capitulo 5

1090 Palabras
- Si prometes no decir nada, podemos llevarte, pero tenemos que ser muy sigilosas. Esta noche hay carreras, ¿te gustaría venir? Me dice una de las monjas y una sonrisa aparece en mi rostro, es una de total burla, así que no soy la única monja que no es santa. - ¿Cómo hacen para escapar? - Les digo más por parecer sorprendida de que puedan hacerlo, parecen chicas huecas, sin cerebro. - Le damos unas gotas a la madre superiora, unas que ayudan a que se relaje - estas chiquillas drogan a la pobre madre, son peor que el enemigo - si vas a ir, tienes que conseguir ropa, no puedes llevar el hábito a esos sitios - me dice una chica de ojos verdes muy seria - es sagrado - el hábito es sagrado es cierto. Asiento con mi cabeza y pienso en Ana Clara. Ella dijo que si la necesitaba, podría ir a buscarla. Soy la mejor asesina del continente, pero no tengo nada de sentido del gusto, y no conozco las relaciones interpersonales. Terminamos el almuerzo y me dirijo a la puerta de salida, para buscar a Ana Clara. Llegué a la tienda donde me dijo que vivía y pregunto por ella. Sale con un delantal puesto y le pregunto si tiene tiempo para que me acompañe. - Esta noche algunas chicas y yo vamos a ir a ver las carreras, puedes ayudarme a comprar ropa, no sé qué se usa para eso - le digo mientras miro la tienda, venden todo tipo de comida. - Significa que vamos de compras - Ana Clara grita y salta dándome un abrazo, me quedo demasiado quieta, creo que puedo contar los abrazos que he recibido en mi vida y han sido de Marco. - Sí, eso creo —le digo dando un paso atrás para alejarme de ella—. ¿Podemos ir ya? - Claro, vamos - se quita el delantal y toma mi mano mientras le grita a su madre que se demora unas dos horas en regresar. No creo que sea tanto tiempo, pero no importa. - ¿Cuánto dinero tenemos para ir de compras? - me pregunta. —No hay límite —abre los ojos, como si hubiera dicho una locura. Tengo dinero de sobra, cada misión que he completado me la pagan en cantidades exorbitantes. - ¿Quién te da dinero o tienes una familia rica? - Asiento, no quiero tener que explicarle nada, no quiero vínculos ni nada de relaciones. Caminamos hacia un centro comercial, y hay demasiadas tiendas de ropa; es demasiado bonito, los tonos, las plantas y todo lo que lo rodea.Ana Clara toma mi mano y entramos a una tienda donde hay mucha ropa para mujer. No acostumbro a tener tanta ropa, así que quiero algo básico y sencillo. - Quiero algo con lo que pueda moverme: jeans, quisa, una blusa cómoda, algo que no sea llamativo y tenis —le digo a la chica de la tienda de ropa. No tengo idea de la moda, pero sé muy bien lo que quiero. - Tienes que comprar un vestido, uno muy sexy, aunque sea solo para que te veas tu solita y tacones — la miro como si estuviera loca, jamás he usado tacones, me caería, apenas los ponga sobre mis pies. La chica trae la ropa y escojo un jean n***o, tiene rotos, pero se siente muy cómodo. Unas botas negras de cordones con algo de tacón, solo espero no arrepentirme y una blusa de tiras blanca, es muy femenina y bonita. —¿Y está? - señala Ana Clara. Una chaqueta de cuero que se ve muy bonita — pruébatela - me dice y la pongo sobre mis hombros, por dentro está llena de bolsillos, es perfecta para cargar un arma. - Está también, por favor - le entrego la chaqueta a la chica y escogemos el dichoso vestido de color azul rey por insistencia de Ana Clara y unos tacones. Dice que va a enseñarme a usarlos, pero creo que no podría pelear con eso. Entrego mi tarjeta negra para pagar, es un cartón que no se puede rastrear y que no tiene ningún tipo de nombre, solo un pequeño chip para transferir el dinero. Salimos de la tienda y compro un teléfono. Necesito poder comunicarme mientras estoy acá y no puedo sacar mi teléfono del trabajo, no puedo arriesgarme a que lo vean. Ana Clara no hace muchas preguntas, afortunadamente. Me quita el teléfono de mis manos y agrega unos números en él. - Ya tienes mi contacto, por si quieres escribirme por cualquier cosa - asiento y lo guardo en mi bolsillo. De salida del centro comercial, ella se va para su casa y yo me voy para la catedral. Necesito informar que voy a ir a las carreras por si me dan alguna pista de la misión. Llego a la catedral y acomodo todas las compras. Ana Clara me hizo prometer que la buscaría cuando estuviera en las carreras, solo quiero ver, de qué trata y el misterio que tiene, no quiero involucrarme mucho. La tarde pasa demasiado rápido, con ella la cena se anuncia con el timbre y nos reunimos otra vez en el comedor, igual que en el almuerzo, las chicas me llaman para que me siente con ellas, me preguntan que si conseguí la ropa y me dicen que a las ocho en punto me esperan en la puerta de salida, es una idiotez, pero tengo que hacer como si estuviera impresionada. Hablamos sobre la hora de llegada al instituto y quedan de que a la medianoche tenemos que volver, ya que el medicamento no dura tanto tiempo y se puede despertar la madre superiora. Llego a mi cuarto y tomo un baño, nos acostamos a las siete en punto dentro de la catedral, y cuando todas las luces se apagan, me levanto y empiezo a vestirme, acomodo mis botas y veo el reloj, solo faltan cinco minutos para las ocho y salgo de mi habitación cerrándola sin hacer ruido. Llego a la puerta de salida y hay tres chicas esperándome, todas hacen señas para que me apure y corro hacia ellas. - Vamos a ir en el auto de un amigo, ¿está bien para ti? - me pregunta una de las chicas y asiento con mi cabeza. - Solo no te asustes y no digas nada de lo que pase allá, ¿estamos? - Asiento con mi cabeza y un auto se estaciona, nos subimos y arranca.
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