Capítulo 3.

1901 Palabras
—Entonces te rechazó…—Comenta Dylan tomando su cerveza mientras comemos en un restaurante local. Y creo que le es imposible, ocultar su sonrisa. —No me rechazó a mi—Le digo para quitarle la sonrisa—Solo a la empresa —Ya—Dice de nuevo con esa sonrisa burlona, tomo un poco del refresco que tengo frente a mi. Recargo mi mejilla en la mano con algo de aburrimiento—¿Qué sucede? —No sé como lograré convencerlos, ni si quiera pude ver al responsable de la empresa—Paso la mano por mi cabello. —Saca tus encantos—Me dice aun divertido —Dylan, hablo enserio, déjate de tonterías—Digo levantando la voz un poco mas de lo que pretendía —Yo también lo digo enserio, conquístala, cautívala lo suficiente, para que al menos te escuche —¿Cómo pretendes que haré eso? —Le pregunto con sarcasmo —Hermano, ¿Te haz visto en un espejo? —Me señala de arriba abajo con su dedo índice, como si fuera obvio. —Sabes, que no tengo esa capacidad de ser un “don juan” —Solo tienes que ser amable con ella—Me dice poniendo los ojos en blanco —Creo que vamos a necesitar un milagro para cerrar este trato—Paso mis manos por el cabello, y me dejo caer en el respaldo mirando el techo. Se hace un ligero silencio. —Pues tu milagro acaba de entrar por la puerta—Me dice, lo observo y su mirada esta clavada en unas personas que saludan con alegría del otro lado del restaurante. Es la chica Didras con un señor, un poco mas joven que mi padre. Tal vez de la esas de mamá. Frunzo el ceño—Vamos a hablarles Dylan se levanta rápidamente, sin esperar una respuesta de mi parte. Me tardo en reaccionar, pero cuando lo hago, llego un par de segundos después a la mesa donde se acaban de sentar nuestros objetivos. —Buenas tardes—Dice Dylan —Buenas tardes—Responde el señor amablemente, y cuando mis ojos se posan en los suyos, es fácil ver quien es, sin duda es el padre de Julieta, tienen la misma alteración en los ojos. Y podría apostar que la misma sonrisa. —Lamento molestarlo señor, mi nombre es Dylan Cooper—Dice mi amigo con una educación que nunca había escuchado en él—Y él es mi socio y amigo, Logan White Puedo ver como el señor Didras abre los ojos al escuchar mi nombre. —Logan White—Dice mirándome aun con serpresa—¿Eres pariente de los hermanos White de Alemania? —Si señor—Respondo incluso con orgullo—Aaron White es mi padre Me dedica una sonrisa curiosa, para después dirigirle una mirada a Julieta, que parece estar muy seria. El solo le sonríe un momento. —Espera, tu eres el chico de Sofisys—Me pregunta ahora con algo de sorpresa, Dylan y yo asentimos con entusiasmo—Mi hija Julieta me ha hablado de ustedes —¿Si? —Pero la sonrisa que me dedica, me deja ver que no precisamente cosas buenas. —Si, pero ahora comeremos… —No—Dice Dylan rápidamente, a veces me sorprende la forma que tiene de envolver a las personas—No queremos hablar de negocios, de hecho si nos permite, podríamos invitarlos a comer, para conocernos Puedo ver como Julieta se sorprende al escuchar a Dylan. Y fulmina a su padre con la mirada, de verdad que tiene esta niña contra nosotros. —Pues si no les molesta comer, con mis hijos y mi esposa, adelante—Dylan asiente, y le pide al mesero que disponga la mesa —¿Cuántas personas seríamos? —Le pregunta Dylan a Didras, que se ve interrumpido de una discusión con su hija. —Si ustedes solo son dos, seriamos 7 en total—Contesta amablemente a pesar de que estaba discutiendo con su hija. Después de que nos preparan la mesa nos sentamos, dejo al señor Didras en la cabecera, mientras que yo me siento a su lado izquierdo, y a mi lado izquierdo Dylan, frente a mi esta Julieta, que me mira con esos intensos ojos tan extraños. —Cariño siento la demora—Escucho una voz suave, melódica seguida por la risa de dos adolescentes. Una mujer saluda a Didras de beso, los chicos se sientan, pero no les presto mucha atención, porque justo en el momento que veo a Didras, veo a la mujer girarse, y si antes pensé que Julieta se parecía a su padre, ahora me doy cuenta que lo único que tiene de él son sus extraños ojos. Porque Julieta es idéntica a su madre, y mi cara debe de reflejar el asombro que siento al verlas juntas. Didras ríe —Lo sé, se parecen mucho—Dice con alegría y orgullo—Lo cual agradezco, por desgracia mis torbellinos no tuvieron tanta suerte Me dice señalando a los dos chicos que se sentaron junto a su madre. En el caso de ellos son lo contrario, lo único que secaron de su madre fueron los ojos, y es curioso porque en el caso de ellos aunque sus ojos son verdes, uno tiene la mitad de uno café, y el otro chico la mitad azul. Al parecer si sacaron eso también de su padre. Levanto las cejas en sorpresa. —Por cierto, por si no nos presentaron—Dice el señor—Ellos son mis hijos, mal educados que no saludan—Los riñe y los niños se ponen rojos—Leartes y Mattias, a