Capítulo 4

2738 Palabras
Saberme ahora soltera y sin nada más que hacer en este día, más que lamentarme de todo lo sucedido es algo a lo que simplemente, no caeré. El que mi maldito ex esposo me engañarán y pidiera el divorcio, es algo que me duele bastante pero no más, que la propia traición de mi hermana. Aunque ahora pensándolo bien, no, no me duele tanto porque de alguna manera, quizás en el fondo de mi mente, me esperaba algo de ella y esto, lejos de sorprenderme solo me indica a maldita envidia que ha tenido toda la vida para conmigo. Lo que me duele, más que las traiciones de aquellas personas, es lo idiota que fui en no darme cuenta, en enamorarme de alguien que solo se ama así mismo junto al dinero y su posición social. ¿Cómo fui tan estúpida de no darme cuenta? Sinceramente todavía no me puedo comprender como es que fui a caer tan bajo. Michael me supo engatusar con sus dulces palabras y demostraciones de amor, tanto así, que olvide hasta mi amor propio. Y no, eso no lo pienso volver a soportar nunca más, se lo que valgo y no dejaré que alguien me diga lo contrario. Desde ahora en adelante velaré por mi y nadie más que por mi. Miro mi alrededor y veo como es que esta casa ya no es suficiente para mi, me gusta y mucho, pero considero que ya no tiene sentido alguno seguir con ella. Es enorme, ya no tendré hijos en un futuro próximo y menos esposo, así que lo mejor que puedo hacer es venderla y comprar algo más pequeño para mi. Quizás adoptar un perro o un gato, o ambos en este caso, así me sentiría más acompañada. O quizás un pez, no lo sé, ahí lo veré. Mi teléfono me hace girar la cabeza en la dirección donde suena como loco. Estoy prácticamente recostada en el sillón y no, no tengo ánimos en ponerme de pie para ir por el. Así que, sigue sonando por varios segundos más hasta se calla. - Paz y silencio, justo lo que necesito - digo en voz alta, acomodándose en el sillón y cerrar los ojos para tener una pequeña siesta. Siesta o intento de siesta que se ve interrumpida por el sonido...otra vez, de mi jodido teléfono. - No te levantes, no debe ser nada importante. Ya cortarán - dicho y hecho la llamada finaliza y suelto un suspiro pero -...¡Aahh, maldita sea! Espero sea importante - suelto a la nada y me pongo de pie furiosa para ir por el condenado aparato, el que contestó con molestia aunque no alcanzó a decir nada. - ¿¡Qué hacías que no contestabas!? - me grita mi madre al teléfono y yo solo ruedo los ojos. Tenía razón con no contestar y menos si es para esto. - Madre, buenos días - la saludo con toda la cordialidad de la que soy capaz, a pesar de que no quiero. - Nada de buenos días. Necesito hablar contigo, nos vemos en el café de la quinta avenida, tus hermanos también van - dice furiosa y yo me trago todas las palabras que de mis labios quieren salir. Pero es lo madre, le debo respeto y no mandarla a la mierda, aunque lo necesita. - Estoy ocupada - es todo lo que digo, aunque no es verdad pero eso ella no lo sabe. - ¡No me interesa! Nos vemos en media hora - contesta y corta la llamada sin dejarme con opciones de nada. Estoy segura que si no voy, seguirá insistiendo hasta que nos veamos y como no deseo tentar al diablo, mejor voy según lo solicitado. Jesucristo, dame fuerzas para aguantar esta "esporádica" reunión, aunque se de que se va a tratar y de imprevista o esporádica, no tiene nada. De seguro mi madre insistirá en que no le demos la espalda a la traicionera de mi ex hermana. Así que, con toda la lentitud, calma y pereza que cargo en el cuerpo, voy a mi antigua habitación, ya que me da asco dormir ahí, busco que ponerme, mis maquillas y cosas para ir a arreglarme a la que utilizo ahora. Me cambio lo más lento posible y cuando estoy lista, salgo de la casa, busco mu coche y voy a la infernal reunión a la que me sito mi diabólica madre. Yupi, que linda terminara mi tarde aunque es mejor esto que autocompadecerme en la soledad de mi casa. Conduzco hasta que llego al destino, no me demoro mucho ya que el café esta bastante cerca de casa. Estacionó donde encuentro disponible, me preparo mentalmente y bajo luego de un intenso ejercicio de respiración. Con la frente en alto y con toda la dignidad del mundo, ya que no tengo nada que temer, que ocultar o de lo que avergonzarme, ingreso en el café y busco con la mirada a mi madre, la que ya esta con uno de mis hermanos en la mesa. Suelto un suspiro y atravieso el local hasta llegar frente a ellos. - Madre, Jhon. Lamento la tardanza - les digo, mi madre me mira molesta y mi hermano divertido. - Querida hermanita, cada día más guapa y hermosa, puedo nota en ti un brillo espectacular que lamentablemente era opacado por el engendro de lucifer - dice y yo sonrió