-Creo que necesitas dormir-dijo Christopher cuando los dos estaban en su habitación, ella estaba sentada en la cama mientras mirada una de las esquinas de la habitación
-No, eso no es lo que necesito, las cosas que he visto necesitan una explicación
- ¿Qué cosas?
-Vi a una niña en el estacionamiento que me dijo que no tenía que haber venido-dijo recordando como ella se lo había dicho-Y luego pareció como si se hubiera apagado, se quedó quieta frente a mí y después desapareció
- ¿Qué paso con Mila?
-Ella parecía igual que la niña, hubo un momento en que no me miro de la misma manera-dijo mientras sentía sus ojos llenándose de lágrimas-Me dijo que podía mirar el hotel como mi hogar
- ¿Qué piensas hacer?
-Eveline me ofreció su ayuda-lo miro mientras decía eso, pero él parecía no estar de acuerdo con lo que ella estaba diciendo
-Tara, aunque eso fuera una buena idea, no vale la pena, te metió a la habitación pudiste haber muerto como esas personas, espera al menos a que hables con el padre de Eveline-dijo y Tara lo miro, asintió, aunque no estaba bien convencida de eso
Tara se dio cuenta de que había dejado sus libros en la enfermería, pero no quería entrar de nuevo a aquella habitación que ya la había aterrado, tal vez podría recuperarlo esa noche mientras buscaba la información del padre de Eveline.
-Tengo que volver a trabajar, ¿vas a estar bien? -la miro, ella asintió sin decirle nada
Estaba en la cama todavía cuando recibió una llamada de celular, ella levanto el celular y se dio cuenta de que era su mejor amiga, presiono el botón para contestar
-Hola-dijo esperando que su amiga hablara
-Diablos, pensé que algo malo te había pasado-dijo en un tono de reproche
-Lo siento-dijo poniendo su mano sobre su frente-Han pasado algunas cosas muy raras desde la última vez que hablamos
- ¿Mas raras de las que vi? -su amiga parecía incrédula
-Si, demasiado, te juro que ya quiero irme
-Pues hazlo, no viajes a Michigan, puedes hacerlo después y llamar a tu padre como los años anteriores
-Sabes que no puedo hacer eso, han pasado algunos años sin verlo y de verdad necesito hacerlo
-De acuerdo, pero si esa sombra te hace algo malo, recuerda que tu mejor amiga te lo advirtió
-Claro-dijo con una leve sonrisa
- ¿Ya conociste a alguien en el hotel?
-Hay un chico que trabaja en el hotel, se llama Christopher-dijo ella, había reconocido que él era realmente atractivo y sabía que a su amiga si podía decirle algo como eso
- ¿Y es muy guapo?
-Bueno, es guapo-dijo y sintió como sus mejillas ardían un poco y agradecía que nadie estuviera ahí para verla
-Ahora entiendo mejor porque no te quieres ir del hotel
-No seas tonta-dijo mientras sonreía
-Bueno, cambiando un poco de tema, busqué el nombre del hotel en internet, pero no encontré nada sobre él
- ¿De verdad?
-Si, de hecho, tengo algunas dudas, creo que no estas donde dices en realidad-dijo su amiga y ella miro hacia la ventana de su habitación, ¿podía ser eso posible?
- ¿Cómo buscaste esa información? -se sentó en la cama, era como si esperaba que su amiga hubiera encontrado algo que pudiera servirle
-El nombre tal como me lo dijiste, pero no aparece como un hotel en ninguna página de reservación y mucho menos lo encuentro en el buscador, parece ser que el hotel no existe
-Te llamo después-dijo y colgó la llamada, se quedó en la orilla de la cama y miro su computadora, cuando ella busco información sobre el hotel le apareció la necesaria, pero no entendía la razón por la cual su amiga no la encontraba.
Se puso de pie y se sentó frente a su computadora, decidió buscar información sobre fantasmas y espíritus, aunque eso sonara muy extraño en ese momento era lo único que se le ocurría hacer para tratar de averiguar lo que estaba pasando en el hotel, sobre todo cuando era un niño quien había muerto en condiciones desconocidas para ella. Decidió empezar a investigar sobre algunos artículos o información sobre espíritus de niños en lugares como hoteles o casas, pero solo encontraba videos editados en ciertos lugares, sabía que aquello que estaba experimentado no podía asemejarse a esos videos, finalmente encontró a una persona que trataba de explicar que quizás el espíritu de Eveline seguía en el hotel porque al ser una niña no era posible que supiera de que trataba la muerte, pero encontró otro cosa sobre aquellos que fueron asesinados y ahí decía que se trataba de una maldición que atrapaba a las almas de los niños en un plano diferente al de los vivos.
