Estoy terminando de limpiar la cocina, aún tengo espasmos de dolor en mi vientre por todas las veces que me violo y me trato con rudeza el día de ayer, trato de no quejarme mucho y sigo con mis labores no quiero ser castigada por ello.
Siento la mirada de alguien sobre mí y me doy cuenta de que me está observando, se acerca a mí y me jalonea del brazo y me pone boca abajo en el mueble de la sala.
-Quédate quieta, si te mueves te dolerá más.
Me levanta la playera dejando mi trasero al aire, me encojo de hombros esperando su penetración, sin embargo, nunca llega, pasan unos segundos más y siento una inyección en mi glúteo, volteo a verlo y él está terminando de inyectar todo el líquido a mi cuerpo, deja la jeringa sobre la mesa y observo que hace algo más pero no logro a ver bien.
Se voltea y veo que tiene algún tipo de objeto n***o en su mano, algo raro, me vuelve a levantar bien mi playera dejando el trasero completamente expuesto, me abre con sus manos mis glúteos y siento una presión sobre la entrada de mi ano. Trato de impedir que haga eso, pero gruñe.
-Deja de resistirte.
El objeto que poco a poco está introduciendo está húmedo y siento en todas mis terminaciones nerviosas de esa zona muchas sensaciones que nunca había experimentado, también mi cuerpo poco a poco se empieza adormecer y me empiezo a sentir mareada.
- ¿Qué me inyectaste?
-Un tipo de sedante, no te dormirá, pero si te relajará tu cuerpo. Ayer estuviste muy inquieta mientras te tomaba, debes ser más sumisa, estar más dispuesta a todo, necesito que aprendas quien manda aquí.
Hace un empujón y el objeto termina por entrar completamente en mi interior, siento ahora otra presión, pero ahora en mi v****a, sus manos recorren mi espalda y se posicionan en mis hombros aprieta su agarre y sin más me penetra duramente, aunque tenga sedante en mi cuerpo, siento cada golpeteo que hace, lo está haciendo sin medirse, demasiado brusquedad, no siento ningún dolor solo la sensación de penetración, mi cuerpo se siente dormido. Aprieta más su agarre en mis hombros y sé que me está enterrando las uñas y me está perforando la piel. Se retira de mí y me golpea en mis glúteos con su cinturón, me golpea en la espalda, piernas. No siento nada de dolor. Continua hasta que se cansa, retira el objeto en mi ano y ahora me penetra con su m*****o, bombea hasta que se corre y se hincha dentro de mí.
-Ponte de pie y súbete de mí ahora.
Me ordena, dudo unos instantes, pero su cara es dura. Hago lo que me dice no quiero que me golpee más. Con mis piernas completamente temblorosas con dificultad me apoyo sobre el sofá y arrastro mis piernas a cada lado de sus piernas, él ya se encuentra sentado en el mueble. Trato de hacerlo por mí mismo, pero no puedo, mis lagrimas caen.
-Deja de llorar que sé que no te duele nada.
-No puedo evitarlo señor, no puedo mover bien mi cuerpo.
-Ven te ayudare por esta ocasión.
Me ayuda a auto penetrarme yo arriba de él y empieza el movimiento, siempre el manipulando la situación, con sus piernas y brazos hace el movimiento hasta correrse nuevamente en mi interior.
-Por hoy lo dejaremos así.
Me levanta de mi sitio para irme a depositar en el baño y dejarme sola. No puedo concebir el sueño, estoy inmóvil en aquel rincón y no puedo evitar llorar, lloro por mi cuerpo, por mi oportunidad de una vida fuera de aquí, no sé cuáles sean sus intenciones sobre mí, pero ya dejo claro que me está utilizando para algo más y no tengo escapatoria.
No sé cuánto tiempo llevo llorando, con mi cabeza llena de dolor me voy durmiendo poco a poco, pidiendo a Dios por una vida mejor para mí.