Capítulo 7.

1879 Palabras
—Hola—Saluda Julieta desde detrás de una moto, sin mirarnos directamente. —Te trajimos esto—Le contesto dejando el paquete con el carburador sobre el asiento de la moto. —Gracias—Dice saliendo detrás de la moto. Manchada con algo de grasa, y con un jumper de mezclilla—Ahora ven aquí a ayudarme, y tu—Dice señalando a Dylan con una llave—¿Puedes ayudar a Leo? Esta en esa moto Señala la que esta justo tras de ella y solo se ve la mano levantada de Leo. Dylan se acerca a él y Julieta me observa a mi. Me hace un gesto para que me acerque, le doy la vuelta a la moto, y me coloco junto a ella en cuclillas. —Tu tienes que desmontar esto—Señala una pieza bajo el volante, que parece realmente inaccesible—Sin mover mucho la moto, porque yo estaré trabajando con este pequeño juguete Toma la caja que deje sobre el asiento, y saca los dos carburadores —Leo—Sale la cabeza de Leo tras la moto, y ella simplemente le arroja la caja con un solo carburador, Leo la agarra magistralmente en el aire. —¿Por qué tengo que desarmarla? —Le pregunto revisando la pieza, y mirando su caja de herramientas. —Porque ahí va el nuevo microchip—Dice tomando un desarmador y estirándomelo—Es hora de probarlo en esta moto —Pensé que ya estaba probado—Digo frunciendo las cejas, porque si no funciona, entonces no le veo tanto caso a seguir apostando por una patente que no funciona. —Ya lo esta, pero no en esta moto, sino en esa—Me señala con la cabeza una motoneta que junto a una pick up azul, muy bien cuidada, que debo decir me impresiona, es hermosa —Si ya funciona, ¿Para que probarla de nuevo? —Porque la moto de pista es esta, la que corre mas es esta, por lo que es donde queremos reducir los riesgos. Tomo el desarmador que me da, asiento y comienzo a trabajar. Básicamente porque quiero ver el funcionamiento del chip, lo que no esperaba es que fuera un trabajo tan laborioso, especialmente cuando no tengo que moverla mucho. Aunque no sé mucho de motocicletas, armar y desarmar cosas, fue algo que hice mucho en la adolescencia, y es algo que puede mantenerme ocupado por horas. De vez en cuando siento una mirada sobre mi, supongo que trabajando con otras tres personas es normal que eso suceda, solo que no suelo trabajar con mas personas, normalmente estoy solo o con Dylan. Cuando logro quitar el volante junto con los cables que lo conectan me siento algo eufórico. —Ay, señor Ebenezer—Llama mi atención Julieta, cuando mis ojos se posan en ella, parece algo perpleja, yo levanto las cejas en curiosidad—Buen trabajo. —Gracias—Le digo y regreso a mi trabajo, aun falta desmontar lo importante, pero antes de ponerme en cuclillas, ella me agarra de la muñeca para evitarlo. De nuevo la observo con curiosidad. —Es hora de comer —Vayan, yo seguiré trabajando—Pero ella me detiene de nuevo por la muñeca, antes de agacharme. —Vamos—Me jala y no pongo mucha resistencia —Espera, deja acomodo lo que desorganice—Ella abre los ojos, pero me suelta, y comienzo a guardar las herramientas que utilicé—Listo Le digo y me paro frente a ella. Se compone del asombro, y le hago la seña de que la sigo. Me guía hasta el comedor del taller, y me sorprendo, que el taller es realmente grande, y tiene muchos trabajadores. Ahora soy yo el sorprendido, y para mas sorpresa es que por donde pasamos, las personas saludan con tanta familiaridad, a pesar de que Leo y Julieta son los jefes. Se sientan en una mesa, en la que asombrosamente están sus padres. No había notado que estaban aquí. —Buenas tardes—Les digo con educación —Hola White—Saluda Aiden, y Aike solo asiente con la cabeza, porque acaba de llevarse un bocado a la boca—¿Cómo te trata este monstruo? Dice dándole una sonrisa cariñosa a su hija, y ella le sonríe de esa forma en que es lógico que su padre este tan embobado con ella. —Realmente bien—Le digo con cordialidad —Hoy desmontó parte de una moto—Dice Julieta con algo de asombro. —Y lo hizo bastante… bien—Afirma Leo del otro lado de la mesa, yo sonrío y miro a Dylan que esta divertido—Este—Señala Leo—Es un desastre ¿De verdad eres ingeniero? —Claro que lo soy—Dice Dylan ofendido, y Leo levanta la ceja, Julieta se levanta y me hace una señal con la cabeza de que la acompañe. —Con permiso—Les digo levantándome y acompañándola. Me sorprende ver la organización que tienen aquí, pero recoge un par de charolas y me las da, supongo que una para Dylan y para mi, comienzo a servir lo que hay. Y lo llevamos hasta la mesa, le entrego una charola a Dylan, y me siento a su lado. —¿Puedes creer que dude de mis habilidades este mocoso? Es él quien no me deja trabajar a gusto —Dylan, he trabajado contigo desde hace años…—Le digo agarrando un poco de ensalada—… Sé que eres un desastre para trabajar Todos en la mesa se ríen. Mientras que Dylan me fulmina con la mirada —Tu eres un