Cerro la laptop y se quemó mirando el tocador que estaba frente a ella, tenía un poco de sentido el hecho de que si Eveline hubiera muerto asesinada aquella maldición pudiera ser real en ese caso, se levantó de la cama y camino hacia la ventana, puso su mano sobre el cristal y espero un momento para poder sentir algo, estaba a punto de rendirse cuando se dio cuenta de que algo parecía calentar el cristal de la ventana, retiro la mano al darse cuenta de que algo la quemaba, sabía que no podía ser Eveline solamente. Cuando oscureció se recostó en la cama y miro el techo, solo estaba pensando en todo lo que decía el internet sobre los niños que habían muerto en condiciones extrañas, lentamente cerro los ojos para poder descansar.
“Tara abrió los ojos se encontraba en el patio trasero del hotel, vio la nieve en el suelo y sentía el frío calarle los huesos, se puso lentamente de pie y noto que era de noche en el lugar, miro a su alrededor y parecía que todo dentro del hotel estaba en penumbras, escucho unos pasos sobre la nieve del suelo, parecían pisadas pequeñas de alguien que corría, se quedó ahí hasta que vio a una niña con un vestido azul pasar a su lado corriendo como si algo la persiguiera y después de ella miro a un hombre ir detrás de la niña, en ese momento comenzó a tener miedo por la pequeña y fue corriendo detrás del hombre para tratar de ayudar a la niña que parecía aterrada por el hombre, corrió pero no escuchaba las pisadas de ninguno de los dos, se rindió al pararse cerca de los grandes árboles que se encontraban cerca del bosque y espero a que pudiera escuchar algo más y eso es lo que paso, un grito agudo se escuchó en el fondo del bosque, decidió ir hacia ese lugar saltando la cerca que la apartaba del bosque y corrió colina abajo para encontrar a la niña y a ese hombre, cuando llego al centro del bosque busco con la mirada a Eveline, sabía que era ella la pequeña que huía de aquel hombre, pero no la vio hasta que se dio cuenta de que había unas manchas de color rojo en la blanca nieve y miro como un camino de sangre llegaba hasta el cuerpo de la niña que había visto correr, se acercó lentamente y se inclinó sobre el cuerpo, le dio la vuelta y se dio cuenta de que se trataba de Eveline, todo su vestido estaba lleno de sangre y también su cara, tenía los ojos cerrados
-No-dijo tocando la mejilla de la niña, sentía lo fría que estaba, sintió las lágrimas en sus ojos mientras seguía acariciando sus mejillas, miro la sangre que tenía en las manos
Escucho detrás de ella como una rama se rompía, se quedó paralizada mientras dejaba a Eveline, sentía la nieve caer sobre su cabello, se dio la vuelta lentamente y miro a un hombre que estaba en ese lugar con ella, no conocía a ese hombre y ni siquiera podía ver bien el rostro hasta que sintió sus manos rodearle el cuello”
Tara se levantó sobresaltada, sintió algo en su cama y levanto las sábanas para darse cuenta de que toda la cama estaba llena de sangre al igual que sus manos, se levantó rápidamente y miro la cama horrorizada, se puso de pie y decidió que iba a quitar las sábanas para llevarlas a lavar, se fue hacia el baño para tomar un baño y después ir hacia la lavandería y contarle a los demás lo que había pasado, vio la sangre irse por el drenaje del baño mientras lavaba su cuerpo, se cambió e hizo una bola con las sábanas e intento que no se notara lo rojo de la sangre, aunque dudaba que alguien más pudiera verla como ella. Salió de la habitación, no sin antes mirarse al espejo, su cara parecía normal pero su cuello estaba algo rojo por lo de su sueño, bajo las escaleras con cuidado y vio la entrada de la lavandería, abrió la puerta y se dio cuenta de que había al menos unas diez lavadoras con sus respectivas secadoras, en el fondo había una máquina de monedas para utilizarlas.
Dejo las sábanas en el suelo y fue hacia la máquina, no había nadie más y presiono el botón para sacar algunas monedas, cuando se giró se dio cuenta de que las sábanas ya no estaban en el lugar donde las había dejado, miro a todos lados, pero no vio nada en el lugar, tenía las monedas en la mano y empezó a caminar con pasos lentos hasta que se dio cuenta de que las sábanas estaban frente a la puerta y que tenían dos marcas de manos pequeñas.