JOSHUA
No quería irme de Grand Amarilo sin Estefanía, así que hice todo lo posible por alargar un poco más mi estancia en esa ciudad.
Había hecho una nota mental de que tenía que subirle el sueldo a mi asistente que estaba liado desde que me había venido para acá. En teoría había sido gracias a él que comía algo durante esos cuatro años en soledad.
Me senté de nuevo en mi lugar viendo a Iñaki jugar con otro niño con la pelota que había recién recuperado. Mi hermana seguía inmersa en su teléfono y su mirada se veía húmeda. Estaba consternado por ella por lo que no pude aguantar más.
— Lea, algo te pasa y quiero saber qué es —. Le fui directo ya que ella siempre tendía a ocultar sus cosas.
— No me pasa nada... es solo que me enojé con mi novio eso es todo —. Dos lágrimas lograron es
