Capítulo 1
El inframundo
Zero
Todo aquí seria oscuridad si no fuera por el fuego que arde de una manera que solo se puede sentir como una especie de frío que con solo verlo de cerca querrás retroceder. Caen cenizas de lo que supongo es el cielo, más también hay otro poco más de masacre dándole ese aspecto que podría traumatizar a cualquiera. Por donde quisieras ver no hay salida es una guerra en la que es todos contra todos, pero también todos contra uno que es el blanco favorito.
Mi trabajo es proteger uno de los portales que traslada a un planeta con vida y su nombre es La Tierra. Nuestros corazones están hechos de tuercas, tornillos y no sé qué otras cosas más, parece algo complejo para mí.
No te puedo decir exactamente que soy ¿La razón? Por qué ni yo lo sé. De lo único que estoy seguro es de que cuando desperté lo primero que reconocieron mis ojos fue un hombre de unos 80 años quizá. Su aspecto no se me hacía conocido, sin embargo, me hacía sentir pequeño, aunque lo soy a comparación de él, pero ¿Qué conocía? Cabellera blanca con ojos negros por completo, no hay iris y regordete si no fuera por su aura y los demás rasgos podría decir que hasta tierno. Sin playera y con varios tatuajes en su cuerpo de símbolos extraños, con una sonrisa siniestra que me pareció más una de orgullo en su momento como si me esperara, tiene una mirada hipnótica. La mesa era demasiado fría contra mi piel. Lo único que salió de su voz ronca y vieja fue
—Cuida que no se oxide de más, muchacho —señaló mi pecho, no entendía a lo que se refería
Y hasta hoy no lo he hecho, sigue igual que la primera vez. Colocó mi espada a modo de que pueda mirar mi reflejo es de la única forma que supe un poco de mí. Encontré con chico de al menos 20 años, cabello gris opaco largo atado con un pedazo de tela que rasgué de la playera, ya que me llegó a estorbar. Mi cara es entre blanca y morena con unos ojos grandes de iris verde con una combinación de rojo alrededor parezco un muñeco, a decir verdad, doy un movimiento rápido cortando la cabeza de un demonio que pensó atacarme mientras pienso en como llegue a este lugar.
Llegué a esta puerta por obligación en el momento que aquel hombre se dio la vuelta y aplaudió una luz apareció cegándome unos instantes y luego llegué aquí de una manera sorprendente. Unas cadenas amarillas me jalaron hasta una puerta blanca con el destino que tenía sobre esta en un letrero claro. Todos los demonios, monstruos, más bien todo ser existente aquí me atacó, al principio mis movimientos eran lentos y descoordinados lo que me hizo recibí algunos golpes. No tenía idea de lo que debía hacer, pero por instinto hice lo que debía. Así fue como un tiempo después conseguí una agilidad que ni yo imaginaba que se podía tener, no entiendo la razón por la que desde el primer momento sentía la necesidad de cuidar esta puerta es un sentimiento que me impulsa a estar de pie mi razón de vivir.
Mis tuercas resbalan con la misma facilidad que corta mi espada, nadie puede estar a más de 15 metros bajo mi guardia. Mi corazón rechina al mirar un Goleen acercarse esto se pondrá bueno, su mano lenta intenta tocarme, sin embargo, al momento me muevo por el franco derecho, elevando la espada a cada paso, me impulso dando un salto cortándolo a la mitad. Su sangre salpica todo el lugar, sin embargo, para mí es como agua deslizándose al suelo, ni una mancha hay en mi ropa o mi piel, veo como cae haciendo un sonido de eco que deja un silencio por unos segundos. Por este tiempo recuerdan quienes superior aquí, sin embargo, su uso de razón es nulo.
Llegan mis minutos de descanso cuando estos comienzan a pelear entre ellos, hasta que se dan cuenta de que estoy ahí y el ciclo va otra vez, este es mi día a día, si creemos que lo hay.
Mientras eliminó a un ogro cortando la cabeza me llama la atención cuando aparecen frente mío cuatro personas. Uno de cabello castaño y piel blanca con pupila azul además de delgado. El otro es de cabello n***o, moreno de pupila negra él parece ser más tosco respecto a su musculatura. Dos que parecen ser gemelos, su altura los diferencia, su cabello verde es corto, morenos con pupila amarilla y delgados, aunque no tanto como él primero. Los observo movilizarse. Esto me da mala espina, puede que sea solo ideas mías, quizá quieran ayudar cuando los gemelos se colocan para proteger la puerta mientras los otros dos se acercaban intentando intimidarme. Podría estarlo, son cuatro contra uno, sin embargo, estoy más sorprendido de ver a alguien más en este lugar, de hecho, no sé ni cuánto tiempo llevo aquí. Por cómo se mueven sé que llevan tiempo en este sitio, podría obtener algunas respuestas de ellos.
—¿No crees que deberías descansar? — Su pregunta me descolocó, ¿Es posible?
Esto lo hace aún más sospechoso.
— No lo necesito —contesto de forma cínica, esto es pan comido
¿Qué haría si no es esto?, ¿me voy a cortar flores?, es absurdo, aunque me cuestiono que hacen ellos.
— Creo que no has entendido, no fue pregunta —desenvaina su espada y da el primer ataque en el que solo alcanzo mi mejilla, logre dar a tiempo un movimiento esquivando
¿Qué es esto?, ¿No somos compañeros?, ¿Tengo que cuidarme hasta de mí misma especie? Los miro con más detalle dándome cuenta de que su corazón estaba oxidado además de que su piel es casi naranja ahora. Es como si hubiesen usado un camuflaje esto no podía pasar desapercibido, pero ¿Por qué se movía con tanta agilidad?, ¿Entonces porque se oxida? Así es como más preguntas comenzaron a inundar, estoy a punto de tener una jaqueca. Comienza a rodearme, de ser así no tengo oportunidad, parecen oxidados, sin embargo, sus cuerpos se mueven con más agilidad
La puerta se abrió por primera vez en años, corrijo desde que estoy en este lugar. Comienza a absorber todo lo que está a su alrededor desde árboles, demonios y duendes entraron mientras parece estar fuera de control, no tengo idea de lo que puedo haberla activado o lo que la puso de ese modo, quizá sea las presencias. Eso me alerta que algo está mal, sin embargo, están sorprendidos y miran con horror la escena., ¿Pero no era lo que querían? Pienso cuando los veo tratar de huir. Elimino a algunos seres cuando son absorbidos debo mantenerme firme para no ser absorbido, sin embargo, cuando la puerta cierra expulsa aire que me desestabiliza cuando impacta contra mi cuerpo. Esto será una tarea difícil de controlar, aunque es un reto que acepto. Los oxidados parecen reflexionarlo mejor y regresan, suelto un gemido exasperado, hoy no es mi día o tarde quizá la vida entera. Este es el momento en el que alguien llega a ayudarme. Aceptaré ser una princesa en peligro.
El castaño es del que no debo cuidarme tanto, sus movimientos son algo lentos. Cuando intento apuñalarme por la espalda mientras creía que estoy distraído solo lo esquive y golpee su espalda para que cayera, él será mi contrincante cuatro. Los gemelos no parecen coordinados al principio, uno de ellos nada más ataca a matar lo que deja varios puntos ciegos, solamente unos golpes y ya ha caído, mi contrincante tres. El otro logra dejarme algunas cortadas, sin embargo, el de temer es el jefe el tosco que tal y como se lo es. Logra darme golpes y hacerme caer al suelo. Logro apuñalar a uno de ellos esto se ha convertido en una lucha a muerte y no les dejaré el camino tan fácil. Uno de los gemelos logra abrazarme, hago un movimiento para intentar quitarlo, sin embargo, un dolor me doblega, suelto un grito desgarrador hasta que siento mi garganta seca, mi cuerpo sede dejándose caer es cuando me suelta ahora sé su objetivo, cortar mis alas. No puedo pensar ni defenderme, el dolor es difícil de ignorar. Es cuando recibo los golpes, sin embargo, no los siento del todo. Puedo sentir mi sangre envolverme y esta no parece escurrir de mi ropa, las lágrimas caen me siento impotente cuando me doy cuenta de que me agarran con fuerza, perderé mi otra ala. Esto quizá me llevé a la locura. Muerdo mi labio no les daré el placer de verme derrotado. Mi cabello cae sobre mi rostro escondiéndome. La puerta vuelve a abrirse soltando una ventisca fuerte alejándolos de mi cuerpo, intento levantarme, sin embargo, no puedo, he perdido fuerza. Me obligo a moverme antes de que me maten. Es cuando siento la cadena tirar de mí haciendo que caiga mientras tira de mí en su dirección. Los observo moverse tratando de impedirlo Igual que yo, esto no creo que sea bueno para mí. Decido enfocarme en esquivar los ataques, sin embargo, estos apenas y me tocan.
Hay un brillo que me siega cuando salgo por la puerta. Solo pude escuchar cuando la puerta se cierra, lo sé por el chirrido y un estruendo para luego silencio.
Siento como comienza la caía, siento el viento contra mi cuerpo de una manea dolorosa. Intento estabilizarme con el ala que tengo, sin embargo, es inútil. Sé que es un caso perdido intentar evitar el impacto, aunque me gustaría que fuera lo menos doloroso. Pero me duele tanto el cuerpo que no logró hacer más, observo el lugar donde será mi impacto, parece que caeré en un lugar boscoso, sin embargo, veo las luces provenientes de mi lado derecho, solamente puedo ver los diferentes colores que iluminan el enorme espacio lejano.
Es cuando me doy cuenta de lo cerca que estoy, guardo mi ala y me doy vuelta para sentir el golpe en seco contra mi cuerpo que cruje para luego sentir mi piel erizarse. Los olores, sonidos y colores que me llegan hacen que me sienta abrumado haciendo que me sienta abrumado. Sin embargo, hay un raro calor que me hace querer salir corriendo tal vez un mal presentimiento. A lo lejos miro algo acercarse, más bien es alguien por su esencia, solo puedo ver figuras como si fueran sombras blancas, estoy demasiado débil. Sin embargo, es el punto contrario lo que provoca que esté alerta, son dos luces blancas al mismo nivel lo que me hace mirar al lado contrario, ya puedo enfocar y fijar la mirada sin problema. Un olor extraño inundó mis fosas nasales alejando todos los olores para priorizarlo, lo desconozco al principio, pero que terminó dándole nombre, sandía. Su presencia hace que me tranquilice, puedo ver cómo se acerca corriendo, dejándome ver nada más sus dos pies en mi campo de visión. Esto es peor de lo que parece.
Eso es suficiente para que cierre los ojos tratando de asimilar lo que hay a mi alrededor, siento sus manos tocarme para levantarme, parece apurada así que decidí ayudarle tratando de no dejar caer mi peso sobre ella que tienen cabello largo cosquilleando mi pecho, se siente agradable. Me pierdo unos segundos y ya estoy recostado en una superficie blanda mientras que estoy rodeado de lo que parece ser un cubo de hierro, auto, parece que mi mente me dice él nombre de las cosas con forme las veo. Escucho una puerta cerrarse el olor a sandia se intensifica, ahora sé que es ella. Se sienta en la parte de enfrente y aprieta el volante.
—No permitiré que te hagan lo mismo —susurra más para ella que para mí
Me cuesta mantenerme despierto así que solo me dejo ir. Mi cuerpo se relaja como si detectara la seguridad, quizá la puerta me envió aquí porque sabía que habría alguien para cuidar de mí como ella lo hizo al lanzarme a este lugar.