Could
Estaba durmiendo tan bien hasta que tocaron a la puerta y veo a Lizz tapándose la cara con la almohada
— quien sea si no es importante dile que ojalá muera — al parecer la Lizz linda no está por las mañanas
— quien sea que seas Lizz te va a
matar — abro la puerta y veo a mi hermano parado en la puerta con unos lentes de sol y una soda en la mano
— ¿gran resaca no? — dejo la puerta abierta y me voy a tirar a la cama
— no es resaca solo que no me gusta levantarme temprano — gruñe mientras se sienta en el sofá — y menos cuando una tal Lizz me quiere matar — de inmediato Lizz se levantó apenada al ver que era mi hermano
— lo siento.. pensé que era — veo como Lizz se pone cada vez más roja
— pensó que era su hermano — digo rápidamente para que ya no pase pena, me volví a acostar y vi que Matt estaba hablando con Lizz
— voy a ir no se solo quiero irme de aquí para poder dormir — me levanto y me pongo zapatos junto a una chaqueta algo larga me llegaba un poco arriba de la rodilla
salgo del cuarto decidí acostarme en la banca y tal vez dormir ahí ya que casi nadie pasaba nuestra habitación y la de Could y Finn eran las más lejanas entonces nadie solía venir
— despierta querida Harr — escucho la voz de Could
— querida nada, quiero dormir —
— vamos no puedes dormir aquí — me levanto enojada y miro a Could
— ¿qué haces despierto tan
temprano? —
— tenía que hacer unas cosas ¿me acompañas? me falta hacer algo más — solo asenti y me levante
— más te vale darme un poco de café después — comienzo a bromear
— todo el que quieras Harr después de todo soy dueño de una cafetería —
— claro se me olvida, el niño le dijo a papi que quería comprar una cafetería y ya — digo en forma de broma hasta que vi que Could no se reía — lo siento no quería —
— no importa, pues no querida Harr no fue así mis padres murieron en un accidente hace años y como soy hijo único me quede con todo — no sabia que decir
— pero fue hace tiempo no me afecta mucho ya así que no te disculpes — me pone una sonrisa
— ¿y a dónde vamos? — pregunto al ver que bajamos al parqueo
— pues vamos a hacer algunas cosas y de pasó vas a conocer más la ciudad — nos subimos a su auto
— ¿te llamas Could o es como te
dicen? —
— me llamo Coulden Weston —
— un gusto conocerlo señor Weston — me comienzo a reír ya que no miro a Could como alguien muy formal y serio
— un gusto señora Harriet — me voltea a ver un momento sin distraerse mucho de la carretera
— Miller — le sonrió
— ¿se puede saber de dónde es la señora Miller? — pregunta curioso
— de muy muy lejano —
— en ese caso Harr de muy muy lejano ¿cómo terminaste aquí? —
— soy de california creci ahí, pues me quería alejar de todo las chicas lindas y tontas que eran porristas y que salían con el capitán del equipo —
— adivino tu eras la chica que siempre vestía de n***o y no tenía amigos — Could comienza a reír
— fallaste yo era parte de esas chicas lindas y tontas — lo volteo y veo que su reacción de confusión
— pero ¿cómo? Pareces demasiado buena para haber formado parte de eso y mírate estas toda de n***o — dice molestandome
— tienes toda la razón, fue una pesadilla ni yo me soportaba y ahora solo me visto como me gusta, soy yo —
— uy si te miras demasiado bien con tu pijama — comienza a reír se me olvido que no me había cambiado de ropa — para mi es un gusto conocer a la verdadera Harr —
— ¿y tu? —
— yo siempre fui yo y soy de aquí — dice con simpleza
— bueno chico malo de nueva York un gusto conocerte — parecía que el quería decir algo pero solo puso una sonrisa
— llegamos — estábamos afuera del Metropolitan Museum of Art
— ¿un museo? — pregunte
— tengo que hablar con unas personas aquí y en eso tu puedes ver el museo — entramos al museo y quedamos en encontrarnos en la entrada cuando el me mandara un mensaje en una media hora, comencé a ver el lugar el cual era espectacular cada parte de él
— ¿lista? — doy un salto al escuchar la voz detrás mía
— Could me asustaste — le doy un golpe suave en el brazo
— que agresiva eres Harr —
— eso no es verdad ¿ya terminaste? — le pregunté con una sonrisa
— si ahora vamos a otro lugar — me toma de la mano y me dirige afuera de museo caminamos un poco y llegamos a un lugar donde hacen copias de llaves veo que Could se acerca y pide tres copias de una pequeña llave
— toma — me da una de las copias
— ¿qué es, la llave de tu corazón? — tomo la llave
— oh querida Harr no sabes lo que te espera pero por ahora solo es la llave del café —
— quien diría que el chico malo me daría pase libre a su café — sonrió
— no soy un chico malo solo porque siempre tenga mis botas y mi chaqueta negra — hace una mueca y pone los ojos en blanco
— ¿fumas? —
— No —
— ¿bebes? —
— si —
— ¿cuántas novias has tenido? — lo miro a los ojos un poco nerviosa
— eso... ¡eso no! — dice a la defensiva
— vamos chico malo dilo —
— novias unas 30 o 40 tal vez — se nota que esta intentando recordar — y lo demás no recuerdo he perdido la cuenta — comienza a desordenar su pelo apenado
— eres todo un chico malo — sonrió
— no es mi culpa ser irresistible y muy encantador — me toma de la mano y nos vamos al carro
— ¿podemos comer algo? Es que no he desayunado —
— conozco el lugar perfecto — me mira un momento y nos dirigimos al lugar
— debes estar jugando — veo que es un restaurante de comida italiana
— vamos yo invito — pone una sonrisa inocente
— bueno ya que tengo hambre — bajamos del carro yo con mi elegante pijama