mi hija Julieta ya la conoces, y ella es mi esposa, Aike Ly, y bueno a mi me puedes llamar Aiden —Mucho gusto a todos—Les digo, con una ligera inclinación de la cabeza—Mi nombre es Logan White, y el es mi socio Dylan Cooper. —Oh—Dice la señora Aike—Ustedes son los que quieren comprar la patente —Así es—Le digo con una sonrisa amable —¿Le darán muchos millones a Julieta? A ver si así ya me pagas los 30 dólares que me debes—Dice uno de los chicos, aun no sé cual es cual. —No estamos aquí para hablar de negocios—Dice Dylan amablemente —Claro que no, porque no hay nada de que hablar—Es lo primero que le escucho decir a Julieta —Julie, tal vez no debamos hablar de esto ahora… —¿Por qué no? Esa es la intención de ellos al invitar esta comida—Se encoje de hombros. —Nosotros solo queremos conocerlos—Trata de conciliar Dylan, sabiendo que si yo hablo, no me andaré por las ramas —¿Para que? Para saber como acercarse y usarlo para una negociación—Dice con veneno la niña—Lo único que quieren es comprar esta tecnología para hacer mas dinero. Yo levanto las cejas en sorpresa. Sé que Dylan ya no dirá nada, porque el evita las confrontaciones. Pero yo no me dejaré de esta niña, que me insulte e insulte la empresa que tanto trabajo nos costó construir. —¿Y tu para que quieres esa tecnología? —Le pregunto, y aunque sé que debo dirigirme a su padre, no lo hago, el no ha atacado mi empresa —Para mejorar las motocicletas del taller, y que exista menor riesgo al correr. —¿Y que te hace pensar que no podrías hacer eso? —Le pregunto dejando de lado las formalidades del “usted” —Que quieren la exclusividad de su uso—Levanta una ceja. —¿Y no sabe lo que es una negociación? —¿Y usted no sabe lo que es una negativa? —Pregunta burlándose, no puedo evitar sonreír al ver el fuego en sus ojos. Toma aire, y sé que se avecina un discurso—Usted nunca ha tenido porque esforzarse, solo es un niño rico que su padre le cumplió su capricho, como quiere adquirir una tecnología que se diseñó para motocicletas, si ni siquiera conoce el negocio… —Pero conozco MI negocio, señorita—Le digo tratando de calmarme, pero siento en mi interior que algo quema—Y sé perfectamente como esta tecnología puede ayudarme en mi negocio, ahora si su conocimiento sobre mi, y nuestra empresa—Le digo señalándonos a Dylan y a mi—Se basa en lo que dicen las revistas de chismes, mucho me temo, que de verdad no podremos hacer negocio, porque si usted piensa que soy idiota por mandar a mis abogados, entonces usted no queda muy lejos, haciendo un prejuicio sobre nosotros sin conocernos —Que galante—Dice ella con sarcasmo, yo sonrío de medio lado, y siento la mano de Dylan tratando de calmarme en mi brazo —Pero al menos yo mandé a mis abogados, porque tengo la inteligencia suficiente para saber que los negocios se cierran con ellos presente, y tengo la suficiente inteligencia para presentarme y dar la cara a pesar de su negativa, y su grosería tajante, pensando que aquí encontraría una negociación civilizada, pero veo que con usted de por medio no es posible eso. —Me levanto, saco mi cartera y dejo mil dólares en la mesa—Corre por mi cuenta Salgo bastante molesto. El aire me pega y se siente increíble poder respirar lejos de esa niña molesta. —¿Qué fue eso? —Me pregunta Dylan con el ceño fruncido, demostrando que esta enojado. —Dylan, lo siento—Le digo enojado, frustrado—Pero esa era una negociación… —¿Imposible? —Me pregunta terminando mi frase, yo asiento, rascando mi cuello, el sonríe—Eso mismo hace tu papá cuando esta tenso—Me recuerda, y yo sonríe porque si tengo muchísimos ademanes de mi papá—Pero no tienes que disculparte —¿Qué? —La verdad es que pensaría que Dylan estaría ahora mismo gritándome —Ella ha tomado una decisión arbitraría, y honestamente que flojera trabajar con alguien así No puedo evitar reírme de su pensamiento, pero agradezco que me apoye en esto —Creo que es hora de regresar a Nueva York—Le digo sonriendo, y el asiente —Señor White—Llaman mi atención y ambos nos giramos —¿Si? —Le pregunto ya sin nada de cortesía, pero mirando sus pequeñas pecas divertidas —Si usted esta dispuesto a conocer el negocio de las motos, y aprender de donde viene la tecnología, tal vez podamos hablar de negocios —¿A que se refiere? —A que tendrá que ensuciarse las manos—Me dice con una sonrisa algo maliciosa, y señala mi traje—Los veo mañana a las 8 de la mañana en el taller —¿De verdad? —Le pregunta Dylan confundido —Si—Se voltea—No vayan de traje, por favor. —De acuerdo—Le digo y ella entra de nuevo con su familia, pero su padre se acerca a nosotros —Logan—Me tutea y yo asiento—Si logras convencer a mi hija de cederte la patente, yo no tendré problema de firmar los papeles correspondientes —Bien—le digo y nos estrechamos las manos.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR