Capítulo 5

993 Palabras
- ¿Estas segura de que volverá a funcionar? - dije antes de volver a meterme en la maleta. - Claro que si - Sophie terminó de acomodar su ropa - y debemos darnos prisa antes que te quieran llevar el desayuno. - Esta bien, aquí voy - sin dudarlo volví a meterme en la maleta. Y así fue como volví al palacio. Comenzaba a pensar en que deberíamos buscar otro método para salir de aquí, porque lo de la maleta podría volverse sospechoso. Luego de salir de allí, me tire sobre mi cama y me acosté. Sophie se despidió de mi y salió rápidamente de vuelta a casa. No habrán pasado más de media hora, cuando sentí un golpe en la puerta. - Adelante - dije incorporandome. - Buenos días princesa - dijo una de las mucamas mientras abría las persianas dejando entrar los rayos de sol. - Buenos días - sonreí. - ¿Desea desayunar aquí o quieres hacerlo en el patio? - Lo haré aquí, quiero aprovechar que no están mis padres y descansar un poco más. - Esta bien, pronto lo traeremos. Ella me sonrió y salió dejándome nuevamente sola. Suspire y me acosté en la cama. Aún me encontraba cansada, y es que no estaba acostumbrada a madrugar. Pero realmente había valido la pena y pensaba en querer volver a salir pronto. Sabía que debía buscar otra alternativa. Después de desayunar, decidí recorrer el palacio explorando cada rincón de este con la esperanza de encontrar cualquier modo de escape. Pero todo estaba tan seguro aquí. - Su alteza - dijo Brandon con media sonrisa mientras hacía una pequeña reverencia. - Buenos días Brandon - sonreí. - ¿Caminando un poco? - trató de entablar una conversación. Brandon era el único de seguridad que charlaba conmigo, los demás se mantenían serios y con cara de pocos amigos. - Si, estaba un poco aburrida y quise recorrer el lugar - dije mirando alrededor. - Entiendo - asintió. - Oye Brandon, me gustaría pedirte un enorme favor - dije algo insegura, esperaba que aceptara. - Lo que desee, su majestad. - ¿Conoces alguna manera de salir de aquí sin que nadie se entere? - ¿Sin que nadie se entere? - el me miró extrañado. - Si, sucede que me gustaría salir de aquí sin que nadie lo note. - Pero es imposible que alguien no lo note, usted es una princesa - dijo obvio. - Brandon, no me trates de usted. Solo tengo diecisiete años - luché contra las urgencias de rodar los ojos. - Lo hago por educación, eres superior a mi, pero intentaré ser informal. - No soy superior, ambos somos iguales - el sonrió de lado - Simplemente quiero salir de aquí, solo por las noches. - No lo se, podría ser peligroso para ti. Además ¿a donde quieres ir? - Por favor - implore - saldré con Sophie, quiero ir a la ciudad y recorrer lugares como cualquier adolescente normal. - ¿No es más fácil hablar con tus padres? - hizo una mueca. - No, ellos tienen otros pensamientos y no estarían de acuerdo - suspire. - No lo se. Es muy arriesgado. - No te pido que me ayudes a salir, no quiero comprometerte en tu trabajo. Pero si quiero que me digas como puedo hacerlo, te prometo que no saldré siempre y me cuidaré. - Si fuera por mi te dejaría pero - nego con su cabeza. - ¿Y si te ofrezco recompensa? podría darte dinero. El que quieras. - Ese dinero no me devolverá la vida si se enteran que te ayude. Me cortaran la cabeza - dijo tocandose el cuello dramáticamente. - Te prometo que si sale a la luz, que me encargaré de que no suceda - dije rápidamente - asumire todo el cargo. Por favor - hice un puchero mientras juntaba mis manos en señal de suplica. - ¿Por qué no vuelves a meterte en la valija? nadie desconfiaria de Sophie, ni de su madre. - ¿Qué? - intente fingir que no entendía de lo que me hablaba. - ¿Crees que no me di cuenta? - hizo una mueca divertida - Sophie entra con una maleta, vuelve a salir y al día siguiente repite el proceso. Considerando que hablé con su madre de la ropa y lo negó. - Esta bien - dije rendida - haremos lo de la maleta, no se hasta que punto. Luego de unas horas, mis padres regresaron al palacio. Los recibí a ambos con un fuerte abrazo. - Se que fueron un par de horas, pero estoy tan feliz de verte - dijo dándome un abrazo. - Y yo a ustedes padre - sonreí con sinceridad. - ¿Que hiciste mientras? - quiso saber mi madre mientras se sentaba en el sofá. - Me mantuve leyendo libros, estudiando un poco - quise encogerme de hombros. - Es importante que te mantengas todo el tiempo estudiando, recuerda que eres la heredera al reino. - Si lo se - sonreí a medias - y hablando de estudios, será mejor que vaya a prepararme, el intitutriz no tardará en llegar. - Esta bien cielo. Hice reverencia antes de salir y prácticamente corrí hacia mi habitación. Trataba de mantenerme concentrada escuchando la clase, pero me era inevitable. Desde muy chica recibía clases de ciencias políticas y cosas que en lo personal no me gustaba y no lo disfrutaba en lo absoluto. Pero lo hacia por obligación. Recordaba aquellos momentos donde Sophie me prestaba su uniforme de la escuela cuando eramos niñas. Yo jugaba a ser una estudiante y ella una princesa. Siempre quise ir a una y tener muchos compañeros. Pero me tocó tener clases particulares y algo diferente a la educación de los demás. Luego recordé la salida. Pero sobre todo en Matthew. En lo encantadora que era su sonrisa. Y no podía evitar sentir la necesidad de volverle a ver.
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