por sus palabras. - Así es, tenia un chupa almas en mi vida pero ya me pude exorcizar de él y ahora brillo mas que nunca - le digo guiñando un ojo. - ¿Pueden dejar las bromas? No estamos aquí para eso, necesitamos conversar de algo serio - dice y yo simplemente la ignoro, la camarera llega a mi y pido algo para beber. - ¿Y Anton? ¿No vendrá? - pregunto tomando mi celular para ver algunas notificaciones. - Por supuesto que si, ya debe estar por llegar - dice y yo asiento, no la veo, ya que de igual manera la veré enojada y amargada. No se que diablos hacemos aquí pero bueno, no la quiero tener en mi día a día molestando hasta por los codos. La niña que amablemente me atendió, me trae mi pedido y dos minutos más tarde, llega mi último hermano y al parecer, último invitado de esta reunión familiar. - Lamento la demora, tuve algo que solucionar antes de salir. Madre, Jhon, pequeña mia, estas más hermosa que nunca. Me alegra saber que te divorciaste de ese bueno para nada, jamás fue merecedor de estar a tu lado - dice mi hermano mayor y yo solamente me lanzó a sus brazos para abrazarlo y dejar un sonoro beso en su mejilla. - Gracias hermanito, tengo los mejores hermanos del mundo - Les digo a ambos y ellos asienten. - Madre, ya estamos todos ¿Para que nos mandaste a llamar? - interrumpe Jhon, esta claro que ninguno de los tres desea estar aquí. - Pues bien, como saben las cosas en la familia no están del todo bien y aunque no apruebo las actitudes de su hermana, no deseo que esto nos divida, ella cometió un error y ustedes como sus hermanos deben estar ahí para apoyarla - nos dice y aunque debería sorprendernos lo que dice, no podría hace, sabíamos que se pondría de su lado. Por alguna razón que no se y que claramente no comprendo, ella siempre la ha apoyado en todo, tanto así, que aunque cometa errores, culpara al resto o a las circunstancias antes que a la estúpida de mi hermana menor. Estoy a punto de decir algo cuando Anton lo hace antes que yo. - ¿Un error? Lo que hizo esa mocosa malcriada no es un error, ella sabía lo que estaba haciendo, que no se haga la estúpida que no le queda - ya comenzamos mal y esto no terminara bien. - No se por que la defiendes, bien sabes que lo que hizo no estuvo bien y no, yo no estaré de su parte y no la apoyaré en nada - dice ahora Jhon. - ¿¡Cómo pueden decir eso!? Es su hermana por dios, entre hermanos deberían de apoyarse - dice y si, es cierto, cuando los hermanos hacen las cosas bien y está caso es todo lo contrario. - Por supuesto, pero no cuando ella se comporta como una zorra al acostarse y seducir al esposo de su hermana y más, cuando está comprometida con alguien más. Eso no es ni bueno, ni bonito y menos honorable y no madre, que no cuente conmigo que yo no la deseo ver y menos apoyar - dice ahora Anton con una voz firme. Y las respuestas de mis hermanos son las que esperaba y por eso los amo mucho más. - Aunque Lía tenga la culpa de lo sucedido, el idiota y polla suelta de mi ex esposo también, ya que ambos cedieron ante sus "deseos" pero independiente de eso, lo lamento madre pero no cuentes conmigo para nada y de hecho, la que debería estar de mi lado eres tu y no estar pidiendo lo que acabas de hacer ¿Acaso no piensas en mi y en como me siento con todo esto? - le digo con algo de dolor, por que aunque esperaba este escenario, no deja de dolerme que no me apoye. - Claro que me duele por lo que estas pasando, pero ella es menor que tu y más débil, no es tan fuerte como tu Leila, ella esta más vulnerable y más ahora que espera un bebé, su sobrino o sobrina - dice y quisiera golpearla. - Ese bebé no es nada mio, jamás lo podrá ser y para mí, Lía esta muerta y todo lo que tenga que ver con ella y su vida - Le hago saber y ella me ve escandalizada pero me importa bien poco. - ¡Leila! - me llama la atención pero yo me encojo de hombros. - No puedes estar pidiendo algo que no sucederá madre y no solo por parte de Leila, sino que de mi parte también. No me interesa ser participe de la vida de personas que se dedican a mentir y a traicionar a su propia familia - dice Anton, apoyando mi pensamiento. - Opino lo mismo que mis hermanos, tampoco cuentes conmigo para eso - responde ahora Jhon y mi madre no tiene donde meterse por que no ha conseguido lo que quería. - Ojalá salga feo, ese seria el peor castigo para la reina del drama y de la belleza, según ella - digo bebiendo de mi taza. - Leila, no puedo creer que dijeras eso - dice nuevamente escandalizada y yo ruedo los ojos. - Tampoco le desee la muerte, solo que saliera feo - digo y mis hermanos sonríen ante mi broma. - No puedo creer que sean tan infantiles, ella cometió un error y esta arrepentida - digo mucho aquello. - Permiteme dudar de aquello madre, Lía siempre fue celosa de mi y quería todo lo que yo tenia y pues, ahora consiguió a mi esposo, así que dudo que se arrepienta de algo y mas, si tiene el gran apellido que es ser esposa de Michael y todo lo que eso conlleva, ella te dice eso para manipularte y que hables con nosotros para que cedamos y así ella, consiga lo que quiere pero no, de mi parte no conseguirá nada - le hago saber y ella nos ve molesta a los tres. - Además, un error es comprar un pantalón en una talla diferente y que no te quede, pero el tener sexo con tu propio cuñado bajo las narices de su propia esposa, no lo es - dice Jhon y yo asiento. Nuestra querida progenitora esta totalmente exasperado, porque no ha conseguido nada. Asi que, nadie dice nada por varios segundos hasta que escuchamos como nuestra madre suspira de manera exagerada para llamar nuestra atención. - Pues bien, si no quieren apoyarla, lo entiendo pero al menos espero verlos presente en su boda. Será dentro de un par de semanas, ya que el embarazo de hará notable dentro de poco y no queremos habladurías en la sociedad - dice como si nada y saca tres invitaciones. Deja las invitaciones frente a cada uno de nosotros y yo la veo sin creerlo. ¡Eso es el colmo dela desfachatez! Así que, no aguantando más estupideces. Me tomo mi café, saco un billete de mi bolso y lo dejo encima de la mesa. Me pongo de pie y tomo la invitación jugando con ella entre mis manos y con una suave sonrisa veo a mi madre, la que suspira y me sonríe. - Me alegra saber que tu hermana te necesita ese día y que estarás para apoyarla. Sabía que no la decepcionarias - dice como si yo fuera a ceder, debería estar loca para hacer algo así. - Si madre, por supuesto que no la decepcionaré...- madre sonríe de oreja a oreja -...y menos como ella lo hizo conmigo, por que yo no soy mala, no soy una mujerzuela, no traicionó y no engaño a mi propia familia...- la sonrisa se borra de su rostro de golpe -...yo si tengo dignidad y no, no asistiré...- hago trizar la invitación frente a ella -...tengo mejores cosas que hacer que participar de un circo de mala muerte. Que tengas buen día - digo y con mi bolso y frente en algo me largo del lugar. Mientras avanzo escucho como mis hermanos se ponen de pie y también niegan asistir. Llego a la salida y luego de dar un par de pasos siento que soy abrazada por los hombros y tomada del brazo derecho. - ¿Vamos a comer? Me dio hambre - dice Anton viéndome con una sonrisa. - Si, creo que necesito algo dulce - dice Jhon ahora y no puedo estar más que agradecida y orgullosa de los hermanos que tengo. Ellos si son mi familia, lo único que rescató y lo único que necesito, lo demás, sale sobrando de mi vida. * * * * * KILLIAN Me duele la cabeza, por lo que tomé la sabia decisión de no contestar más el teléfono y menos llamadas de mi madre para no seguir escuchando sobre sus cosas de la cita que ya esta agendada. Debería decirle que no, porque no puedo seguir siguiendo que si, estando de acuerdo ante todos sus caprichos. Se que es mi madre y que ella desea lo mejor para mi, pero ahora mismo, lo que menos quiero son líos amorosos y estar metido en cosas a las que no quiero. Pero bueno, me prometí que esta seria la última vez que dejaría que me programará una cita a ciegas, a la próxima tendré que decirle que no. Por que si sigo de esta manera, terminaré saliendo con toda la población femenina de la gran ciudad y no, yo no soy tan puto como mi mejor amigo. - ¿Estás bien señor? - me pregunta mi chófer y yo niego. - No, pasemos a una farmacia por favor - le pido amablemente, ya que necesito algo urgente para el dolor de mi cabeza o no soportaré hasta el final del día. - Si, señor - me dice y comienza a moverse por las calles, hasta que llegamos a la farmacia. - No, yo voy, no te preocupes - le hago saber y bajando del coche ingreso en la farmacia, compro lo que necesito y pago por mis cosas. Salgo del lugar y viendo hacia donde se fue mi chófer con el coche, se cruza por enfrente mío una chica que sin duda alguna, hace que la vea atentamente. Va con dos hombres, los que se parecen demasiado a ella y que creo, conozco de alguna parte. La chica tiene una figura hermosa, sus ojos, aunque fueron por breves segundos, me cautivaron de inmediato. Pero el sonido de una bocina me saca de mis pensamientos y dando una última mirada al lugar donde la chica junto a lo que imagino, son sus hermanos, se fueron hace solo segundos, me doy media vuelta y regreso a mi coche. - ¿Todo bien, señor? - pregunta mi chófer y yo asiento. - Si, todo bien. Vamos - le digo pero pensando en esos ojos, los que por algún motivo no dejan mi mente.
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