se apresura en terminar de comer y luego de hacerlo sube nuevamente a su cuarto para meterse en el baño y dejar que el agua tibia se lleve su pereza lejos. Se siente relajado, parece estar metido en un sauna, pero, aunque el baño le sienta del todo bien es importante llegar temprano a clases. Sale de la ducha, y luego de diez minutos está completamente listo para salir a ver la luz de sol y sentir el frío del día que entra en contacto con su piel. Usualmente se pasa por la casa de Thiare para ir juntos, pero al revisar su celular ella le había dejado un mensaje diciendo que acababa de llegar y le esperaría en la biblioteca donde se encontraba culminando un ensayo que debía entregar al finalizar el día. Son más o menos unos quince minutos en transporte público para llegar al MIT, la universidad donde ambos estudian sus respectivas carreras. Por un lado, John estudiando fotografía, y por el otro Thiare estudiando administración financiera. Tal parece que, aunque la música le gusta, no quiere mezclar su pasión con la economía que le sostendrá en un futuro. De esa manera puede escoger con libertad ambas cosas cuando se sienta preparada luego de haberle entregado todo su tiempo y dedicación en ser la mejor en lo que hace. Al llegar al campus se encaminó directamente a la biblioteca, luego de buscar silenciosamente entre las mesas se dio cuenta de que ella se encontraba sentada retirada de los demás en una de las mesas del fondo, parecía necesitar privacidad y mucho silencio por lo que se aproximó hasta ella. Le indicó que había llegado al darle un beso en la frente y sentarse a su lado en mutismo mientras le observa escribir. Ella le sonrió y se le queda viendo como si se hubiese desconcentrado de su actividad reciente, pero John le indica con la mirada que debe continuar. —Casi termino —le dice ella al oído—, deberíamos ir afuera un momento. Necesito decirte algo importante. A él le parecía extraño que por conversar ella dejara de lado lo que se encontraba haciendo, pero si era tan importante lo menos que podía hacer era escucharla atentamente. A salir de la biblioteca se pasearon un poco por el campus, pero ya que la conversación parecía no fluir John decide ser quien hable primero para mantener sus dudas a raya. —¿Qué era eso tan importante? En serio que me tienes con una gran incertidumbre —seguían caminando hasta que se toparon de frente con una banca extrañamente vacía. Ella se acerca para sentarse, y el brillo del sol saliente del día se posa sobre su hermoso cabello haciéndolo brillar. No suele vestirse de forma muy llamativa, pero ama los colores obscuros. —Dentro de algunos días tendré la oportunidad de presentarme —John ya sabía lo que eso significaba. Era un suceso importante para la vida de Thiare, estaba al tanto de que se trataba de la oportunidad de presentarse delante de un jurado internacional de las mejores academias de música del mundo. —¿En serio? —era la mejor noticia del día para él sin duda alguna. Al saber que ella reprime su sueño de ser una pianista profesional por creer que no encajará en la sociedad esto es una noticia de gran importancia, el boleto que Thiare necesita para sentirse confiada con ella misma y poder cumplir su sueño sin dejar que nada se interponga—. Eso es genial, sin duda alguna iré a verte. —Deberás —añade ella—, tocaré una canción que compuse para los dos. —Eso es… —de repente calla al escuchar que alguien menciona su nombre y a la distancia puede observar a dos compañeros de clases. —Son tus amigos —dice Thiare y levanta su mano para moverla en señal de saludo a los dos chicos que le contestan de la misma manera—. Seguro te esperan. —Sin duda alguna estaré el día de tu presentación —añade antes de colocarse de pie. Ya se le empezaba a hacer tarde para su primera clase del día y se tenía que apresurar—, será genial, estoy deseando verte tocar. —Practicaré mucho —sonríe y extiende su dedo pulgar para hacerle saber que va a esforzarse al máximo. —¿Te veré al salir? —interroga antes de marcharse. —Te llamaré —le hace saber que es lo más probable. —Vale, estaré pendiente de mi teléfono —luego de despedirse con un beso se encamina hasta donde sus dos compañeros se encuentran no sin antes darse cuenta de que no había podido preguntarle cuándo sería el día de su presentación. —Te envidio —dice uno de sus compañeros—, pasas tiempo con tu novia, trabajas y tienes tiempo de estudiar. Desearía tener tu nivel de organización en mi apretada agenda. —Si al menos dejaras de salir tanto a fiestas seguro podrías tener tiempo —añade Doug, uno de los mejores amigos de John desde que comenzó la carrera. Es un chico de estatura normal y piel morena obscura. Es un buen estudiante amante del arte como John, mientras que el otro chico Zack solo buscaba una carrera fácil de cursar para dejar satisfechos a sus padres. —Mejor vamos a clases —propone