Hizo lo mejor que pudo para recordar su entrenamiento y sus lecciones de etiqueta, repasando mentalmente la primera sección de sus máximas tal como le habían enseñado para calmarse y mantenerse en el buen camino: 'Yo. Todo mi cuerpo es un templo de bondad y placer.' II. Mi cuerpo entero fue creado para inducir a los hombres a aparearse con él, ofreciéndoles el máximo placer. 'III. El propósito de un hombre es aparearse con cuerpos como el mío.' IV. Cuando un hombre cumple su propósito con mi cuerpo, mi propósito se cumple. 'V. Nada es más importante que cumplir mi propósito.' Ella esperaba que él fuera amable con ella. Ella sabía que su mejor plan siempre era ser amigable y complaciente, obedecer cada instrucción, ir más allá y asegurarse de ofrecerse completamente a él, y confiar e

