La vida de Kayla no era para nada sencilla, ella se sentía como pez fuera del agua en todo momento y en todo lugar. Nacida en una familia de médicos, cada m*****o de su familia ya sea sus padres e incluso hermanos, trabajan en algo relacionado a la medicina y ella siendo la mas joven de la casa y al mismo tiempo la menos inteligente, eso crea muchos roces y burlas familiares.
Kayla tiene un único amigo que además es su vecino, es la única persona de su lado. En el colegio sufre acoso contante por parte de sus compañeros y es totalmente dejada de lado por estos, eso hace su vida mas difícil. Ella no tiene nada mas que Alexander en el mundo, su familia es lo mismo que la nada y eso es realmente agotador para ella, tanto que muchas veces pensó en abandonar el mundo.
Una mañana antes del día tan esperado por todos; Halloween, Kayla caminaba por la ciudad cuando se encuentra con una tienda de elementos raros. Esta tienda era conocida por vender chatarra que la dueña aseguraba que estaban encantadas, pero la gente era tan escéptica que la creían charlatana y mentirosa, solo obtenía ventas por medio de los youtubers que hacían videos paranormales.
Ella nunca había estado interesada en ese tipo de chatarra, pero se acercaba Halloween el cual era su festividad favorita, quería comprar algo que combinara con su disfraz y sentirse menos vacía. Mientras veía los objetos de la vidriera, sus ojos fueron llamados por un hermoso collar, este no estaba en la vidriera sino mas lejos, pero su atención recayó en el de inmediato.
Entro en la tienda y de repente aparece la dueña de la tienda, esta caminaba lentamente desde el mostrador hasta la puerta donde se encontraba Kayla, tenia el rostro pálido, la tez algo áspera, su cabello n***o y espeso junto a sus ojos negros y rasgados. Su mirada era penetrante, sentía que me comía el alma por completo, la niña intento alejar esos pensamientos y se centro en el hermoso collar a unos metros de ella.
—Buen día querida, ¿Algo que te interese? —Pregunto la señora con su voz musical y áspera a la vez.
—Vi un collar que me llamo mucho la atención —Murmuro Kayla apuntando al dichoso collar.
—Claro, ve y fíjate si te conectas con el. En ese caso puedes quitarlo y te haré un descuento —Dijo la mujer mientras le guiñaba el ojo y volvía al mostrador.
¿A que se refería con conectarse? ¿Puedo conectarme con un collar? La mente de Kayla estaba muy confundida por las palabras de la anciana, pero sin dudarlo se acerco a este collar. Este brillaba intensamente y su mente se replanteaba la idea de tocarlo, al final sintió algo de miedo por lo que la mujer había dicho y se dispuso a irse, pero algo la detuvo.
“No te vayas”
Escucho que decía una voz, se volteo y no vio a nadie mas que al collar quien seguía quieto en su correspondiente maniquí. Pensó en voltearse e irse, pero al final decidió acerca de a este y tomarlo entre sus manos con seguridad. Le costo bastante trabajo sacarlo, estaba pegado al maniquí y se sentía como si tuviese pegamento, pero al tocarlo por dentro, no tenia nada.
“Ponme en tu cuello Kayla”
Volvió a decir la voz, se sintió bastante insegura, sentía que el collar le estaba hablando pero eso era totalmente imposible. No podía ser, los collares no hablan ¿O si? Por supuesto que no, ¿Qué tontería estaba pensando? Que los collares hablen es tan ridículo como que sus padres la quisieran, eso era algo que claramente la niña sabia y no quería sentirse peor.
“Te estoy hablando a ti Kayla”
Le volvió a decir esa voz fantasmal, estaba demasiado confundida, ¿De donde podía provenir dicha voz? Seguía pensando ella, quería rendirse, dejar el collar donde estaba y huir rápidamente, pero algo muy dentro de ella le decía que no lo hiciera y al final no lo hizo.
“Ponme en tu cuello”
Repitió la voz y obedientemente se lo puso. Al principio se sintió extraño cuando este se traslado por a si piel, se le erizo la piel de inmediato, pero se sentía como un collar normal, solo que se le erizaba la piel como si fuera mucho mas que un simple collar. Al abrocharlo en su cuello, la cosa se puso mas incesante.
“Hola Kayla”
—¿Hola? —Dijo en tono de pregunta, no sabia quien era pero alguien le estaba hablando.
“Es bueno que finalmente me hayas aceptado”
—¿Quién eres —Pregunto nerviosa, la voz no se escucho en ese momento, sino unos minutos después.
“Soy el collar en tu cuello”
La revelación la hizo estremecer, ¿El collar se estaba comunicando conmigo? ¿Eso siquiera era posible? Esas preguntas azotaban la mente de Kayla y le divagaba la idea como una posibilidad muy lejana, no se hacia siquiera a la idea de que fuera posible. Ignoro la charlatanería del collar e intento quitárselo del cuello, pero este se aferraba, lo tenia totalmente pegado y no podía quitarlo en absoluto.
“No puedes quitarme hasta escucharme”
volvió a ignorar la voz, ya que no podía quitárselo, entonces lo pagaría y vería luego como deshacerse de el. Fue a pagar de inmediato y la mujer sonrío al verla con el collar puesto. Estaba confiada de que estos solo eran trucos para que comprara el collar y al salir de la tienda, este no volvería a hablarle. Grave error.
—Ten cuidado cariño, ese collar puede ser hermoso pero es muy mentiroso —Soltó de repente la mujer, su rostro reflejaba advertencia y en el de Kayla “No creo en estafas”
La joven salio casi corriendo y se fue directo a casa, no pensó en ningún momento sobre la posibilidad de que este collar tuviera algo importante que decirle, lo ignoro todo el viaje y al final este dejo de relucir su voz fantasmal y Kayla pudo disfrutar de un viaje bastante tranquilo. Al llegar la cosa se disparato, luego de pelear por enésima vez con su hermano mayor Charlie y de ser culpada por sus padres. Kayla se encerró en el cuarto con el collar, era hora de saber lo que quería.
“Kayla, solo quiero ayudarte”
—¿Cómo puedes ayudarme tu? Solo eres un collar —Espeto la adolescente con molestia y se sentó en la cama.
“Soy mágico, puedo darte lo que deseas siempre y cuando me des lo que yo deseo”
Sus palabras hacían eco en los oídos de Kayla, ella no podía creer lo que oía y aunque al principio pensó en que eran tonterías, luego le pareció normal. El collar era parlante después de todo, algo tan tonto como poderes y deseos, no resultaba tan extraño para una persona a la cual un collar le estaba hablando.
—¿A que te refieres? —volvió a preguntar, quería estar segura, aun recordaba lo que la bruja le había dicho.
“Tu quieres la aprobación de tus padres y el amor del resto, quieres ser perfecta, la mejor, ser popular y yo puedo darte todo eso. Lo único que yo quiero es sangre, solo un poco tomada de tu cuello cada día”
La voz fantasmal del collar ya no le resultaba tan extraña a Kayla y acabo esperando que el collar terminara de hablar. ¿El collar podía darle popularidad a cambio de que le diera de su sangre? Si era realmente así, ella estaba dispuesta a hacerlo, después de todo; el cuerpo tiene de cuatro a seis litros de sangre, no era como si un collar tan pequeño pudiera beberla toda.
—¿Estas diciendo que puedes darme popularidad y el amor de mis padres solo a cambio de sangre? —Pregunto la niña y espero la respuesta de no llegaba.
“Si, soy un parasito y necesito de sangre para vivir. Yo te doy mis poderes y tu me das la sangre que necesito”
—Me parece un buen trato, pero quiero ver primero los efectos de tus poderes y ya luego tomas la sangre —Dijo ella con seguridad, no era tonta y no dejaría que un collar le viera la cara de tonta. Si le asusto el saber que tenia pegado a su cuello un parasito chupa sangre, pero tener miedo no arregla el hecho de que esta pegado a su cuello.