controlador, con trastornos obsesivos compulsivos—Lo que me hace reír, aunque todos se pusieron serios cuando lo dijo —Puede que si, pero a mi si me dejaron desarmar una moto—Me río y me burlo de nuevo. —Yo te entiendo—Dice Aiden con una sonrisa—Siempre le digo a mi esposa que el orden es importante en todos los aspectos. —Tu también eres un controlador en tus cosas—Lo riñe Aike, con una sonrisa. No puedo evitar sonreír. Miro a Julieta que parece sorprendida al verme. La comida pasa de lo mas agradable. Aiden y Aike son buenas personas, muy parecidos a como son mis padres, y tener a Dylan y Leo, es como estar con Novak y Johanh. Regresamos al taller y me pongo a desarmar lo siguiente, esto es mas difícil, porque tiene demasiados cables dentro. Nunca había visto una moto semi desarmada, y ahora que trabajo en ella, veo que es todo un mundo. —¿Necesitas ayuda? —Me pregunta Julieta, llamando mi atención con el ceño fruncido, la volteo a ver, no por que me ofrezca ayuda, sino porque estoy concentrado en lo que hago, no quiero arruinar la moto, por no poner atención —Creo que por el momento estoy bien—Le respondo y ella asiente. —Jullie—Le grita su padre desde la puerta—Llegaron los chicos de la clase —Si papá—Responde ella gritando, para después mirarme—Si necesitas algo, estaré en la pista, con Leo —Si, gracias—Le digo, y ella se va. Regreso mi atención a la moto, no sé cuanto tiempo pasa, pero estoy de lo mas entretenido, soy consciente de que hoy dormiré poco, no he trabajado nada, ni si quiera he revisado mis mensajes. —Tenía años sin verte así de entretenido—Me dice Dylan sentándose en la mese del otro lado de donde estoy trabajando, frente a mi, le dedico una ligera sonrisa, antes de volver a poner la mirada en la moto. —Tenía años, que algo me entretenía así —Eso veo—Me dice y en su voz puedo notar la diversión—Aunque creo que podrías divertirte mejor con Julieta Este comentario hace que tire la llave que estaba utilizando, me toma por sorpresa que diga algo así. —No me jodas, Dylan—Le digo con una sonrisa de medio lado, me agacho a tomar lo que se me cayó y lo limpio un poco por la tierra que se le pegó, el levanta las cejas sorprendido —Vamos, no me digas que no has notado lo guapa que es... —Comienza a reírse—Porque si es el caso, tendré que replantearme tu sexualidad Le arrojo el trapo con el que estaba limpiando la llave. —Es guapa, si—Le digo tranquilamente—Pero es una niña —Una niña, que sé nota que le gustas—Levanta las cejas de forma sugerente. —No… por favor, Dylan, no digas tonterías —Vamos, esta claro que si ¿De verdad no lo has notado? —Pregunta muy sorprendido —No, y no creo que sea verdad, solo es una niña. Además creo que Leo y ella están destinados a estar juntos —¿Crees? Porque de verdad le gustas tu…—Su voz suena muy convencida, giro la cabeza un poco, para tratar de entenderlo —Estas loco—Le digo riendo, y regreso a trabajar antes de que Dylan diga mas tonterías. —Iré a hacer unas llamadas, necesito ponerme en contacto con mi mujer, sino quiero que me corten los huevos —Adelante, no se vaya a perder un patrimonio de la humanidad—Me burlo y antes de salir del taller, me hace una señal con el dedo corazón que me hace reír. Cuando Dylan regresa, después de lo que yo considero una eternidad, ya casi termino de desmontar lo que me pidió Julieta. —Venga, vamos a salir a tomar aire fresco, no creo que el que inhales aceite y solventes, te haga bien a esa cabezota tuya. Me dice y decido hacerle caso, necesito estirar las piernas y de verdad despejar la mente, tomo una de las botellas de agua que tienen en el frigobar del taller, y salimos. Vamos a dar una vuelta por el lugar. Llegamos a la pista que tienen aquí y que tienen una hora y media provocando un ruido espantoso aquí. Pero lo que mis ojos ven es impresionante, la pista es enorme. Se extiende hasta donde mis ojos no alcanzan a ver. Y aun mas interesante, en ella hay dos personas en moto. No es de genios saber quienes son. Aiden esta en la meta al parecer cronometrando, pero mis ojos se enfocan en la chica que corre impresionante, toma cada curva cada salida, cada parte de la pista con tal habilidad que deja con la boca abierta. Aunque va rápido, puedo ver en algunas ocasiones como es que su cuerpo se mueve lo suficiente para girar casi acostada al piso. Debo decir que verla así es excitante. Demasiado y me siento raro al tener una ligera erección al mirarla. Y justo ahora, odio a mi amigo, por decir esas cosas antes. Terminan la carrera, ambos bajan de sus motos, se quitan los cascos, y ella va a abrazar a Leo, alegre, como una niña abraza a su hermano. Suspiro molesto al ver la escena, porque justo eso me recuerda que Julieta es una niña. Hermosa, sexy e inteligente, si, pero no deja de ser una niña.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR