ENFRENTAMIENTOS.
Justin había caído rendido para cuando terminó el día, pero antes de eso había sido el centro de atención de todas las chicas del equipo. Parecían encantadas por el niño y a él no le molestaba en lo más mínimo ser el foco de ellas, lo habían llevado por todo el campamento de arriba a abajo, mientras entrenaban por lo que lo agotaron rápidamente.
Cuando entró a la habitación allí estaba Serena acariciando el rostro del niño. Levantó la mirada para observarlo.
Todavía estaba enojado por lo sucedido al medio día, sin embargo cuando la saco de la habitación no fue exactamente para ármale una escena, no, todo lo contrario la envío con el equipo para dar inicio a las actividades del club.
- ¿Sucede algo? - pregunto curiosa al ver que no hablaba.
- Ya deberías estar en tu habitación.
- Sólo quería pasar un rato más con él.
Nathan comenzó a cambiarse sin importarle su presencia, estaba muy molesto y lo más seguro era que tampoco iba a poder dormir.
- Necesito preguntarte algo...
- Michael y yo no tenemos nada - respondió sin siquiera esperar si tenía que ver con eso o no.
También se preguntaba por qué quería aclarar las cosas con él, su profesor podía pensar lo que quisiera de ella. Pero él era el sobrino de Ryan y en cualquier momento de sus vidas se iban a volver a encontrar.
- Sólo somos amigos.
- Sé que no me debes explicaciones, pero... - Camino hasta ella, se arrodilló para quedar a la misma estatura, tomo su rostro entre sus manos - sabes que voy en serio - sus dedos le proporcionaron suaves caricias - ¿no crees que merezco una oportunidad?
- Profesor Laine, ¿todavía está despierto?
La puerta fue tocada y Nathan se levantó del suelo camino hasta la puerta la cual medio abrió para encontrarse al entrenador del equipo de fútbol.
- ¿Paso algo?
- Pensé escuchar una voz femenina en su cuarto.
- Estaba hablando con él niño.
- De acuerdo, cualquier inconveniente hágamelo llegar.
Espero a que el entrenador entrará de nuevo y volvió a la habitación, Serena estaba parada y preparada para marcharse pero Nathan la detuvo.
- No quiero presionarte, ¿De acuerdo? -Serena asintió- pero piensa lo que te acabo de decir - le dio un casto beso en los labios y la dejo marcharse.
(...)
Esa noche Serena tuvo una pesadilla, donde Austin le arrebataba a Justin. Su corazón latía tan rápido que podía escucharlo.
Miro el reloj fijándose que no pasaba de la una de la madruga, tan sólo necesitaba verlo para saber que todo estaba bien, necesitaba ver a su hijo unos minutos nada más, tal vez si se mantenía en silencio y evitaba a toda costa ser descubierta por el profesor de guardia cumpliría con su objetivo, ver a Justin.
No lo pensó más y salió de la habitación, camino despacio entre la oscuridad adaptándose a ella rápidamente. Camino por los pasillos a oscura hasta que escucho unas voces que parecían estar discutiendo.
- No quiero... - era el susurro de la voz de una chica - aquí no.
- Es aquí y ahora - ahora fue un chico quien hablo - le pague mucho dinero al entrenador para abandonar los pasillos un par de horas.
- Robert, no... - hubo una pausa en la conversación - quiero.
Serena suspiro quería seguir su camino pero ellos estaban en medió y apenas pasará se darían cuenta de donde se dirigían.
- Por favor detente - le rogo de nuevo.
- Daniela llevamos 6 meses saliendo, ya es hora, ¿no crees? además, prometiste que sería en el viaje.
- Pero...
- Sólo mantén la voz baja y nadie nos va a escuchar.
- Que raro... - Serena se colocó a su espalda y tocó su hombro - no sabía que el capitán del equipo de fútbol tuviera que rogar por sexo - Robert volteó a ver de quien se trataba.
- Mira quién tenemos aquí, la chica mala del San Pablo - este se cruzó de brazos.
Serena sonrió encogiéndose de hombros.
- Piensa lo que quieras - miro a la chica - Daniela el profesor Laine está en la habitación preguntando por ti.
- No lo creó, ella no va ningún lado - la tomo del brazo.
- Suelta a la chica - advirtió.
- Oblígame
- No me gusta usar la violencia pero...
- ¿Qué sucede aquí? - Nathan estaba parados frente a ellos con una linterna.
El cuadro era magnífico, Daniela estaba agachada detrás de Robert, este tenía las manos en la mandíbula y Serena se acariciaba la mano vendada.
- Su alumna me golpeó sin razón alguna - Serena se dio la vuelta para marcharse, total, ya estaba en problemas.
- Robert a tu habitación, no tienes nada que hacer en el pasillo de las habitaciones de la chicas, Daniela a la habitación y Serena tu vienes conmigo - Espero a que algunos de moviera pero nadie lo hizo - muy bien, acompañare al caballero hasta su habitación y Serena, me esperaras en este lugar, andando grandulón.
Los observaron desaparecer.
- Gracias - susurro Daniela apenas audible.
- No salgas en lo que quede de la noche y cierra la puerta con llave.
- Pero tu...
- Se cuidarme sola, no te preocupes.
Un minuto después que Daniela se alejara camino hasta llegar a la habitación de Nathan, Justin estaba sentado en la cama a punto de llorar.
- Mami -susurro - papi no está, se fue, otra vez - dos lágrimas corrieron por sus ojos - ¿no volverá?
- Tranquilo cariño - borro las lágrimas y sonrió - Tu papi ya viene...
(...)
Había decido dormir con Justin esa noche, pero al despertar este no estaba, en su lugar se encontraba un muy dormido Nathan, es ojos marrones estaban cerrados y su pelo n***o todo desordenado, en ese estado podía observar bien sus rasgo y no encontró nada que se le pareciera a Ryan a excepción de lo insistente que era.
Ella no conocí al padre de Nathan pero Ryan una vez le contó que eran muy parecidos Pero que su sobrino heredó la mayor parte de rasgo de su madre, quien era mitad asiática, sin embargo Nathan no mostraba rasgo asiáticos, pero no se podía negar que él se parecía a la mujer del cuadro que se encontraba en su casa.
Dio la espalda buscando el reloj, debía marcharse antes de que todos despertaran y eso sería en cualquier momento. Se quiso levantar pero una mano se posicionó en su cintura.
- Sería bueno despertar así todos los días- su voz sonó ronca logrando un pequeño estremecimiento por parte de ella.
- Debo irme.
- Un ratito más, por favor -Pero ella negó- entonces un beso...
- Por favor deje de ser caprichoso y suélteme...
Nathan escondió su cara en el cuello de la chica logrando que callara, aspiro su aroma y beso su mejilla.
- Buenos días, gruñona mía.
- ¿Mami? ¿Papi? ¿Están peleando?
- No cariño, pero ya me debo ir, nos vemos luego- intento moverse y no pudo.
- Ya ríndete mami, dale su beso a papi.
Serena suspiro y beso la mejilla del chico y luego al niño. - nos vemos luego cariño.
(...)
Después desayunar junto a Justin se dirigió a su área de entrenamiento donde se encontraban ya la mayoría de los integrantes del club, faltaba Serena.
- ¿Dónde está la alumna Cardew?
- Estaba corriendo con el equipo de fútbol - respondió Daniela desde su asiento.
- Gracias.
Salió del lugar solo, ya que las chicas habían acaparado a Justin nuevamente, se dirigió al campo de futbol donde estaban los entrenadores hablando entre ellos, mientras los jugadores corrían.
Busco a Serena con la mirada y la encontró corriendo junto a Michael, estos parecían más jugando que corriendo.
- Última vuelta, Cardew, Doley déjense de juegos - dio el silbato para seguir con su trote - esa alumna está en muy buenas condiciones para atletismo.
- Anteriormente perteneció al club de natación pero lo dejo por...
- Vengo por Cardew
- Buenos días profesor Laine, no se preocupe su competidora estrella ya está terminando - coloco el silbato en sus labios y los alumnos se detuvieron.
Los vio caminando hacia el cuándo un chico alto empujo a Serena logrando que cayera, corrió a ayudarla pero Michael ya la había levantado.
- ¿Te encuentras bien? - pregunto una vez que estuvo cerca.
- Si, gracias - Se limpió las manos con la licra.
Caminaron juntos en silencio.
- Por qué ese chico Robert Tipton te está molestando.
- Porque cree que puede.
(...)
La práctica dio por terminada cuando la tarde estuvo cayendo por lo que luego de recoger los instrumentos decidieron regresar a sus habitaciones quedando solamente Nathan, Serena y Justin.
- Mami eso fue genial... hiciste pum pam aaaaaa yaaaa...
Su hijo imitaba sus movimientos cuando sintió a alguien tomarla de la cintura, al voltear el rostro se encontró con Michael.
- Buenas tardes profesor Laine, mini Cardew- pero al igual que la vez anterior Justin lo ignoró.
- Necesito hablar contigo.
- De acuerdo.
Nathan observo como se la llevaba y lo impotente que se sintió ver que no podía hacer nada.
- Papi si no te pones las pilas, te van a quitar a mi mami.
- ¿Qué dices? pequeño Bribón.
Lo tomo en sus brazos y se dirigieron a las duchas con el grupo de chicos, una vez ambos duchados y vestidos cenaron con el resto del club donde destacó la ausencia de Serena y Michael.
Eso lo enfureció más aún.
Para cuando llegó la hora de dormí, Justin parecía intranquilo preguntando todo este tiempo por su madre.
Y como todo lo que se nombra aparece, ella asomo su cabeza por la puerta y le dio una leve sonrisa al niño.
- Siento la tardanza.
- Tengo guardia de pasillo esta noche, si quieres puedes pasar la noche con él -ella asintió y él se marchó.
Reviso cada una de las habitaciones dejando el cuarto de las chicas por último, para cuando llegó allí, ellas estaban despiertas y parecían tener una conversación bastante intensa.
- Hoy tampoco ha aparecido - la voz de Carla fue la que identificó de primero.
- Tienes razón, desapareció luego del entrenamiento - esta vez fue Paola quien contestó.
- Yo la vi muy acaramelada con Michael - esta vez fue la voz de Tania.
- Pero... ¿ella no está con Austin? ¿Qué más quiere? ¿Quedarse con todos los chicos lindo de la institución?- se quejó Carla- no me parece justo.
- Ahora entiendo la razón por la que le dicen...
Abrió la puerta logrando que las chicas silenciadas.
- Dejen el chisme y vayan a dormir que mañana el entrenamiento será más fuerte.
- Pero Nathan, no la defiendas - Paola se acercó hasta él - mira la hora que es y no ha llegado.
- Esta con Justin - todas mostraron una O en sus bocas - ahora trío de chismosas a dormir.
- Si - canturrearon las cuatro.
Una vez fuera escucho la voz de Carla diciendo: - no creen que Nathan también está bastante guapo.
Sonrió negando y decidió pasarse por su habitación para asegurarse que ella estuviera allí.
Pero se tropezó con alguien alto y bastante fornido, pensó que era Michael pero al encender la linterna se encontró con Robert Tipton.
- ¿No debería estar ya en su habitación?
- Sí, yo... me perdí... - lo pensó de nuevo- si me perdí, profe, todo está a oscuras y mi visión tiende a fallar.
Algo no le gustaba de esa ridícula escusa pero lo escolto a su habitación y allí estuvo por más de veinte minutos esperando que no volviera a salir, cuando el reloj marco las 2 am apareció unos de los entrenadores a sustituirlo por lo que él se regresó a su habitación, no sin antes avisar del extraño comportamiento del joven Tipton.
Cuando entró, Justin y Serena dormían profundamente, pero sólo se acercó a ellos cuando estuvo cambiado, se sentó aún lado de la chica para luego acariciarle el rostro.
Una extraña sensación le recorrió el cuerpo, una que nunca había sentido, ni siquiera con su ex novia o con alguna otra chica. Le gustaba sentir eso y no le importaba que fuera con ella sobre todo sabiendo que ella lo rechazaba, pero esa era uno de los lados que más le gustaba de la chica.
También le gustaba ese lado casi tierno que mostraba cuando estaba con Justin, ¡Por Dios! ese lado lo mataba, le había costado mucho dejar de sentir que su corazón iba a estallar en cualquier momento cuando ella no podía resistirse a lo que el niño le pedía.
Y a Justin, a él lo adoraba, era un niño tan astuto e inteligente para su corta edad, ella lo estaba haciendo bien con él y él parecía adorarla también. A Nathan no le importaba en lo más mínimo que Justin no fuera su hijo, le encantaba que lo llamará papi. Sería tan lindo que ella pudiera sentir así sea un poco de lo que él siente y que ambos formarán una familia.
Dios, estaba perdido.
Acercó sus labios al oído de Serena y susurro: - me gustas mucho Serena - besos su mejilla - Buenas noches.