31 Cuentos de Halloween

La Gata Negra

Lucas abrió los ojos esa mañana como cualquier otro día, se sentía bastante desgastado, solo faltaba un día para Halloween y tenia todavía que escoger su disfraz para la celebración, no tenia tiempo para pensar en nada mas y eso lo frustraba. No le dio demasiada importancia como solía hacer siempre y se preparo para el largo día de Universidad que atravesaría.

Era un estudiante de periodismo, la verdad el no sabia que hacer con su vida, solo busco una carrera que fuera lo mas sencilla posible y el periodismo fue a descarte, la mejor opción que encontró. Lucas ya no vivía con sus padres, trabajaba en Starbucks y compartía apartamento con otros cuatro chicos irritantes que lo cansaban todo el tiempo. Andrés y Antony eran hermanos, pero estarían en casa de sus padres esos últimos días, ellos no eran universitarios y trabajaban desde casa.

Luego estaba Geronimo y Andrew, dos extranjeros que vinieron de intercambio a estudiar y se alojaron junto a los otros tres amigos. Ellos no trabajaban, sus gastos estaban saldados en la numerosa suma de dinero que habían pagado por el viaje, la verdad es que estos dos eran los únicos que estarían en la casa el fin de semana posterior al día normal, que seria el Viernes.

—Lucas —Se escucho la voz de Geronimo decir desde el primer piso.

—Ya voy —Espeto Lucas y se digno a bajar las escaleras con pesar.

Los dos amigos estaban sentados esperando con el desayuno servido, a Andrew le causaba mucha curiosidad la cantidad de comida que se tenia en el desayuno. El estaba acostumbrado al poco alimento que se ingería en su país en la mañana, ellos cargaban mas el almuerzo, cosa que en el país de Lucas no era si. Siempre el desayuno era cargado y el almuerzo mas liviano.

Lucas se sentó a comer con los chicos y los tres reían de un chiste lanzado por uno de ellos. Todos eran hispanohablantes por ende no había problemas de comunicación, eso era lo mejor de todo. Podían convivir sin ningún problema, aunque a veces tenían roces culturales, pero nada fuera de lo normal teniendo en cuenta la larga separación de sus orígenes.

—Lucas, tu abuelo te envío un paquete —Dijo de repente Andrew mientras comía su tostada.

—Lo dejamos en la puerta, daba miedo, se movía demasiado —Continuo diciendo Geronimo mientras reía, cosa que llamo bastante la atención de Lucas.

Este se levanto y se encamino a la puerta donde el paquete yacía inquieto, se acerco con sumo cuidado y pensó la posibilidad de lanzarlo por la ventana y olvidarse de el. Pero luego recordó que lo había enviado su abuelo, no había razones para desconfiar. Siguió caminando hasta el paquete y se inclino para sacarle la tapa, esta tenia muchísimos agujeros y eso llamo mas su atención.

Una vez la tapa estuvo fuera quedo totalmente impactado al ver un animal, no era un animal cualquiera, era un gato n***o o mas bien una gata. Lo supo por el collar rosa que tenia en su cuello. No entendía porque su abuelo le había mandado un gato cuando claramente el jamás le pidió una mascota, pero se cayo sus quejas al ver una carta junto al gato.

Querido Lucas;

Te escribo esta carta para decirte que me queda muy poco tiempo de vida y que probablemente esta sea la ultima vez que oigas de mi. Solo quería pedirte que cuides mucho de Esmeralda, esta gata ha estado conmigo desde que tengo uso de razón y también acompaño a mi padre, mi abuelo, el padre de este y muchas mas generaciones hacia arriba desde la niñez a la vejez.

Te toca a ti tenerla ahora, es tu herencia familiar. Nosotros nunca entendimos el porque paso esto, nunca supimos como una gatita puede tener tantos años de vida y nunca morir, ni enfermarse, ni absolutamente nada. Lo que si sabemos es que ella necesita que la cuides, confío en ti.

Tu abuelo.

—Esto es demasiado raro, ¿Una gata con mas de doscientos años de vida? Quiero de lo que se metió mi abuelo —Dijo en voz alta llamando la atención de los chicos quienes leyeron la carta y quedaron impactados.

—Conozco la leyenda de una gata como ella —Soltó de repente Andrew y se fue corriendo por las escaleras.

A los minutos bajo con una hoja de papel doblada en varias partes, la desdoblo lentamente y pudieron ver a una gata muy parecida a Esmeralda. había algo escrito en la hoja pero estaba en Latín. Luca no logro entender lo que decía la carta, pero Andrew quien había nacido en una familia bilingüe, pudo entenderla a la perfección.

—La mujer de n***o fue maldecida, por una vieja bruja que envidiaba su belleza infinita. La convirtió en una gata negra, incapaz de valerse por si misma, dependiendo de los hombres a quienes ella coqueteaba sin descaro alguno de viveza —Relato cual poema Andrew, Geronimo se río y Lucas se quedo pensando en esas palabras.

—Esto significa que una mujer coqueteaba con los hombres y una bruja sintió envidia de ella por lo que la convirtió en una gata, luego comenzó a depender de estos hombres. ¿Pero que tiene que ver eso con Esmeralda? —Le pregunto a Andrew y este lo miro con obviedad.

—Esa gata de ahí es la mujer de n***o —Contesto este, eso hizo a Lucas estallar de la risa. Amaba su ingenuidad.

—Eso solo es una leyenda y este es un gato real. Probablemente mi abuelo estaba chocho y por eso escribió una carta tan rara, no me creo que esa gata sea una bella mujer de la edad media —Dijo el niño y tomando a la gata, se fue a su habitación.

—Hola Esmeralda —Le dijo mientras me sentaba en la cama.

Ella parecía entenderlo, se acurrucaba en su regazo y le daba mucho calor, le gustaba su ronroneo, era dulce y calido. No parecía ser una bella mujer, solo una encantadora gatita comilona, muy comilona. Era encantadoramente comilona y cariñosa.

—Andrew es un tonto, dice que eres una bella mujer maldecida por una bruja envidiosa —Volvió a repetir soltándose en risas, pero había algo que Lucas no sabia y Esmeralda estaba a punto de revelarle.

Esmeralda simplemente se fue dejando a un Lucas muy confundido, regreso minutos después con la hoja de Andrew en su boca. Lucas la tomo entre sus manos y miro a Esmeralda, la gatita se paro sobre la hoja que yacía en la cama de nuestro protagonista. El gato miro a la mujer y la lamió con su larga lengua rosada.

—No puedes estarlo diciendo enserio Esmeralda, es imposible que seas ella, no puede ser —Intento autoconvencerse pero le resultaba incoherente.

La gata volvió a señalar al mismo lugar y al final Lucas acabo convenciéndose, la inteligencia de ese animal era humana, definitivamente era humana. El decidió ignorarlo por un tiempo y se marcho a clases, se llevo a la gatita dentro de su mochila y quedaron con que resolverían esto en la noche, por ahora solo le tocaba ir a clases.

Al volver a casa, Lucas busco a Andrew y le pidió ayuda para resolver lo de la gata. Compraron miles de libros de brujería, pero nada les explicaba que pasaba o si era siquiera posible. Lucas siguió buscando en diferentes paginas sobre brujería de la antigüedad y llego a dar con el ritual de la Luna.

Un ritual que se hace para conmemorar a la Diosa de la Luna y a esta se le ofrece un animal como ofrenda. Normalmente un gato, perro o cualquier tipo de animal casero. Se dice que esta ofrenda es solo un regalo a los Dioses, pero no hay que matar al animal, solo tiene que presenciar el ritual y luego de esto todos tus deseos son concedidos.

Lucas pensó que si hacían este ritual y daban como ofrenda a Esmeralda, podrían pedir como deseo que ella regrese a su forma humana. Tenia mucho sentido aunque no parecía la mejor decisión. Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a buscar las cosas que necesitaban para el ritual. Esmeralda lucia cansada y con algunos dolores, cosa que le llamo la atención a Lucas porque ella tiene mas de doscientos años.

Solo habían pasado una noche juntos y ya habían creado una fuerte conexión, nada podía separar a estas personas y era hermoso ver como se estaban comenzando a querer. Esmeralda era importante para Lucas, el ya la conocía en cierta forma, era la mascota de su abuelo después de todo, solo que nunca convivió con ella a profundidad. Pero confiaba en que todo estaría bárbaro y ya sea humana o gata, ella seguiría siendo muy especial para el.

El ritual comenzó de una forma bastante segura, instalaron las protecciones, las velas y todo lo necesario para hacer de la experiencia un momento seguro. Todo el ritual iba de lento en lento, pero confiaban en que todo estaría bien, debía estar bien, no había manera de que las cosas no fueran bien o al menos así se sentía Lucas.

La gata tomo su posición en el ritual tal y como debía, miraba a Lucas en todo momento siendo incapaz de apartar su mirada azulada de el. Andrew estaba tranquilo pero Geronimo irradiaba miedo de cualquier poro de su piel. No sabían con que o con quien estaban jugando, ya fuera bueno, malo o maso menos, seguían siendo cosas que estaban fuera de nuestro alcance de conocimientos.

Las palabras comenzaron en subidas y bajadas, todo iba bien, invocaron a la Diosa de la Luna para alabarla como una fuerte idola y el gato tomo su digna posición. Los amigos comenzaron la meditación e intentaron concentrarse todo lo que pudieron, escuchaban fuertes y terroríficos sonidos a su alrededor, pero no se detuvieron, estaban protegidos y todo lo demás solo era una distracción para acabar con su concentración.

Una fuerte luz cegadora inundo el lugar un rato después de que la meditación surtiera efecto, se decía que la Diosa tenia elevados poderes de control sobre la Luna y que podía utilizarlos para rectificar cosas, como hechizos antiguos y eso hacia que devolverle su humanidad a Esmeralda fuera mas sencillo, al menos eso pensaba Lucas.

La luz cegadora cubrió a Esmeralda por completo devolviéndole su humanidad, los chicos quedaron impactados al ver a la mujer, una hermosa joven de larga cabellera negra y un vestido de época. Ella lucia de época, no entendían como podía ser posible que todo eso hubiera ocurrido. Esmeralda corrió a abrazar a Lucas mientras le agradecía por volverla humana, pero las cosas no terminarían en ese hermoso final feliz.

Aun quedaba algo muy importante;

Esmeralda no existía en esta época.