Al llegar al restaurante fue directo a la cocina porque estaba al borde del desmayo por el hambre, luego de comer fue a buscar a Ángelo:
–Buenas noches Ángelo.
–Buenas noches Blanca, cuéntame.
–Horas de espera para minutos de entrevista, debo volver mañana para una prueba, además dijeron que si quedo tendré que viajar dentro y fuera del país, pero no tengo pasaporte.
–Si te dan el puesto lo resolveremos.
–Si me dan el puesto veré cómo hago con Sherezade.
–Podemos dejarla, tal vez ya no tengas tiempo para ella.
–No por favor, encontraré la manera.
–Vete a descansar, vístete muy bonito y éxito en tu primer día.
–Gracias Ángelo –Blanca le sonrió y salió.
***
A las 7 de la mañana entró a la oficina, el que la había entrevistado la llevó a lo que sería su lugar de trabajo, le dio una hoja con todas las actividades indicando las horas en forma desordenada y una Tablet para que organizara la agenda, al tiempo que le informaba:
–A las 8:30 am llega el jefe y debes tener la agenda del día lista, a medida que surjan compromisos, citas o llamadas, vas anotando todo para que elabores las próximas agendas.
A las 8:20 am entró el hombre hermoso que la había entrevistado la segunda vez, el olor a loción después de afeitar inundó la oficina, a medida que avanzaba decía:
–¿Qué tenemos para hoy?
¡Rayos! –Pensó– “¿Voy a trabajar directamente con él?, ¿cómo podré concentrarme frente a ese hombre?” Blanca volvió a la tierra, se levantó de su asiento tomó la Tablet y lo siguió mientras anunciaba:
–9:00 am reunión sobre nuevo proyecto eléctrico, piso 9, sala de conferencias.
–Un té por favor –pidió al mismo tiempo que revisaba su teléfono. La miró interrogante y ella continuó:
–10:00 am reunión sobre renovación de acueducto 365-A, piso 11, sala de conferencias.
El primer hombre que la entrevistó “debía averiguar su nombre para no seguir llamándolo así” le sirvió el té a Adam y se mantuvo cerca, le hizo a ella una seña para que siguiera:
–11:30 am llamada a Alemania sobre el convenio de compra para nuevas turbinas. 12:00 m almuerzo con representantes de la Cámara de Comercio. 1:30 pm reunión de Comité de Compras, se requiere su visto bueno para algunas adquisiciones, piso 6, sala de conferencias. 3:00 pm reunión con el Director de Personal, sobre nueva Ley de Beneficios Sociales aplicables al personal, Pent House, sala de conferencias. 5:00 pm reunión con el Comisionado de Obras Públicas, Pent House, sala de conferencias.
–¿Qué día es hoy? –preguntó interrumpiendo a Blanca.
–Jueves señor.
–Cancele y reprograme todo lo demás.
–Como usted diga. –“Claro, los jueves es día de ir al club”– se dijo Blanca mentalmente.
–Bien, vamos a la primera reunión de hoy.
Blanca trataba de seguirle el paso, casi debía trotar para alcanzarlo, en el ascensor reconoció el tatuaje en su mano derecha era como un símbolo chino entre el pulgar y el índice, llegaron al piso 9 y entraron a la sala de conferencias, ya estaban todos allí, Adam Kaneko tomó asiento y le señaló una silla muy cerca de él pero a su espalda, ella se preparó para tomar notas bajo la atenta mirada del hombre que la entrevistó antes.
El expositor comenzó describiendo un ambicioso plan para construir una planta eléctrica, cuando dijo el área donde se construiría y en la que debían hacer una gran inversión en el terreno, Blanca buscó la zona, vio el mapa, comprobó que era muy aislada en kilómetros a la redonda y escribió rápidamente una nota para su jefe en francés y decía: “zona muy remota, será costoso trasladar los materiales para construir allí y aún más la futura distribución de electricidad” le pasó la nota a Adam quien la recibió sorprendido por su audacia, aun así la leyó y rápidamente interrumpió para preguntar:
–¿Exactamente dónde está ubicada esa área?
–Es un poco lejos –contestó vagamente el expositor.
–¿Cuán lejos? –insistió Adam.
–Bueno es un poco difícil llegar, pero construiremos caminos.
–¿Cuánta población beneficiaremos con esa planta?
–Por ahora ninguna, sin embargo con la planta podrán impulsarse desarrollos inmobiliarios.
–¿Yo hago una planta para abrirle mercado a las constructoras? ¿Qué gano yo?
–Hay algunos desarrolladores que pudieran interesarse.
–¿Después de que yo invierta millones? ¿Cuándo recuperaré mi inversión?
–Tardará un poco, pero es un riesgo que…
–Es un riesgo que no quiero asumir –interrumpió Adam y se puso de pie, antes escribió en la nota que le devolvió a Blanca: “Bien hecho”.
Blanca sonrió, la guardaría, era su primer elogio en el trabajo. Volvieron a la oficina y ella reorganizó todo lo pendiente a partir de las 6:00 pm, el que la entrevistó se acercó y ella le dijo:
–Disculpe ¿Cuál es su nombre?
–Daniel y soy el asistente personal del Sr. Kaneko, debo decirte que no agendas nada para los jueves después de las 6:00 pm ¿entendiste?
–Sí señor, ningún compromiso los jueves después de las 6:00 pm.
–Quiere decir que los jueves tu trabajo termina a las 6:00 pm, el resto de los días sí dependerá de los compromisos que tenga.
–¿Usted también?
–Mi horario es un poco más extendido que el tuyo porque me ocupo de sus asuntos personales, a ti te corresponde solo lo de la oficina.
–¿Vive con él?
–Casi, ¿quieres un café o té?
–Café por favor y gracias.
***
Adam llamó a Daniel para comentarle:
–Al principio me sorprendió que se atreviera a pasarme una nota en plena reunión, pero fue muy acertada. Averigua qué se trae el jefe de proyectos ¿por qué quiso involucrarme en ese plan?
–Fue tan rápida que no pude detenerla, aunque su impulsividad le ayudó, eso es bueno.
–Me dio la nota en francés –señaló Adam sonriendo.
–¿En serio? No quería que alguien a su alrededor se enterara, buena estrategia.
–Hazla pasar un momento.
Cuando Blanca entró él le manifestó:
–Generalmente no tolero que me interrumpan en una reunión, pero su intervención de hoy fue favorable a mis intereses. ¿Cómo se dio cuenta?
–Al principio fue solo curiosidad de ubicar la zona en el mapa, pero cuando me percaté de lo aislada y remota que está, solo pensé en lo difícil que sería iniciar un proyecto de construcción allí.
–Tiene razón, su factibilidad es casi nula ¿qué sigue hoy?
–Vamos al piso 11, renovación de acueducto.
–Adelante, vamos.
Ahora en el ascensor notó que en su mano izquierda tiene tatuado otro símbolo, en el mismo lugar aunque este es un poco diferente, tendría que verlos juntos para estar más segura, no se había fijado antes de que tenía uno en cada mano.
En esta nueva reunión la discusión se centró en determinar qué tan necesario era reemplazar en lugar de reparar. Blanca solo observaba, Adam era muy sagaz no cedía fácilmente a los argumentos que le daban, se veía joven no creía que llegara a 30 años y ya dirigía a todos allí y algunos eran bastante mayor que él. Aprobó algunas cosas, mejoró otras y negó rotundamente unas pocas solicitando alternativas más eficaces. Próxima reunión en 48 horas, –“espere un momento ¿48 horas? Es sábado”– discretamente le dio esa información y Adam corrigió enseguida, para el lunes la próxima reunión, la miró e inclinó levemente la cabeza en señal de agradecimiento. Al ir camino al ascensor le expresó:
–Segunda vez que me salva hoy ¿se me va a hacer indispensable para no equivocarme?
–Eso espero señor. “Necesito trabajar” –pensó, pero no le dijo esta última frase.
–¿Qué sigue?
–En su oficina llamada a Alemania.
–Comuníqueme –él notó su duda y le aclaró: Puede hablar en inglés.
–Perfecto –respondió Blanca e hizo la llamada, se desenvolvió muy bien y comunicó a Adam.
Cuando terminó la llamada, le recordó el almuerzo con la Cámara de Comercio y él respondió:
–Acompáñeme, anote todo lo que propongan.
Salieron al estacionamiento y se sentó con él en la parte trasera, él iba distraído con su teléfono y de pronto quiso saber:
–¿Y su celular?
–No tengo señor.
–Es una de las pocas jóvenes en todo el mundo sin celular. ¿Por qué no tiene?, ¿por convicción?
–No, solo es falta de dinero para comprarme uno.
–Disculpe mi indiscreción.
–No se preocupe.
Adam le envió un mensaje a su asistente: “Esta chica no tiene celular por falta de dinero”. “Entendido” le respondió enseguida Daniel.
Al entrar al restaurante los condujeron a una zona reservada, algunos de los representantes ya estaban allí, Blanca tomó asiento a su lado, entonces pidieron bebidas y aperitivos, entre tanto iniciaron una serie de planteamientos con veladas propuestas que Blanca anotaba detallando quien la había hecho, el momento de la comida fue más tranquilo y ella pudo degustar el suculento plato que le habían servido, durante la sobremesa hizo más anotaciones, hasta que Adam dio por terminada la reunión alegando que debía asistir a un Comité. Daniel se encargó de la cuenta y al volver a la oficina fueron directamente a la sala de conferencias. En uno de los casos Blanca encontró un error de cálculo y se lo hizo notar a Adam, el asintió porque ya se había dado cuenta y lo anunció ya que afectaba considerablemente el resultado.
Terminó el Comité y Blanca le informó que en 15 minutos tenía reunión en esa misma sala, entonces él pidió té y decidió quedarse a esperar. Le manifestó a Blanca:
–La próxima reunión es muy confidencial, lo que se trate aquí no debe ser divulgado hasta su aprobación por escrito.
–Entiendo perfectamente –sabía guardar secretos, tenía varios de Ángelo y ahora uno muy grande de ella misma.
El resto del día se cumplió la agenda y a las 5:45 pm Adam salió de su oficina y le dijo: “Hasta mañana”
–¿En serio? –su voz demostraba emoción.
–Sí, hoy fue muy diligente, el puesto es suyo. Daniel le dará más detalles a primera hora.
–Muchas gracias.
Daniel la miró, le sonrió y se despidió con una leve inclinación de cabeza. En el pasillo Daniel informaba a Adam:
–Le compré un celular y se lo dejé como sorpresa en el piso cerca de la papelera con una nota.
–Eso parece un gesto romántico, ¿te enamoraste en un día?
–No jefe, pero me parece muy ingenua y como si no hubiera tenido buenas oportunidades. Hoy vino con el mismo traje de ayer, solo cambió la blusa y al llegar se quitó la chaqueta, pero estoy seguro de que repitió el traje.
–¿Y qué piensas hacer?
–Si vuelve a usar ese traje mañana, le daré un adelanto de sueldo para que compre ropa.
–Lo negarás, pero a mí me parece que te enamoraste en un día –comentó Adam burlón.
–No, de verdad que no.
Blanca estaba terminando de pasar en limpio las notas que había tomado en el almuerzo, le daría un informe detallado al jefe en la mañana. Cuando organizaba el escritorio para irse, notó una bolsa en el piso al lado de la papelera, en el asa tenía una nota: “Bienvenida al mundo de las comunicaciones virtuales”. Abrió la bolsa y había una caja con un celular muy bonito, buscó la factura y no la encontró, así que debe ser un obsequio, además tenía un lazo.
Terminó su primer día de trabajo formal, lo único que lamentaba era que tenía que trabajar con el hombre que tantas veces la ha ofendido con sus proposiciones, pero este Adam Kaneko era tan diferente al cliente del club que parecían dos personas, si no fuera por el tatuaje, hubiera dudado de que era él.
***
Al salir pasó por la casa de la maestra Mary, cuando le abrió se echó en sus brazos muy emocionada mientras le decía:
–Me dieron el puesto.
–Me alegro mucho por ti –respondió su maestra también emocionada.
–También me regalaron un teléfono celular, mire.
–Es muy moderno, vaya un regalo el primer día, tendrás un gran futuro allí.
–Eso espero maestra. Ahora debo irme, quise pasar a avisarle y a darle las gracias por todo lo que me ayuda.
Se volvieron a abrazar y se despidieron. Ya en el club fue directamente a la oficina de Ángelo y entró muy contenta:
–Me dieron el puesto –anunció triunfante.
–Felicitaciones y viniste temprano.
–Vendré temprano los jueves. No sé qué hace mi jefe ese día –mintió–, pero los jueves trabajaré hasta las 6:00 pm. Mañana me darán los detalles.
–Si no entiendes algo pregunta sin miedo o me llamas.
–Y mira –dijo mientras le mostraba el teléfono.
–¿Y eso?
–Me lo obsequiaron.
–¿Seguro? Mañana preguntas, no vayan a descontártelo del sueldo después.
–Otro asunto Ángelo, solo tengo un traje para ir a trabajar ¿Podrías prestarme dinero para comprar algo de ropa?
–Ya me encargué de eso y Roger compró estas cosas para ti –sacó varias bolsas que estaban ocultas bajo su escritorio y se las dio.
–¿Qué? ¿Cómo supiste que me darían el puesto?
–No lo sabía, aún tienen las etiquetas si no te lo daban los devolvía.
–¿Ya anotaste todo esto?
–No lo haré, es un regalo.
La presentación de Sherezade fue muy cómica ese día, los espectadores rieron y aplaudieron mucho, Ángelo observaba todo y estaba tan emocionado como el público, a veces se sorprendía aplaudiendo como uno más.
La tarjeta del ramo de esa noche decía: “Por favor, solo un minuto”. Se dirigió al reservado y al entrar anunció:
–Tiene un minuto para decir su barbaridad de hoy.
–¿Me estas odiando verdad?
–Si lo odiara tendría sentimientos por usted y no quiero sentir absolutamente nada por un hombre que no respeta a las mujeres.
–Si alguna mujer se gana mi respeto se lo doy.
–Dado su comportamiento conmigo, yo no me lo he ganado ¿verdad?
–Tú te has ganado muchas cosas, tengo años tratando de acercarme a ti y eventualmente consigo un gesto de agradecimiento, así que tienes mi paciencia, mi interés, mi deseo y mi disposición para darte lo que pidas por estar conmigo.
–Qué lástima, iba bien. Buenas noches –se levantó y se fue.
Adam quedó pensativo, ya no entendía el porqué pensaba decirle algo cuando la esperaba y terminaba diciendo otra cuando la tenía enfrente, aunque no quiso ser ofensivo, sí tiene su paciencia porque hace mucho tiempo que está asistiendo al club para verla y cruzar un par de palabras, por supuesto que tiene todo su interés, claro que la desea y también le daría lo que pidiera por estar con ella, pero ya no por una noche, realmente le gustaría tenerla cerca muchas noches.
***
Blanca llegó a su casa, revisó y acomodó la ropa que le dio Ángelo y preparó el atuendo para el siguiente día, hacía mucho tiempo que no usaba ropa nueva.
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Se dispuso a dormir, pensando que ahora tenía ropa suficiente para hacer varias combinaciones.
***
A la mañana siguiente entró a la oficina y Daniel la recibió con varios formularios que debía llenar para formalizar su ingreso a la empresa, incluyendo una cuenta bancaria donde le depositarían su salario mensualmente, tendría seguro médico y con su ficha de identificación podría almorzar en el comedor de la empresa.
Antes de continuar le agradeció por el celular y preguntó cómo lo pagaría. Daniel respondió que era un regalo de bienvenida y se fijó en su vestido, alabó su buen gusto y ella le confesó:
–En realidad lo escogió un buen amigo que me cuida desde niña.
–¿Cómo así?
–Mis padres no fueron muy dedicados y a este señor lo conocí cuando tenía 11 años.
En ese momento llegó su jefe y se sobresaltó, volvió a acompañarlo a reuniones y otra vez le advirtió sobre un error de cálculo en un proyecto, entonces él le explicó:
–Cada vez que me presentan un proyecto se supone que ha pasado por analistas, evaluadores y el último paso que es el mío sería solo aprobar, tú has demostrado que debo estar muy pendiente. Ahora temo que haya dado el visto bueno a algo errado, me consideraba muy confiado en mi equipo, pero tú me has revelado que no puedo bajar la guardia.
Todo ese tiempo la había tuteado y ahora se sentía más nerviosa, sin embargo le señaló:
–También hará pensar a los miembros de su equipo, saben que está pendiente, que sí revisa a fondo y tendrán más cuidado de ahora en adelante.
–Realmente espero que sea así.
Le anunció que el lunes saldrían de viaje para revisar varios proyectos que estaban en ejecución, estarían toda la semana fuera y debía preparar equipaje para varios días, también le sugirió calzado cómodo y pantalones para recorrer obras en construcción.
Blanca le entregó las notas del almuerzo con los representantes de la Cámara de Comercio y él agradeció que fueran tan específicas, quedó en indicarle cuales tenían su interés para ponerlas en agenda. Seguidamente ella le dio las gracias por el celular y él le restó importancia diciéndole que era necesario para comunicarse con ella, por lo que debía tenerlo siempre a mano y cargado.
A la hora del almuerzo Daniel iba de salida y al verla en su escritorio le señaló:
–Hey es tu hora de almuerzo ¿vas a ir al comedor?
–Ah sí, tal vez en un momento…
Daniel vio su indecisión y le aclaró:
–Es gratis para los empleados, solo muestra la ficha.
–¿De verdad? Ya voy entonces –y se levantó rápidamente.
En el ascensor se encontró con la recepcionista del piso y la secretaria que había visto en una oficia contigua a la suya, le sonrieron, se presentaron y la invitaron a compartir mesa:
–¿De dónde eres? –le preguntó la recepcionista.
–Nací y crecí aquí, mi nombre es Blanca.
–Yo soy de Indianápolis, mi nombre es Alice y soy tu recepcionista, bueno del piso de la Dirección –aclaró riendo.
–Yo soy de Baja California, mi nombre es Carol y soy tu secretaria y de Daniel también.
–Bueno yo soy la asistente ejecutiva del Sr. Kaneko.
–Consejo: Si te enamoras de él renuncia antes de que te despida, la anterior se le insinuó en un viaje y la dejó por allá. Es un ogro con las mujeres –todo esto lo dijo la recepcionista con voz muy baja.
–¿Qué le ocurre? –indagó Blanca–. Se ve muy joven para una decepción amorosa.
–Tiene 25 o 26 años, pero desde muy joven su padre lo traía y lo enseñaba a dirigir la empresa –explicó Carol, la secretaria.
–Impresionante ¿no? –señaló Alice, la recepcionista.
–Si mucho –respondió Carol.
–No sabía que el comedor es gratuito –comentó Blanca.
–Si es un gran beneficio, la atención médica también, hay una clínica en el 1er piso y en planta baja está el gimnasio. El área de descanso también está en planta baja, como tenemos una hora, comemos y luego caminamos un rato en esa área –le indicaron entre las dos quienes se completaban las frases una a la otra.
–Todas ustedes son muy elegantes –señaló Blanca.
–No es exigencia de la empresa, pero nos arreglamos por si Kaneko se fija un día en alguna –dijo Alice y comenzó a reír.
Terminaron de almorzar y le mostraron el área de descanso, tenía cómodos asientos, incluso tumbonas, mesa de ping-pong, de pool y estantes con libros y revistas.
Subieron juntas al último piso y saliendo del ascensor se encontraron con Adam, saludaron y el respondió cortés, luego dirigiéndose a Blanca ordenó:
–Acompáñeme, es un imprevisto.
–¿Puedo buscar la Tablet?
–Sí, la espero aquí.
Blanca apuró el paso y mientras pensaba en que él la estaba tratando de usted nuevamente, pero no iba a preocuparse, sabía que no había hecho nada malo. Adam quedó en la recepción esperándola para deleite de Alice quien lo miraba disimuladamente.