Una aventura en espera del destino
Quizás alguna vez han pensado que las casualidades existen, pues yo no, yo creo que hay cosas destinadas a suceder, no son simples errores o encuentros, son planes hechos para tu vida que se van concretando poco a poco, creo en eso con firmeza y día a día espero que mi destino llegue. Hoy estoy dando seguimiento a ello al irme de intercambio a Walhosen un país monárquico muy lejano a mi ciudad de origen pero con una enorme popularidad, destacado por sus amplios avances en medicina y con el mismo idioma, lo cual me fascina pues estoy a punto de comenzar mi residencia en ese espléndido lugar.
Mis padres son abogados y vivimos una vida medianamente cómoda, gracias a su grande esfuerzo he cursado mis estudios y nada me ha faltado, ahora con esta oportunidad ellos respaldarán mis gastos y me ayudaron a encontrar un buen sitio donde vivir. Nadie de mi facultad se ha aventurado a irse tan lejos, por lo cual mi estadía la pasaré sola, lo cual es genial, así no tendré distracciones o situaciones incómodas por compartir casa; sin embargo pienso buscar un empleo a tiempo parcial para ayudar a mis padres, aprecio su ayuda pero también quiero contribuir de alguna manera.
El día ha llegado, tomé mi vuelo y después de un día y medio de viaje he llegado a este pintoresco país, Walhosen es único, desde que salí del aeropuerto su increíble arquitectura me cautivó, las calles están hechas con caliza color rojo, le dan un toque super elegante, la gente viste muy reservada, sus faroles tienen diseños muy clasistas dignos de la monarquía que habita en él, oh si, tuve que leer un poco antes de viajar a un sitio totalmente desconocido, el país tiene un primer ministro, una familia real, mucha gente clasista y era algo raro pero que poco influía en mi visita; deseaba ansiosa iniciar mi residencia y aprender lo mayor posible.
Llegué hasta la casa amueblada que mis padres me rentaron, era pequeña y acogedora, con un jardín realmente bello y un cercado perfecto en color blanco, mucho más que suficiente para que una sola persona habitara cómodamente, de inmediato empecé a desempacar, tenía que dejar todo listo para el gran día.
Me levanté casi de madrugada, mi turno empezaría a las siete de la mañana y me gustaba ser puntual, me aseé, peiné mi cabello en una coleta alta, vestí mi pijama verde de interna, coloqué mi bata, tomé mi neceser y salí de casa, el hospital Santa Catalina se encontraba a un par de cuadras por lo cual caminaría diariamente sin problemas, por el camino pasé por una cafetería a comprar un café y un bizcocho, necesitaba desayunar algo, aún no había salido de compras y no pude preparar nada en casa, siempre he tenido buen apetito, no soy extremadamente delgada pero estoy muy lejos de ser gorda, quizás mi estilo de vida ocupado me ha ayudado a conservarme, eso o que mi madre es muy bella y heredé un poco de su buena genética. Me formé en la fila, recibí mis cosas y me dispuse a salir, de repente, un chico bien parecido pasó en una bicicleta de carreras muy rápidamente teniendo un impacto con mi mano donde traía el café haciendo que se derramara y quemara un poco mi mano, no pude evitar emitir un grito de dolor
-Oye tú, estúpido, fíjate en tu camino- grité enojada
El tipo ni siquiera volteó, casi no pude ver su rostro pero su bicicleta era única, en tonos fluorescentes verde, amarillo y naranja, equipada con muchas cosas raras, se notaba que era muy cara, había visto algunos programas deportivos y visto algunas semejantes.
Sequé mi mano adolorida y continúe mi camino al hospital. La clase estaba a punto de comenzar, todos los internos estábamos siendo recibidos por el subdirector del hospital el doctor Spencer May, una persona joven, bien parecido y aparentemente agradable, nos dieron un recorrido y nos asignaron en las áreas correspondientes.
-Doctora Meredith Olsen-dijo el tutor a cargo- le corresponderá esta semana estar en el área de urgencias, usted y la doctora Stacy Saenz serán compañeras por lo cual apóyense mucho y lograrán un mejor trabajo.
Asentí, miré a la doctora Stacy y nos sonreímos mutuamente; me dirigí al módulo de urgencias, allí me familiarizaron con las áreas y comencé a llenar algunos formularios.