Augur, rara vez permitía que su hijo el heredero al Palacio de Cristal dejará la morada y la protección que se albergaba allí al estar al lado de Tegal. Nadie conocía de la existencia de Nigromante a excepción del guardián de la montaña. Pero tanto Nigromante como Augur, sabían despistar sus apariencias, usando pequeños trucos. Cualquiera que se atreviera a observarlos no podía notar en ellos a alguien distinto, sino simplemente a alguien común de la zona y de esos lugares. Solían ocultar sus verdaderas apariencias cada vez que se involucraban con seres humanos. Muchos podían tratarles sin imaginarse la verdadera identidad de dos seres longevos y sobrenaturales. Aleksanteri no pudo con su deseo, su tormento y la culpa. Le llevó un buen rato volver en sí. Entre Ashraf y Mordán lo devo