“Muy bien, el efecto comenzara en la mañana”
Dicho eso Kayla se fue a dormir, ya era tarde y no tenia mucho mas que hacer que pelear con su familia. La mañana le golpeo con mucha fuerza, se levanto y se vistió rápidamente para irse antes de que su madre notara su presencia, pero lo que vio la sorprendió. La señora Ann estaba sirviendo el desayuno muy animadamente y le sonrío a Kayla en cuanto la vio.
—Buen día amor —Dijo la mujer sorprendiendo a su hija, esta de inmediato abrió los ojos de par en par y no fue hasta que su hermano apareció y le dio un abrazo, que cayo en cuenta de la realidad.
El collar había cumplido su parte del trato, sus padres la querían, su hermano la había abrazado. Esas cosas jamás deberían haber pasado, pero pasaron. Eso realmente dejo en shock a Kayla, la cual subió a su habitación en cuanto termino de desayunar, estaba realmente eufórica y no creía todo lo que le estaba pasando.
—No lo puedo creer, realmente funciono —Dijo sonriéndole al collar el cual estaba inmóvil en su cuello.
“Te lo dije, ahora aliméntame”
Las palabras del collar fueron secas pero Kayla accedió, de repente sintió que el collar se movía y como al igual que un estomago se agrandaba y achicaba mientras bebía de su sangre. Era tan extraño tener un collar bebiendo de su sangre, se sentía bastante doloroso y el cansancio que la albergo por la perdida de sangre fue colosal, pero valía la pena. Era un buen plan y ambos ganaban.
El viaje de Kayla al liceo fue normal, todo estaba bien en el viaje pero al llegar la bomba exploto. Todos la miraban y la saludaban como si ella fuera una celebridad. Las notificaciones de su celular sonaban incesantemente y los seguidores de su cuenta de i********: pasaron de uno a mil. El aumento de su popularidad era extraña y muy inusual. Eso altero un poco al mejor amigo de Kayla, el no entendía lo que pasaba y debido a esto discutió con ella en variadas ocasiones.
Mientras los días pasaban, Kayla era cada vez mas popular, estaba cada vez mas agotada, las ojeras y la palidez de su rostro evidenciaba tanto el hecho de que algo le pasaba, que tuvo que comenzar a maquillarse para ocultarlo. Esto aumentaba mucho mas la preocupación de su mejor amigo, quien siempre le preguntaba que andaba mal con ella y al final nunca pudo saberlo.
El collar estaba cada vez mas contento, tenia a la victima perfecta y aunque las cosas eran difíciles, Kayla seguía adelante. Ella nunca escucho las advertencias de su mejor amigo, quien había descubierto lo del collar gracias a la bruja y además ignoro las advertencias de la bruja. decidió creerle al collar hasta el final sin poner en duda nada de lo que este dijese. El collar le daba tanto, ella no se sentía con el derecho de cuestionarlo, pero lo que el collar le daba era algo superficial y ella le daba algo mas importante, algo vital.
No fue hasta que era demasiado tarde que se dio cuenta de que el collar era un mentiroso. Mientras su popularidad aumentaba y el tiempo pasaba, el hambre del collar también aumentaba hasta el punto de absorber tanto de ella, que su cuerpo no seria capaz de funcionar. Demasiado tarde noto la verdad, no pudo luchar, no pudo pelear y acabo perdiendo su esencia, su valor y su vida en oscuro rincón de su habitación.
Nunca escucho a nadie, se aferro a sus propios recuerdos. Confío en quien se aprovechaba de su debilidad y al final termino perdiéndose a si misma y a quienes de verdad amaba. Estas personas que completaban su alma al cien por ciento y ahí sin mas, dio su suspiro de adiós dejando la vida y tomando la mano del oscuro.
“Si algo parece demasiado bueno, es mejor que leas la letra pequeña, muchas veces ahí se esconden las trampas”
FIN