John—, ambos hablan demasiado y estamos perdiendo el tiempo —John empieza a caminar al edificio correspondiente donde se encuentran las aulas de clases adonde estará el resto del día estudiando seguido de sus dos compañeros. —Hoy iremos a una fiesta —propone Zack de la nada. —Creo que tengo tiempo —añade Doug accediendo a ir a la reunión—. ¿Qué dices tú John? —No lo sé —intenta recordar si tiene demasiadas cosas pendientes como para ir a perder el tiempo—, seguramente salir con Thiare. —Vamos —se queja Zack al escuchar que su libertad ya se ve tan afectada—, no es como que no debas. Amigo, no estaremos en la universidad por siempre y debemos disfrutar al máximo. —Concuerdo con este idiota por primera vez en años —comenta Doug con una risa—. Necesitas pasar tiempo con tus amigos, además no he visto un solo día en el que tu novia no se quede hasta tarde en la universidad mientras que tú vas al trabajo. Estará bien, tiene muchas amigas. —Lo pensaré un poco, igual debo ir al trabajo —luego de llegar al edificio se adentran en busca de las escaleras para subir al piso donde el aula de clases se encuentra. —Será por la noche —Zack no se quedaría tranquilo hasta verlo dentro del barco—, tendrás tiempo de salir del trabajo e ir a casa a cambiarte antes de que comience. —No prometo nada, les enviaré un texto si accedo a ir —al llegar al aula de clases se adentran y observan en el pizarrón que el profesor ha escrito que regresará en un par de minutos. —Al menos queda la esperanza en el aire —dijo Doug y se sienta en su respectivo lugar. Zack como de costumbre se acerca a las chicas del aula de clases para charlar un poco y John solo se queda estático en su silla sin nada más que pensar en que tiene trabajo por hacer en la ferretería. Le hace falta salir a divertirse y lo sabe, cree que no le hará daño ir a la fiesta y después de tener tantas ocupaciones librarse un poco de eso sería menos estrés para su cuerpo al menos por un tiempo. Una llamada urgente de su jefe le hizo salir antes de lo esperado de la universidad sin tiempo de ver su última clase y de poder despedirse de Thiare. Iban a tener bastante trabajo puesto que un nuevo cargamento de materiales acababa de llegar y el jefe lo necesitaba supervisando que todo lo que había sido encargado estuviese bien acomodado en el almacén, después de todo no hay muchos trabajadores y a él siempre le toca el trabajo pesado. Se partía la espalda trabajando para poder pagar la matrícula de su universidad añadiendo un trabajo como fotógrafo algunas veces a la semana para no depender tanto del dinero de sus padres ya que estudiar en una prestigiosa universidad suele ser costoso. Para Thiare el día había sido común, estudiar y repasar las partituras de las piezas que debe tocar en su presentación. Era una oportunidad gigantesca, pero tenía miedo de tener que salir del país dejando atrás a todas las personas que ama incluyendo a John. Después de tres años de noviazgo pretender dejarlo atrás por cumplir su sueño parecía casi imposible, no podía desprenderse de algo para correr hacia un camino diferente. Para John el final de su jornada laboral marcaba en su reloj personal un siglo de horas por dormir. Estaba tan exhausto que sus manos apenas eran capaces de poder abrir la puerta de la ferretería para salir del local. Doug mensajeó a su teléfono indicándole que irían por él, aunque pensó negarse por el cansancio algo dentro de sí le decía que debía darse la oportunidad al menos. Llegaría a viejo sin saber lo que era disfrutar su juventud y el pensar que su vida podría solo basarse en trabajo le hace recordar que sería un desperdicio no intentar divertirse un poco. Sus compañeros fueron a buscarle a casa aproximadamente a las ocho de la noche, mientras el auto avanzaba y él veía por la ventana llegó un mensaje de Thiare a su celular diciéndole que había llegado a casa hace unos momentos y se encontraba practicando las partituras de la pieza que tocaría por ambos. “Se esfuerza más que nadie —pensaba al leer el mensaje casi deseando haberse quedado en casa. Pero al imaginar que ella debe sentirse tan encadenada y sofocada por cumplir su sueño solo le hace creer que es un obstáculo para ella. John tiene por seguro que si ella gana el premio de la presentación podrá estudiar música en el extranjero, pero conociéndola jamás aceptaría el premio, nunca sería capaz de irse lejos”. Terminó bebiendo más alcohol del que pensaba con la esperanza de olvidarse de su estrés mental, y de la carga que coloca encima de los hombros de Thiare al indirectamente obligarle a quedarse a su lado. Estuvo viendo el cielo desde que llegó fuera de la casa donde se estaba dando la fiesta por alguna razón que desconocía, y era tan tranquilizador el sentimiento que le abrumaba pensar que algo malo se acercaba en silencio.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR