Chantaje

2489 Palabras
No puede haber una comida cómoda en casa a menos que no haya programas para niños en la televisión o bien si Leo y yo queremos ver algo, que Eva tenga la tableta con algún dibujo animado por la red de videos más popular en el siglo veintiuno. Él se quedó con ella luego de comer, mientras me iba a la habitación a prepararme. Mi habitación era la del fondo, la que tenía vista desde el segundo nivel al patio trasero. Me aseguraba de guardar bien la ropa que usaba de modo que, aunque estuviera en el tendero hubiera muchas prendas iguales o parecidas con las que usaba Leo. Uno de los aspectos en mi trabajo es la apariencia física, la depilación y la higiene. ¡Vaya cosa! Si dicen que descendemos del mono ¿cuál es problema con algo de vello? Pero mi representante me exige todo el tiempo “pulcritud en mi piel” tampoco tengo tatuajes, aunque he deseado hacerme unos que no sean temporales. Obligatoriamente debo tener una hora o dos cada día para hacer algún tipo de actividades que no termine en sedentarismo para verme “bien” según el canon estereotipo. No puede faltar en mi mochila al hombro una capa oscura o bien máscaras que tan sólo dejen a la vista mis ojos o mis labios, según sea el caso y la escena. Luego de tomar una ducha y vestirme metí dos mudas de ropa; la que uso allá y con la que salgo. Nunca salgo con la misma ropa con la que llego, además que hay muchos chicos y todos a petición de la jefa usan jeans y camisetas del mismo color antes del rodaje. Con la mochila lista tomé mi teléfono corroborando muchos de los aspectos antes del filme, conocía en persona a la chica con quien actuaría. Sin embargo, era nueva en este tipo de oficio. Al tener ya un par de años en tal asunto tan explicito como hereje, lo he visto todo y lo he hecho todo en gran parte, por lo que no es tan simple con el tiempo sentir atracción, aunque si fingir interés. Desde hace mucho que desvestirme y besar se ha vuelto algo degenerado como vacío, así que tener sexo ocurre para mí con la misma función con la que te comes un par de papas fritas (creo que me hay más fascinación en comer papas). Sin embargo, debe haber cierto placer, aunque lo vea como algo monótono. Bien sé que es un trabajo y de algún modo debe haber placer. Personalmente bien sé que es sólo una perspectiva de lo que eso debería significar. Al ser una de las figuras con mejor paga, y uno de los más cotizados (inesperadamente porque siempre salgo enmascarado o con grandes cosas sobre sí, tratando de no hacer alarde de quien soy). Puedo elegir en qué medios se va a publicar, qué clase de escena y en dónde. Hay cierta explotación, aunque las cifras se eleven, la paga es la misma cada mes. (Y eso que gano más que el resto). Claire es una de las productoras más reconocidas en la industria del cine para adultos. Pero es mezquina, terca y a veces fría como un estado mío en r************* . ¿Quién diría que una vez fuimos más que jefa-empleado? Se convirtió en la cruel Dalila de mi vida. ¡Vaya perro amor! Cada vez que toca una escena con shibari quiero gritar. ¿Por qué tendría que amarrar a alguien para penetrarla? ¡Ya no es suficiente sumisión que todos la juzguen cuando su rostro detalle placer! Ahora a esta técnica es un arte, seducción disfrazada de erotismo y sadomasoquismo considerado como deleite para el expectante. Si tuviera una novia no disfrutaría de atarla, bueno, a menos que ella en verdad lo deseara. Nadie en el mundo que condene lo erótico en línea puede hacerlo sin antes haber echado un vistazo. ¿Sino cómo lo juzgaría de perversión y depravación? Preparado para la cosa, salí de mi habitación, estando seguro que había dejado todo en orden y la puerta cerrada. Me atreví a despedirme de mi familia. Tomé el metro, luego de tomar un taxi. Al cabo de media hora me dirigía al edificio de Sexdaddy, la compañía que se encarga de filmar cada escena erótica en los diferentes sets. Me coloqué la gorra a la cabeza entrando como decía la nómina: el que limpia el edificio. En recepción me dieron el pase para pasar al interior bajo la denominación de asistente de limpieza. Usaba las escaleras y en el cuarto para aseo, me cambiaba al salir me camuflaba con el resto de chicos esperaba mi turno y luego el filme empezaba. De pronto mi teléfono sonó, justo cuando iba a contestar Claire ingresó a la pequeña habitación en la que me vestía. —¡Loren! Me alegra encontrarte. Mostré un gesto de querer sonreír, pero con fastidio. —Eres tan bueno actuando que ya sabes he querido volver a probarte. Sentí sus brazos rodear mis hombros. —No se debe consumir lo que vendes. ¿Sabías? Sonrió. —¿Eso es un sí o un no? Aparté sus manos de mi cuello, había estrechado su cuerpo contra el mío. —Es más fácil que me suicide a que te dé mi amor de nuevo. Se echó a reír. —¡Eres un resentido! No quiero tu amor quiero tu po… —Le doy a quien quieras por donde quieras menos a ti. Ya te lo he dicho muchas veces, no te gusta súbeme el sueldo. Tal vez si gano como tú consideré cogerte al menos por agradecimiento. Me dio un beso en los labios. —¡Te ves hermoso cuando te enfadas! El acuerdo no permite darte más. Pero te aseguro que, si vuelves conmigo, tal vez consideré meterte en una tina con dinero y sacarte del negocio. La chica que vino hoy no aceptó paga con tal que tú le enseñes lo que sabes. La vi seriamente. —¡Qué tontería! Este mundo se parece a ti. —¿Es bello e impredecible? —Quizá, pero me refería a lo inmundo, degenerado y perdido. Siguió riendo mientras abría la puerta, pero sentí que me acomodó una nalgada antes de salir. Ya tenía puesta la máscara y la bata. Al asomarme al cuarto de grabación miré a todas las chicas, me saludaron efusivamente. Luego al estar en el set miré a Jade, la chica que ayuda a Claire en varias cosas, generalmente con la que mejor me entiendo y prefiero mil veces tratar. —¡Mi pervertido sensual, ven aquí! Te presento a Noemí. Será tu compañera hoy. Es nueva en esto, creo que lo sabías. Tendrá la suerte de que tú seas su primera experiencia en este suggar express. La chica mostró una tímida sonrisa dándome la mano. La apreté educadamente. —Hola, es un placer total conocerte en persona, Agni. —Expresó tímida y dulcemente. —Mucho gusto Noemí. Pero se aproximó a mí y de pronto la sentí besándome apasionadamente. En cuanto se apartó respiré hondo algo asombrado. —¡Tal cual imaginé! Hueles dulce y sabes bien. Sonreí todavía sorprendido. Pero al fijar mi vista en sus ojos preferí decirle lo que pensaba. Ella seguía mirándome con gran curiosidad y deleite. —Espero dos cosas Noemí, una que no hagas esto gratis, y la otra que sepas que vender tu cuerpo, aunque sea en una escena es prostitución. Claire se acercó y me dio un codazo, justo donde me dolía todavía la espalda. Noemí cambió esa sonrisa seductora por una expresión de asombro. —¿No te gusta lo que haces? —Preguntó. Suspiré estirándome. —Somos actores, fingir es también una profesión. Se echó a reír. —Bueno, lo haces bien. Acepté esto y siendo honesta poco me importa la paga. Mi única ilusión era conocerte. Te he visto desde hace tiempo, y me encanta la manera en que usas tu cuerpo y tu energía. Una amiga mía ha compartido escenas contigo y dice que estar contigo es mejor que hacerlo con su propio novio. Así que, si para ti fingir es un arte, gózate en actuar conmigo. Borré la sonrisa mirándola estupefacto. —Hey… Ya mucha conversación. Queremos acción. Bien Agni lúcete muchos esperan tu actuación de hoy. —Exigió Jade dándome una nalgada, mientras Claire me veía con lascivia y se saboreaba los labios sentada en una cómoda silla donde estaban las cámaras. “Apoyo infinito, entendemos que ahora eres toda una estrella, no hay cabeza para algo ajeno que no sea el éxito se entiende... Complejos de fans apurados que no saben apoyar tu fama y grandeza, te queremos” Pocos eran los chicos detrás de cámaras, la mayoría jóvenes mujeres. —Bien Noemí a tu punto de escena. Agni ya sabes que entrarás por la parte de enfrente. Acomodaron a Noemí sobre la alfombra, al fondo estaba el fuego. Ella con lencería diminuta esperaba. Me quité la bata aproximándome a ella. Podía percibir su nerviosismo, y la sensación me contagiaba. La adrenalina corriendo por mis venas, después de todo el sexo es un arte. Me recibió con un beso profundo y apasionado mientras sus manos acariciaban mi cintura. No sería una escena con penetración sino con masajes, yo hacia ella. En cuanto sentí sus manos acariciándome con necesidad desde mi abdomen a los muslos no pude evitar sonreír con gusto. En menos de un segundo Claire interfirió. —¡¡Corte!! Maldita sea Noemí, esta escena no es en la que debas tocarlo a él, él te debe tocar a ti. Si vuelvas a hacerlo te saco y cancelo tu debut. Ella sonrió y acarició mis manos. —Sí, señora. —Dijo obedientemente. Sentí sus labios besarme de nuevo. En la industria todo va cambiando y cada vez hay menos restricciones, más acceso a aquello que se consideraba prohibido antes, así que hay modos de innovar. Claire Velvet es una de las mujeres con más poder en esta industria. Su éxito se debe a qué sabe bien cómo hacer aparentar lo que se da, de modo que muchas chicas creen que de todo cuanto aparece en la web. La página: sweet moment, tiene gran auge por ser la actuación dedicada más a las chicas que a los chicos. Es decir, es más romántico el encuentro, más apasionado, con más atención al cuerpo femenino que al placer que usualmente se ve dándoles a los hombres. No se vale tratarlas como mercancías al menos no en mi contrato, siempre soy respetuoso, y trato de que no se sientan “incomodas” si es que se puede decir así. Respirando hondo, ya sintiendo mi cuerpo predispuesto tomé lugar con ella sobre la cama. Ella se apartó el sostén, sentándose sobre mi regazo. Iniciaron la grabación. Mis manos bajando por su cuello, mientras ella se arqueaba, si cabeza hacia atrás para darme lugar donde seguir tocando. Lo hice lentamente bajando la palma, hasta cubrir uno de sus senos. Ella se estremecía a mi tacto, sentía sus caderas apretarse. Mis manos siguieron masajeando sus senos con suavidad. Respiraba hondo y su pulso se sentía acelerado ¿cómo lo supe? Cuando mis labios besaron la base de su garganta. Hubo un corte luego del beso. Claire, no permitió que la besara ninguna otra vez. Mucha atención a ciertas zonas sensibles sin penetración. La sentí estremecerse muchas veces pero ninguna como cuando conseguí tocarla apropiadamente en la parte mas sensible de su sexo. La actuación se dio tal como Claire dispuso. Diferentes posiciones en lo mismo. Tampoco le permitió a Noemí que me tocará incluso cuando estuve totalmente desvestido y dispuesto a tomarla. En cuanto dijeron “corte ha quedado”. Me coloqué la bata suspirando y como siempre saliendo a toda marcha. Fui a la habitación donde había dejado mis cosas me volví a vestir, pero en esta ocasión me quedé en la oficina de Claire esperándola. Pasó un rato. Al llegar me echó una mirada profunda luego sonrió. —¡Vaya! Tú aquí. ¡Te luciste hoy, Agni! Los porcentajes se mantienen bien. Tu paga podría ser mejor este mes. —Eso espero. Justo a eso venía. —Ya te lo dije si lo finges una vez más conmigo quizá te haga socio. —No gracias. Prefiero ser un desempleado más para las estadísticas de este año. Rio a carcajadas. —Odio ese lado tuyo tan rencoroso. ¿Recuerdas que tu primera vez conmigo, fue aquí? —Sí. ¡Cómo olvidarlo! Salimos, me grabaste y por suerte no se veía mi rostro. Por eso terminamos. —No me culpes, era para inmortalizarte. Ahora, eres un chico popular y ganas como muy pocos. Tu cuerpo honrado y casi adorado por millones de seguidores. —¡No exageres no es para tanto! Y si acepté esto es porque… —Te gusta el dinero fácil, y te encanta sentirte deseado. Dices que no, pero tu manera de entregarte dice lo opuesto. Ahora eres un experto, tanto que no finges tus orgasmos. Y veo tu cara de satisfacción cada vez que una de esas niñas te busca y te desea. —Estoy aquí desde hace tres años. No deseo hacer esto toda la vida, mi hermano está por salir de varios asuntos, y cuando llegue el momento quiero dejar esto. Ya ido demasiado lejos tu juego. Y no me divierte eso que dices. ¿Qué sentido tiene si no te sientes bien consigo mismo? Debes entenderlo. —Hazlo, querido Loren. Pero no culpo si alguien más se entera de quien está detrás de la blanca máscara y tu cuerpo perfecto. Tú decides. Aunque creo que a esa niña que tanto amas un día te podría ver con horror o con desprecio. ¡En el peor de los casos desearte! Suspiré, negándolo poniéndome de pie en seguida. —La privacidad es un privilegio. Llámame cuando esté habilitado el pago de este mes. —Pedí apartándome de la silla. —Y quiero las regalías por plataformas que distribuyen el contenido en r************* . De lo contrario soy capaz de demandarte por explotación laboral. Ella sonrió. Pero antes de salir me alcanzó. Mientras seguía serio y ya de humor avinagrado, se atrevió y me besó una vez más. —Nunca he visto un sindicato que se atreva, sería interesante que tú fueras el primero. Loren, sabes que si es posible lo haré, no sería nada bueno para ambos tu renuncia. Aunque lo veo un poco diferente si te interesa. Dices que no quieres estar conmigo, pero sólo veo que en tu resentimiento hay una verdad, sé que me extrañas. ¿Quién podría amarte sin discriminar lo que eres? Me aparté de inmediato. Di media vuelta muy enfadado, dejando cuanto antes su oficina. Quizá en algo de lo dicho podía tener razón. ¿Quién podría amarme sin discriminar en lo que realmente me había convertido?
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR