Violeta despierta sintiendo la calidez de Rodrigo, fortalece su agarre en el cuerpo del otro y aspira su olor, necesita confirmar con todos sus sentidos que no fue un sueño.
—Hola hermosa— la voz ronca del hombre hace que amplíe la sonrisa.
—Hola hermoso— responde a la vez que levanta aún más el rostro con la intención de darle un corto beso en sus labios, beso que fue prolongado por él, acompañado de caricias no tan inocentes e iniciando con esto que vuelvan a perderse en el éxtasis de la pasión...
Mientras Rodrigo está al teléfono, Violeta arma las valijas, la mujer suspira pesadamente, es hora de volver a Paraguay y reventar la burbuja, aún no sabe que pasará de aquí en adelante entre ella y el CEO; no obstante, anticipa que la realidad los golpeará de frente.
Perdida en sus pensami
