Capítulo 6

3541 Palabras
Blanca llegó y tomaron el ascensor, en el automóvil ya esperaba Daniel, salieron del edificio y llegaron a una torre de oficinas, descendieron y se dirigieron a la entrada, allí les esperaba una señora que los condujo a una sala de conferencias muy lujosa con muebles en madera tallada, muy hermosos.  Tomaron asiento y seguidamente entraron cuatro señores muy serios, quienes al ver a Adam Kaneko cambiaron sus expresiones de inmediato y saludaron sonrientes. –Buenas tardes señores, recibí el mensaje de que requerían mi presencia con urgencia –expuso Adam, después de los saludos. –Así es, se trata de una propuesta que estamos confiados en que será de sumo interés para usted. –De acuerdo, descríbame esa propuesta. –Es la construcción de plantas para suministro eléctrico y de agua potable, en una zona que estamos próximos a desarrollar. –¿Qué tan próximos? –Estamos haciendo los estudios respectivos, pero de lo que si estamos seguros es de que si les ofrecemos servicios básicos, será imposible que nos nieguen los permisos necesarios para ese desarrollo.  Aquí tengo algunos planos iniciales. Adam observó a Blanca y notó que ella fruncía el ceño al ver los planos. –¿Ocurre algo señorita Prince? –Es la misma zona de la planta eléctrica que le presentó su jefe de proyectos. –Señores ¿acaso mi jefe de proyectos eléctricos no les informó que rechacé esa propuesta? O, sí lo hizo y ustedes pensaron que agregando la planta de agua yo cedería a invertir.  ¿Qué le ofrecen a los futuros habitantes solo agua y luz?  Faltan fuentes de trabajo, centros educativos, recreacionales, supermercados, transporte.  ¿Piensan construir una ciudad remota y abandonarlos a su suerte con luz y agua solamente? Adam Kaneko se puso de pie y abandonó la reunión seguido de Blanca y Daniel.  Al salir giró hacia Blanca y le habló con mucha amabilidad: –Gracias, sinceramente.   Al llegar quiero hablar con el jefe de proyectos eléctricos. –Sí señor, tendrá solo 15 minutos para verlo porque luego vendrá el Director de Personal para discutir las observaciones de ayer. –15 minutos serán suficientes para lo que tengo que decirle, no me gusta que me acorralen, ni que me presionen y mucho menos que me hagan perder el tiempo. Blanca y Daniel guardaron silencio, Adam estaba visiblemente molesto. La jornada terminó pasadas las 8:00 de la noche, Adam les pidió a Daniel y a Blanca que lo acompañaran a cenar, pero Daniel se excusó porque tenía una cita, entonces Blanca fue con él: –¿Le gusta el sushi? –No sé, nunca lo he probado. –¿Se atreve a probarlo o prefiere otra cosa? –Me atrevo, me atrevo, vamos. –¿Es temeraria? –No, solo quiero probar y conocer.  Solo he comido italiano y francés –“¡Cielos!”.  –Se me salió. –¿En serio? ¿Dónde? –En un restaurante donde trabajé como ayudante de cocina –casi se delata. Caminó a su lado hasta su automóvil.  En el restaurante él pidió el menú de degustación, para que ella probara las diferentes combinaciones de los platos japoneses. –¿Usted es japonés? –Mi abuelo, mi padre y yo nacimos aquí.  Mi bisabuelo si es japonés de nacimiento. –¿Dijo es? –Sí, está vivo, tiene 89 años muy bien llevados. –¡Qué bueno! ¿Entonces sus tatuajes son símbolos japoneses? –Sí, en la derecha Honestidad y en la izquierda Lealtad.  ¿Y usted, de donde es? –Yo nací aquí en Los Ángeles, mis padres también son de aquí.  No conocí abuelos. –¿Sus padres no estuvieron muy presentes? Lo digo porque su expresión cambió al nombrarlos. –Fueron un desastre, no quiero ser dramática, pero me crie sola prácticamente porque mi madre se fue cuando yo tenía 10 años y mi padre estuvo bebiendo hasta hace 2 años que ingresó a un centro de rehabilitación, ahora está en un hogar de cuidado porque se encuentra muy enfermo del hígado, producto de su alcoholismo.  Aunque realmente no puedo ni debo quejarme, mi maestra de tercer grado siempre me orienta y hay otras personas que también me han ayudado mucho –dijo con Ángelo en la mente. –Es impactante, su infancia y juventud fueron muy difíciles entonces. –A decir verdad, le mentí en la entrevista, yo trabajo desde los 11 años, he limpiado, lavado baños y cuidado jardines, además entraba a restaurantes como este con envases, para pedirles a los clientes las sobras de sus comidas. –No la considero mentirosa por ocultarme eso, aunque no es motivo de vergüenza, siento que haya vivido así y tiene mucho mérito por haberse formado sola. –He puesto todo mi empeño para ver lo bueno de la vida. –Celebro su actitud, ahora dígame qué le parece lo que vaya probando. –Antes me tuteo y después cambió ¿por qué? –Fue un error y le ruego que me disculpe, no volverá a suceder. –No podía decirle que se estaba sintiendo demasiado cómodo con ella. –Entiendo, no se preocupe. –No se atrevió a preguntar más. Blanca disfrutó cada bocado y aprendió en el proceso algunos nombres.  Probó el saque y Adam se burló de ella porque su cara se puso totalmente roja.  Al terminar quiso llevarla a su casa, ella se negó rotundamente, pero el alegó que era muy tarde y tuvo que ceder, a medida que se acercaban Adam se horrorizaba más de la zona y se preocupó: –¿Aquí es donde vive? –Sí señor, esto es South Central. –¿Sola? –Si señor –Señorita, lo más rápido que pueda empaque sus cosas y venga aquí, no tarde por favor, me aterra esperarla mucho rato en este lugar. –Empacar ¿adónde voy? –Tenemos apartamentos ejecutivos, ocupará uno de esos. –¿Debo pagar algo? –Usted no, dese prisa por favor –le expresó angustiado. No pasó mucho tiempo antes de que Blanca apareciera arrastrando unas bolsas de basura, el chofer salió rápidamente a ayudarla.  Adam estaba impresionado e impactado.  Cuando ella se sentó a su lado en el auto no pudo evitar decirle: –¿Por qué trajo todo en bolsas? –No tengo maletas. –Saldremos de viaje el lunes. –Sí, no lo he olvidado, mañana pediré una prestada. –Ross por favor vamos al… –Adam le dio el nombre de un centro comercial. Al llegar le pidió a Blanca: –Venga conmigo. Fueron directo a una tienda de cuero y le compró un juego de maletas. –Señor, muchas gracias, no sé qué más decir. –Mi Asistente Ejecutiva debe cubrir ciertos estándares, solo me estoy asegurando de que tenga los elementos necesarios para hacerlo. Llegaron al edificio y él mismo la acompañó hasta el apartamento, junto con el chofer la ayudaron con las bolsas y las maletas.  Estaba amoblado con mucho lujo y estilo, quedó deslumbrada, Adam le entregó la llave que le había pedido al portero y se despidió de ella quien no tenía palabras, solo lo miró con lágrimas en los ojos.  Adam lo notó y desvió la mirada, no quería conmoverse mucho con esa chica. Blanca no fue al club esa noche, arregló la ropa y recorrió cada rincón del apartamento, el baño era inmenso con una tina.  Se acostó y lloró aunque no sabía bien la razón, pero en el fondo presentía que sí, se había esforzado estudiando y ahora podía ver el fruto de su dedicación, ganaría dinero para pagarle a Ángelo y le demostraría que estaba equivocado cuando con apenas 13 años le dijo: > Entre llanto y recuerdos, se quedó profundamente dormida.   *** En la mañana seguía arreglando su ropa cuando tocaron a la puerta, se extrañó y fue a abrir, era Daniel con muchas bolsas de víveres, quien entró diciendo: –Espero que cocines porque traje una buena selección de ingredientes para preparar comidas muy ricas. –Si cocino y me encanta además.  ¿Por qué me traes todo eso? –Ordenes, mi jefe da la impresión de ser un amargado, pero cuida muy bien de los suyos, sobre todo si son honestos y leales con él. –Ah como los tatuajes. –¿Cómo? –Los tatuajes que tiene en las manos uno es Honestidad y el otro Lealtad. –Son las dos cosas que más le importan de las personas a su alrededor.   Tenlo siempre muy presente. –Lo tendré en cuenta y te invito a almorzar mañana, para que veas que sí cocino. –¿En serio? Acepto encantado. –Muchas gracias Daniel. Daniel la ayudó a guardar los víveres y luego se despidió prometiendo estar puntual al otro día.   *** Blanca se preparó y se fue al club, al entrar en la oficina de Ángelo, anunció con entusiasmo: –Tengo noticias. –Espero que sean buenas, entre anoche y la mañana de hoy, he tenido malos momentos. –Son mejor que buenas, ahora vivo en un apartamento de la empresa, tienen varios y me asignaron uno.  Ah y el lunes salgo de viaje de trabajo por una semana. –Ya no eres mi niña, te convertiste en una joven ejecutiva, concéntrate en hacer muy bien tu trabajo para que te sigan tratando así. –Mi jefe me invitó a cenar. –Mucho cuidado, no familiarices con él y si intenta algo dile que lo denunciarás. –Y ahí está mi protector.  Gracias Ángelo, te aseguro que fue muy respetuoso, le conté de mis padres y cuando me llevó a mi casa y vio la zona, se asustó y como vivo sola no quiso que me quedara allí. –Muy loable su acción, pero igual cuídate mucho y en ese viaje es mejor que lleves esto –buscó en una gaveta y le dio un pote de gas en spray– directo a los ojos y grita muy fuerte. –Me cuidaré, muchas gracias Ángelo, ahora voy a buscar comida y después a encontrarme con Roger. –Espérame, comeremos juntos.  Pero antes, quiero darte algo; fue a la caja fuerte y sacó un fajo de billetes y se los dio. –¿Y esto? –De tus ganancias, ya yo tomé mi parte. –Pero si lo tomas todo cancelo más rápido, ¿verdad? –Niña no puedes andar por ahí sin un centavo, toma ese dinero y adminístralo, ya te dije que yo tomé mi parte y fue suficiente. Ángelo la observaba mientras comían y sentía que el corazón se le encogía, la había protegido de su padre durante varios años, ahora se estaba independizando de él y solo podía aconsejarla, le pedía a su Dios que la cuidara mucho.  “Si ese jefe le hace daño lo acabaré con mis propias manos” –pensaba.  Blanca era como una hija para él y siempre estaría pendiente. Una vez más su actuación tuvo una gran acogida, y también fue invitada al reservado, aceptó la invitación y esta vez el “cliente misterioso” la esperaba con una botella de champaña, ella le preguntó extrañada: –¿Por qué ordenó champaña? –Tengo que salir de viaje, no te veré en una semana, así que hoy es una buena ocasión para que definitivamente me digas cuánto va a costarme estar contigo. –No desiste ¿verdad? –Creo que te niegas para hacer más costosa la transacción, así que ya dime de una vez.  Lo que mencionaste el otro día de amor, romance y compromiso no va conmigo, seamos claros.  Yo he sido muy paciente, llevo casi dos años invitándote y considero que ya es tiempo de que dejes de jugar. –No estoy jugando señor, he atendido sus invitaciones aunque no siempre ha sido agradable compartir con usted, lamentablemente no termina de entender que no puede tenerme en sus términos, no me niego para que ofrezca más dinero, me niego porque no soy de las mujeres a las que acostumbra tratar. –¿Qué te hace diferente? –al decir esto se acercó mucho a ella. –Nunca lo sabrá –se levantó rápidamente y salió del reservado. Blanca estaba cambiándose en su camerino, repasaba la conversación, tuvo que salir de prisa porque acercó mucho su rostro al de ella y eso la enervó.  Al mismo tiempo se sentía triste porque el hombre que las chicas llamaban “cliente misterioso” era despreciable con sus expresiones y creyendo que con dinero podía tenerla.  Ese no era Adam Kaneko.  Cuando estuvo lista fue a despedirse de Ángelo: –Volveré el sábado creo, mi jefe dijo que el viaje duraría una semana, ya le avisé a Roger. –Que tengas un buen viaje y cuídate mucho. –Me preocupa Gina. –Olvídala, yo la manejo. Salió por el restaurante y se fue al nuevo apartamento.  Dispuso lo que iba a preparar de almuerzo para ofrecerle a Daniel y se acostó aun con nostalgia en el pecho, le desconcertaba mucho lo diferente que eran su jefe y el cliente.  Se despertó temprano, tomó un largo baño en la tina, desayunó y se sumergió en la cocina. Daniel llegó puntual y traía helado para el postre. Abrieron una botella de vino y se sentaron a comer, Daniel estaba sorprendido por la comida, se deshizo en halagos y Blanca le agradecía sonriente.  Daniel insistía: –¿Cómo aprendiste a cocinar tan bien? –Pues en el restaurante donde trabajaba en limpieza, me ascendieron a la cocina y me inicié lavando platos, pero me hice amiga del chef quien comenzó a enseñarme algunas cosas básicas de la cocina italiana y francesa que eran su especialidad.  Cuando cumplí 15 años ya era ayudante en la cocina, hasta que obtuve el trabajo con ustedes. –Asombroso. Mientras comían el helado Blanca quiso saber más de él: –¿Cómo llegaste a trabajar con Kaneko? –Al inicio era su chofer, a veces me comentaba sus planes y entonces yo le preguntaba cómo habían resultado algunas cosas, hubo ocasiones en que me atrevía a opinar, una vez me invitó a cenar y me confió situaciones en las que quise intervenir para ayudarlo, mientras continuaba como su chofer me entrenó y me pagó los cursos de inglés y francés, después de dos años me pidió que le buscara un chofer porque yo pasaba a ser su asistente personal, eso fue hace casi 5 años, tengo su confianza y le agradezco mucho su trato conmigo. –¿Qué edad tienes? –30 años. –¿Ya empacaste para el viaje? ¿Sabes adónde iremos? –Empacaré al llegar a casa y la ruta la tiene el jefe. –Seguro estaremos muchas horas en automóvil, prepararé agua y bocadillos. –Blanca viajaremos en el avión de Kaneko. –¿Cómo? ¿Iremos en avión? ¿Allá arriba, volando? –Cálmate, ya veo que será tu primera vez.  Al despegar respiras profundo y luego relájate. –Ay no, me será difícil conciliar el sueño, ¿por qué me dijiste eso? –Tranquila, verás que lo disfrutarás. –Eso espero. –Anda te ayudo a recoger. Daniel se despidió y acordaron que pasaría por ella a las 5:30 am para ir al aeropuerto.  Cuando la recogió la ayudó con el equipaje y le preguntó si había dormido. –Pues sí, empaqué, vi un poco de televisión y me quedé dormida. –Yo hice lo mismo.   *** Esperaron en la sala del hangar privado hasta que los llamaron a abordar, Adam Kaneko llegó apresurado  pidió disculpas, subieron al avión y Blanca se sentó aparte y sola, Adam la vio e interrogó con la mirada a Daniel quién le informó: –Es su primera vez en un avión –Daniel asumió que esa era la razón para estar alejada. Blanca se sentó aparte, pero fue porque al ver a Adam recordó lo que le dijo en el club y antes de ponerle mala cara, se aisló para calmarse, en momentos así le resultaba muy difícil separar a Sherezade de Blanca. Se esforzó en pensar que no son el mismo hombre y así ella podría afrontarlo si se aferra a que Blanca trabaja con Adam Kaneko el jefe poderoso, amable y muy correcto.  Mientras Sherezade por su parte, debe manejar al “cliente misterioso” que solo quiere pagar por su cuerpo.  Pensándolo detenidamente cada uno de ellos tiene a cada una de ellas. En el despegue hizo lo que Daniel le recomendó, luego cerró los ojos y se fue relajando, resultó un viaje largo, tuvieron dos comidas en el avión, al aterrizar era casi de noche. En el automóvil Adam le dio a Blanca el itinerario de visitas de la semana y les anunció: –Nos registramos en el hotel y luego de instalarnos, salimos a cenar ¿les parece? –Por mi está muy bien –expresó Daniel. –Yo encantada –agregó Blanca ya con mejor actitud hacia su jefe.   *** Durante la cena conversaron sobre la comida y Daniel comentó que Blanca es excelente cocinera –Adam se sintió incómodo y no supo o no quiso definir la razón de su incomodidad.  En un momento a solas con Daniel, Adam quiso indagar más sobre su reunión con Blanca. –Ah es que cuando le llevé los víveres le mencioné que eran una buena selección, entonces dijo que sabía cocinar y que me invitaría para comprobarlo. –¿Eso es todo? –Claro, sabe que salgo con la secretaria del jefe de Proyectos Eléctricos y pronto me comprometeré.  Blanca es una compañera, solo quiero ayudarla. –Entiendo, si yo también quiero ayudarla y se lo ha ganado, trabaja muy bien, aunque la evaluaré en este viaje para saber si es totalmente confiable. –Sé lo que quiere decir, confío en que no lo defraudará. Cuando Blanca regresó a la mesa repasaron el plan del día siguiente ya que comenzarían a las 7:00 am porque al mediodía viajarían a la próxima localidad.   *** El desayuno fue muy temprano e iniciaron la visita, Blanca tomó nota de todo, hizo algunas observaciones por las cuales Adam pudo hacer correctivos de inmediato, almorzaron y salieron en auto hasta otro edificio a tres horas de distancia, en esa visita Blanca volvió a señalar detalles, esta vez más delicados, les tomó más tiempo del previsto y tuvieron que quedarse a pasar la noche para continuar a primera hora, esa noche Adam le decía: –Es impresionante lo detallista que es, hasta ahora me ha brindado una gran asistencia.  Lo que lamento es la improvisación de esta noche, si necesita algo avíseme por favor. –Gracias por reconocerme y no se preocupe, todo está bien, tengo lo que necesito. A primera hora se dispusieron a continuar con la obra para hacer los correctivos necesarios.  Salieron a media tarde, llegaron de noche, Blanca pidió servicio a la habitación porque estaba elaborando el informe de la segunda visita, tocaron a  su puerta, abrió confiada y era Adam: –Disculpe solo quiero revisar sus notas antes de que haga el informe final. –Claro pase, estoy en eso. Volvieron a tocar y era su cena.  Adam le dijo que esperaría a que comiera y se sentó a ver televisión.  Blanca estaba extrañada, pero le ofreció compartir con él quien aceptó la oferta y ambos se dedicaron a comer en silencio y al terminar pasaron de nuevo a la mesa donde estaban los papeles de trabajo, revisaron los puntos, discutieron las recomendaciones y Blanca comenzó a redactar el informe.  Él la veía tan concentrada que de pronto se descubrió pensando que tenía unas facciones muy lindas y le inquietaba que mordiera su labio inferior mientras escribía, decidió no verla y se despidió por esa noche. Adam llegó a su habitación y se acostó pensando en que le había alarmado un poco el haberse sentido levemente atraído por Blanca, le parecía una absurda situación con una mujer que conocía desde hace apenas unos días, sin embargo, el haberla llevado al apartamento ejecutivo para protegerla de la zona donde vivía, sentirse molesto por su cercanía con Daniel y su huida de esa noche para no besarla, al verla morderse el labio inferior, realmente eran motivo de alarma.      
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