Cuatro días después el sigue sin hablarme. Le sigo enviando mensajes todas las noches y ellos solo se guardan en su buzón, creo que ni siquiera eran leídos y me duele mucho. Gabrielle era mi única compañía en estos días y aunque al principio mis padres no tomaran muy bien que viniera a visitarme ellos se han acostumbrado a su presencia y extraña forma de ver la vida. ¿Quién lo diría? Jamás pensé que ambas podíamos ser amigas, pero era agradable poder disfrutar de su frio silencio, sobretodo cuando me acompañaba a mis reuniones de adictos como en esta noche. Hoy Dave se encuentra un poco animado e insiste un par de veces a que pueda contar mi historia. Todos me escrutaban mientras él me tomaba de la mano y me invitaba a levantarme para que así pudiera ser su propio blanco. -Oye-Gabriell

