Christopher dio un par de pasos para sentarse al lado de Jilliane, en el lugar donde su madre le había pedido hacerlo; pero antes de que él tomara asiento, Hanna colocó su bolso en medio para evitar la cercanía excesiva entre ellos a lo que el chico esbozó una sonrisa ladina con cierta burla por el acto de su madre, aunque no podía culparla por querer evitar tanta cercanía entre ellos. Una vez ambos sentados en el sofá, la mayor miró a ambos chicos a los ojos mostrando una mirada de rendición ante ellos y soltando un suspiro comenzó el sermón. — ¿Ustedes dos piensan cambiar de idea en algún momento con respecto a esto que.... sienten el uno por el otro? — No —dijeron ambos al unísono. — Mamá —continuó el joven—, tal vez tú no lo veas, pero esto es algo que ha ido evolucionando con el pa

